Encuesta muestra que el 89% de los niños accede a Internet con sus propios dispositivos

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Sondeo de ONG Datos Protegidos señala además que dos de cada tres niños entre nueve y 13 años tiene cuenta en Facebook. Menores tienen baja percepción del riesgo, en parte porque no han estado expuestos a ello y por la falta de educación digital, dicen expertos.




A los nueve años ya tienen correo electrónico y, por supuesto, un perfil en alguna red social. Entre los niños chilenos, ingresar a las redes sociales es el principal uso que le dan a Internet, pero además, la mayoría lo hace desde sus propios dispositivos.

Una encuesta realizada por la ONG Datos Protegidos -a 385 niños de entre nueve y 13 años-, arrojó que el 89% de ellos navega a través de un dispositivo propio, el 56% desde su propio celular (ver infografía). Una cifra esperable debido a la alta penetración de los smartphones en Chile. Lo reafirma el Informe UC Uso Tecnologías Escolares 2016, que en marzo reveló que casi el 60% maneja tecnologías desde antes de los 10 años.

Si bien eso les permite tener contacto con los padres, dice Romina Garrido, directora ejecutiva de Datos Protegidos, los riesgos deben ser conversados, porque es poco lo que en realidad comprenden de cómo funciona Internet y creen que es un espacio más seguro de lo que es. "En conversaciones con los niños, cuando ellos entendían los riesgos de Internet se imaginaban los virus, no se imaginaban otros riesgos, como violencia en línea, suplantación de identidad, grooming, acoso o cosas así", señala Garrido. También existe una tendencia alta a creer que la información que suben se puede eliminar.

Los padres, agrega, deberían ser el primer filtro de privacidad de los niños y al comprar un teléfono deberían explicar tanto sus potencialidades como enseñar sobre sus riesgos. "No sé cuántos padres leen en realidad las condiciones de privacidad o de uso de los servicios", indica.

Daniel Halpern, investigador del think tank Tren Digital, de la U. Católica, explica que la baja percepción del riesgo es porque no los conocen, "si no se les dice qué es riesgoso, si no hay una educación, no tienen por qué desarrollar ese conocimiento por sí solos, a menos que sea por una experiencia negativa", dice. Y esas se dan con menor frecuencia, agrega Patricio Cabello, académico de la U. Católica de Valparaíso y parte del proyecto internacional Global Kids Online, iniciativa que estudia el uso y comportamiento de los niños y adolescentes en internet. "Esas prácticas de contactar personas extrañas son muy infrecuentes, no suman el 4%", sostiene.

El riesgo de abuso, señala Cabello, sigue estando en el núcleo más cercano al menor: el primer anillo de riesgo es la familia, seguido de personas conocidas del núcleo familiar y en tercer lugar, los desconocidos. "Por pensar que el riesgo está en internet, se nos olvida que el riesgo está más cerca", dice.

Riesgo escolar

Cabello señala que el uso de Internet desde un celular otorga menos beneficios al momento de aprender o sacar provecho de él, a lo que se suma las diferencias para acceder a conexión, porque el 36% de ellos nunca ha entrado a Internet en el colegio, por ejemplo, según el estudio Global Kids Online.

Las habilidades que se desarrollan con el celular son más discretas que con otras tecnologías, agrega. "Es muy difícil que un niño, joven o adulto vaya a aprender en un celular. Para cosas como leer o hacer memes es interesante, pero para los efectos que se espera que tenga en su currículum es discreto. Que la tecnología más importante sea el teléfono, es interesante", indica.

Halpern agrega el impacto que el uso de celulares tiene en el aprendizaje, pues las notificaciones provocan que no se puedan concentrar eficientemente. "Falta mucho por desarrollar. Hoy un niño tiene muchísimos estímulos por la cantidad de notificaciones que recibe en su teléfono, cuando lo pongo a estudiar por ejemplo, y no lo saco del teléfono, la habilidad para concentrarse disminuye y rinde menos", indica.

Lo que concentrado puede tardarle una hora, preocupado por el teléfono puede sumar dos más. "Lo mismo sucede con el sueño, si duerme con el teléfono y llegan constantemente mensajes, va a estar más preocupado del teléfono que de lo que tiene que hacer, que es dormir 10 - 11 horas".

La recomendación es estar libre de pantallas las últimas horas antes de dormir, "eso es educación digital, aumentar los beneficios que tiene la tecnología minimizando los riesgos que implica", dice Halpern.

Los padres tienen mucho que hacer en ese sentido, porque ellos mismos tienen comportamientos similares con los celulares. "Tienen que darse cuenta que el modo de utilizar la tecnología muchas veces no es el correcto".

Agrega que los últimos estudios muestran que los niños que son capaces de autorregularse, con los horarios, edad para usar redes sociales y contenidos que ven, por ejemplo, muestran mayor satisfacción con su tiempo libre.

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