Escritor cubano: "Que se restablezcan relaciones con EE.UU. no significa que un rayo mágico caerá sobre Cuba"
Leonardo Padura, el autor más popular de su país en la actualidad, publica Aquello estaba deseando ocurrir, cuentos cuyos personajes confluyen en La Habana.
Alguna vez había soñado con triunfar en grande escenarios. En aparecer en las portadas de la prensa mundial. En que la aplaudían de pie y comentaban sus conciertos en otros idiomas. Sin embargo, el calor agobiaba a Rafaela mientras esperaba en el paradero la "guagua" para ir a su trabajo en un restaurant, en el centro de La Habana, donde llevaba ya varios años tocando su piano para turistas hambrientos de probar un plato cubano. "De tanto repetir las mismas canciones, en igual orden, todos los días, almuerzo y comida, Fin de Año y Primero de Mayo y día de los Padres, Rafaela empezó a ver las teclas manchadas de su viejo piano de tercera, a olvidar los aplausos y las flores, a sentir que la gloria le era ajena y a recordar que tenía ropa atrasada por lavar", escribe Leonardo Padura (1955) sobre Rafaela, una de las protagonistas de Aquello estaba deseando ocurrir, su nuevo libro de cuentos recién publicado por editorial Tusquets, que ya se encuentra en Chile.
El creador del detective Mario Conde, el autor de memorables novelas como El hombre que amaba a los perros, vuelve a presentar una crónica de la isla caribeña en sus escritos donde la historia se funde con la ficción. Ocurre con algunos de los seres que cruzan los relatos de Aquello estaba deseando ocurrir: soldados cubanos que luchan en Angola obsesionados con el arte del español Diego Velázquez (La puerta de Alcalá), mujeres jubiladas que se alimentan con la cartilla de racionamiento que entrega el régimen castrista (La muerte feliz de Alborada Almanza) y travestis que se pasean por el Malecón en busca de una aventura y unos pesos (El cazador).
El epígrafe del libro nace de un relato del escritor estadounidense J. D. Salinger. "Lo cierto es que prefiero las relecturas... No creo que la literatura norteamericana esté en su mejor momento", dice Padura desde el barrio habanero de Mantilla, donde se crió y vive. Hace un par de semanas estuvo en España para presentar su ejemplar de cuentos, cuyos personajes confluyen en La Habana.
¿Los autores norteamericanos son lectura frecuente?
El hecho de que Philip Roth haya dejado de escribir es como perder al número 10 de la selección nacional. Mis últimos descubrimientos ya no son tales: me refiero a Paul Auster, Cormac McCarthy, Jonathan Franzen, Don Winslow... pero releer a los grandes maestros es estimulante para mí. Ahora mismo ando otra vez con El largo adiós, de Chandler. Y cuando no tengo nada nuevo que me atraiga, pues ahí están John Updike, Salinger, Faulkner, Dos Passos, Hemingway, Carson McCullers, Fitzgerald... ¡Un dream team!
VIVIR MEJOR
En mayo próximo, en la Semana de Cine Francés de La Habana se estrenará la película Regreso a Itaca, del director galo Laurent Cantet. La cinta está basada en el libro La novela de mi vida, de Padura, que aborda el tema del exilio. Mientras, el narrador y su mujer, Lucía López Coll, trabajan en el guión para adaptar historias protagonizadas por Mario Conde al cine y la televisión. Un proyecto para la pantalla grande a cargo del director español Félix Viscarret.
"Ha sido un trabajo largo, apasionante, desgastante y difícil, pues se trata no sólo de hacer un producto cultural diferente, sino de hacerlo competitivo, sin que se perdiera la esencia de las novelas, comenzando por Conde", señala Padura.
Sobre su libro, los protagonistas del relato La puerta de Alcalá al parecer se arrepienten de su trayecto vital...
Creo que mucha gente, en muchas partes, está poco satisfecha de su futuro, porque el futuro de ellos, o sea, nuestro presente, es poco satisfactorio en sentido general. Yo creo que el hombre ha progresado, por supuesto, y eso es bueno. Hoy se vive más y mejor. Pero progresar no siempre es sinónimo de mejorar. Y Cuba no es la excepción. Oigo y veo a mucha gente que no ha encontrado el futuro que se nos prometió, por el que trabajamos y luchamos, y hoy vive en una lucha permanente por la supervivencia, o viven en el exilio, a pesar de los sacrificios.
¿En qué aspectos cree que ha cambiado la juventud que vivió y la que crece hoy en Cuba?
Cada generación es hija de su tiempo y el tiempo actual es muy diferente del que yo viví en los 70. El mundo era otro y nosotros éramos parte de ese mundo. Eramos más crédulos, más ambiciosos cultural y vitalmente, teníamos más confianza en el futuro y trabajábamos muy duro. Con 15 años yo estaba en un campo de caña cortando 200 arrobas de caña cada día. Sólo el que sepa lo que eso significa podrá entender lo que representa verse con 15 años en un campo de cañas que parece que te va a devorar. Hoy los jóvenes son diferentes. Aunque sí puedo decirte que son más libres, más pragmáticos, menos crédulos... y alguien comprendió que no había que hacerlos cortar caña durante dos meses.
¿La cartilla de racionamiento en Cuba sigue siendo esencial para la canasta mensual?
Los productos de la "libreta de abastecimiento" cubana son la salvación de mucha gente de bajos ingresos, aunque por ella sólo se venden, a precios subsidiados, unos pocos productos que alcanzan para más o menos comer unos 10 días en el mes. Pero el milagro es que aunque el gobierno reconoce que esa comida no alcanza y el salario oficial tampoco… en Cuba nadie se muere de hambre, aunque es cierto que mucha gente la pasa mal.
Luego de la noticia del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EE.UU. ¿sigue siendo esperanzadora la posibilidad de una apertura efectiva?
Todo avanza muy lento, pero parece que avanza. Acabo de leer que el asta de la bandera de la oficina de intereses de USA en Cuba había sido pintada, esperando que se izara otra vez, después de 55 años, una bandera norteamericana en Cuba. Y acaba de ocurrir la Cumbre de las Américas, en Panamá, por lo que tendremos una perspectiva más clara de por dónde podrán ir las cosas… Que se restablezcan relaciones con EE.UU. no significa que un rayo mágico caerá sobre Cuba. Pero ayudará a cambiar algunas cosas. Y ojalá sea para bien, pues los cubanos llevamos mucho años viviendo entre tensiones políticas y económicas muy jodidas, y la gente se merece vivir mejor.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.