España admite dificultades para lograr que el BCE controle banca de Eurozona

El ministro de Economía español, Luis de  Guindos, aseguró que el país quiere que el plan "se lleve a cabo lo más rápido posible", pero  reconoce que el "calendario es ambicioso".




El ministro de Economía español, Luis de  Guindos, admitió este sábado que "hay dificultades" para lograr que el Banco  Central Europeo (BCE) se convierta en el supervisor único de la banca de la  zona euro en la fecha prevista de enero de 2013.

"Hay una serie de complicaciones", señaló el ministro en una rueda de  prensa, al margen de una reunión en Nicosia con sus homólogos de la Unión  Europea.

La propuesta -impulsada por la Comisión Europea- de que el BCE se convierta  en el supervisor único de la zona euro es vital para España, ya que asegurará  que la recapitalización del bloque a los bancos en problemas se haga  directamente sin que se transforme en deuda pública para los Estados. 

España quiere que el plan "se lleve a cabo lo más rápido posible", pero  reconoce que el "calendario es ambicioso". En efecto, varios ministros europeos  se mostraron escépticos de que se cumpla con el objetivo de lograr este  Supervisor maximo europeo en enero de 2012, como estaba previsto.

"No será posible tener el mecanismo disponible para el 1 de enero de 2013",  aseguró el ministro alemán Wolfgang Schauble, en rueda de prensa.

La propuesta de la Comisión Europea requiere del "apoyo de los y creanme eso será muy difícil de lograr", añadió.

Según el ministro español, las dificultades son tanto "desde el punto de  vista geográfico" como "institucionales".

La Comisión Europea propone que el BCE controle a todos los bancos de la  zona euro. Pero Alemania quiere limitar a su poder a los grandes bancos,  considerados sistémicos, y así no perder el control por los bancos regionales.

La iniciativa también provoca reservas en el Reino Unido, país que alberga  la plaza financiera más grande de la UE, ante el temor de que el BCE acumule  demasiado poder.

Además hay que delimitar el poder de la Autoridad Bancaria Europea (EBA).  Según la CE, la EBA seguiría cumpliendo con su papel de velar para que las  normas únicas se apliquen en los 27 países miembros de la UE.

Si prospera el plan, el BCE tendrá la última palabra en todas las  decisiones que garanticen la estabilidad financiera de las 17 naciones de la  zona euro, en un proceso gradual que se iniciaría el 1 de enero de 2013 y  culminaría un año después, cuando todos los bancos del bloque quedarían bajo el  mecanismo único de supervisión.

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