Estrella Archs celebra a la mujer serena e inspirada, de blanco negro y oro
La modista española Estrella Archs cerró hoy en el Instituto Cervantes la semana de colecciones PrêtàPorter para la próxima temporada estival con una oda a la mujer serena e inspirada, "fuerte y al mismo tiempo frágil".
Esta colección es "un homenaje a la mujer, a la verdadera mujer", explicó la artista, que el pasado 4 de octubre presentó su primera colección para la firma Ungaro, y que asegura mantendrá siempre en paralelo su visión personal de la moda.
Un estilo de suma sofisticación y sencillez a la vez, pues la modista no ve a la mujer de hoy "con cosas muy complicadas", sino con prendas simples, "que acompañan el cuerpo", con materias fluidas y ligeras, casi evanescentes.
Estrella Archs tiene muy claro que sus creaciones se dirigen a una usuaria que gusta ser femenina y que ya adquirió "la consciencia de saber quién es y de sentirse bien consigo misma".
Su aplaudido desfile, el primero de la Semana de la Moda de París que se celebra en la sede del Instituto Cervantes, fue un encuentro entre transparencias, brillos y texturas opacas, en cuero muy ligero, punto y viscosa de seda, principalmente.
Blanco, negro, violeta casi tinta, algunos toques dorados y algunas rayas blancas y negras fueron los colores de un desfile en el que los estampados brillaron por su ausencia, como seguramente seguirán haciéndolo en el futuro, al no encajar en la pureza buscada por la modista.
La oposición yin yang, entre el blanco y el negro, impregnó también las combinaciones de texturas; el corte, con modelos construidos por una sola costura, y también la pureza del color y sus combinaciones de blancos y negros.
El objetivo fue alcanzar "la simplicidad, pero no en clave minimalista, en clave de pureza".
Su planteamiento entusiasmó entre otros al experto en moda y editor de la revista española bianual "Paper Planes", Carlos Ramírez, quien celebró igualmente su exquisito trabajo con el punto y sus minivestidos.
En busca de una indumentaria fácil de llevar y de transformar para diferentes momentos y ocasiones del día o de la noche, Estrella Archs trabajó la transparencia, algunos básicos como el "body", portado como un uniforme, a partir del que la silueta se transforma, o los vestidos de punto que casi no se pliegan y ocupan poco espacio en la maleta.
Todo lo superfluo quedó fuera de esta pasarela, donde todo detalle tenía su función, del brillo transparente dado a los pies, casi desnudos, con zapatos de altísimo tacón, como los portados por la modista, al cabello, siempre recogido, como el suyo, apto para ejercer responsabilidades y concentrarse a fondo en cada instante, explicó.
El Instituto Cervantes no fue sede casual de esta colección.
"Me encanta este lugar y me gusta mucho también la gente que lo dirige", además, de algún modo, es una manera de estar "en contacto con mi país", subrayó Estrella Archs.
"Quería hacer una cosa muy intimista", muy diferente de la gran producción que fue el desfile de Ungaro y este edificio "es como un apartamento de Le Corbusier, una arquitectura muy moderna, y mi ropa es una arquitectura en torno al cuerpo" que acompaña y que invita también, resumió.
Además del profundo recorrido Yin y Yang de Estrella Archs, esta jornada final de colecciones de París contó con un desfile de Chitatzy Chen dedicado igualmente a la consciencia, ésta vez cultural y estética, tomadas como propiedades intrínsecas de esa forma de arte que es la caligrafía.
Más alta costura que PrêtàPorter, cada modelo fue una compleja y delicada joya, perfecta unión de moda occidental y elementos artísticos chinos, en un intento de traducir la emoción, la libertad y la fluidez de la caligrafía clásica en un vestido, pintado, bordado de cristales, sobre colores y materias primas resplandecientes.
Gris, negro, azul, rojo o rosa fucsia fueron sus colores, sobre satén, muselina, tafetán, seda o lino enriquecido.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.