Entrenador de Christian Garin: "Veo jugar a Djokovic cinco minutos y me aburro"

Guillermo Pérez Roldán se rinde ante el talento de Roger Federer, ve muy de lejos su pasado como jugador y augura un gran futuro a su pupilo.




Guillermo Pérez Roldán es argentino de nacimiento. Sin embargo, lleva cinco años instalado en el país, al que llegó tras dirigir a Nicolás Massú. Le gusta, se siente cómodo y pretende echar raíces. También se enamoró de una chilena y eso lo tiene muy feliz. Sus hijas Agustina (19) y Chiara (9) viven en Italia, pero se quedan un mes al año en Santiago.

El Estadio Israelita es su centro de operaciones. Ahí trabaja con varios tenistas de proyección y otros más consolidados, donde intenta replicar el modelo que cimentó a la legión argentina. Fue el formador de Christian Garin y hoy nuevamente lo entrena. Además del Tanque, sus pupilos Juan Carlos Sáez, Matías Sborowitz y Cristóbal Saavedra han hecho noticia en las últimas semanas con sus títulos en torneos futuros y buenas actuaciones en challengers.

¿Qué le produce la exposición mediática?

Me gusta estar dentro de la cancha. Si es mediático, no me produce nada. Tengo 45 años y empecé a jugar a los cinco. Es decir, llevo 40 años en esto y pretendo estar, por lo menos, unos 20 más. Esta es mi pasión y en ese sentido yo voy mucho por los jugadores. Me gusta que ellos me elijan todas las semanas y que se sientan bien.

Su rutina es muy intensa y sus jornadas muy largas...

Sí, pero me gusta trabajar desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Y en la casa sigo, porque muchas veces me quedo viendo videos hasta las 10.30 de la noche. Y lo hago feliz, porque es un deporte 'muy verdad': si haces las cosas bien, te va bien; si las haces más o menos, te irá más o menos; y si las haces mal, te irá mal. Esa es la fórmula.

Con respecto a Christian Garin, ¿Cómo está planificando lo que queda de la temporada? 

La preparación no puede ir más allá de dos o tres semanas. Christian tiene que ser un jugador ofensivo, que tiene que volver a confiar en su tenis. Tiene que terminar de formarse como jugador. Yo, por ejemplo, jugué perfecto sólo tres partidos en mi carrera. Tampoco la idea es jugar mal, lo importante es tener los argumentos. Hay que darle tiempo y él tiene que seguir descubriéndose.

¿Tiene pensado que Garin descanse, pensando en que defiende pocos puntos el próximo año?

Te hago una corrección: para mí, los puntos no se defienden; se ganan. Y cuando se ganan los puntos, no hay vacaciones.

Los especialistas dicen que Garin será un gran campeón. ¿Cómo toma esos comentarios?

Es un chico que tiene mucho potencial. Las historias se van haciendo y él todavía tiene edad de junior. No hay que perder de vista eso, él todavía podría jugar torneos en juniors. Sin embargo, está 293° en el ranking. De repente, pierde y lo supercastigan; y cuando gana, es Ríos. Y no, ninguna de esas cosas es. Por eso, hay que ayudarlo y no matarlo. Él, por ahí, está muy motivado y las cosas a veces no salen bien. Pero hay que entender que todas las semanas se pierde un partido. Pocas veces se gana un torneo. Massú, con todo lo que fue, apenas ganó seis, mientras que González ganó 11.

Usted fue uno de los grandes proyectos de su país y está entre los jugadores jóvenes que más títulos ganaron en la historia del circuito. ¿Se identifica con Garin?

Lo importante no es lo que yo haya hecho... Quizás no me identifico tanto con él, pero ojalá me pueda superar.

Imagino que igualmente les habla a sus dirigidos de su época como jugador.

Eso pertenece tan al pasado que simplemente no es parte de mi vida actual. Yo hice lo que hice y si quieres saber más léelo en Internet, pero no me hace sobrevivir. A mi hija, que tiene 9 años, le encanta jugar tenis, pero nunca vio un partido mío. ¿Fui un buen jugador? Sí. ¿Fui un buen coach? Sí. Pero ahora quiero concentrarme en ser un buen formador y tengo que serlo.

Pero igual ha trabajado con grandes tenistas...

Me enorgullece que me llamen chicos como (Juan) Mónaco. Me gusta que me consideren, pero no me gusta hablar de lo que hice. A mí me apasiona el tenis. Después de 40 años de relacionarme con la frustración, la alegría, el miedo, los temores... uno ama este deporte con todo.

Usted ganó nueve torneos ATP y fue 13 del mundo, con 18 años, pero después debió dejar el tenis. ¿Cree que pudo llegar más lejos?

Tuve una lesión muy grande en la mano derecha. Mi carrera fue corta, pero exitosa. Pero pensar en lo que no fue no vale la pena, porque nunca lo voy a saber. Un jugador madura a los 24 ó 25 años y yo a los 18 me vi jugando con (Iván) Lendl la final de Roma. Sin embargo, nunca viví la etapa de la madurez, porque me retiré antes, a los 23.

¿En qué se diferencia el tenis de antes con el actual?

En mi época había 17 ganadores distintos de Grand Slam y ahora los títulos están monopolizado por unos pocos. Aunque creo que pronto viene una nueva camada.

Para usted, ¿quién es el más grande de la historia?

Su majestad, Roger Federer, después viene (Pete) Sampras. Son tipos con carisma. Es lindo ver jugar a Federer y feo ver a Djokovic. Lo veo jugar cinco minutos y me aburro y apago la tele. Y si bien Djokovic es el número uno, nunca le van a decir 'Su Majestad'. También hay otras formas de carisma, como el de Massú, que era un luchador, o el de Ríos, que era una belleza tenística.

¿Y ocupa a Federer como ejemplo para sus pupilos?

En el teléfono ando trayendo una frase de Su Majestad que dice: 'Antes siempre había pensado que se trataba sólo de táctica y técnica, pero todos los partidos se han vuelto físicos y mentales. Trato de empujarme a moverme bien. Trato de empujarme a no enojarme y mantener una actitud positiva, y esa es mi mayor mejora en todos estos años. Bajo presión puedo ver las cosas muy claras'. A su edad, ¡todavía tiene ganas!.

Y fuera del tenis, ¿qué otras cosas le gusta hacer?

Me gusta oír buenas voces, como la de Pavarotti, me gusta el fútbol. Soy 'anti River' y 'anti Brasil'. De hecho, en el Mundial grité como loco los goles de dos partidos: el de Chile con España y el de Alemania con Brasil. Ni siquiera vi la final. Ahora, tampoco soy tan fanático de los deportes por equipo, porque me gustan más los individuales, ya que significan una lucha compleja con uno mismo.

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