Evelyn Matthei: "Si alguien me pide una gran reforma laboral le digo de entrada que es inviable"

La nueva ministra del Trabajo admite que la modificación a las indemnizaciones por año de servicio no está entre sus prioridades y anticipa que su principal sello será el de "proteger la dignidad del trabajo". Tampoco rehúye el tema político.




Para Evelyn Matthei, trabajar intensamente y muchas horas al día ya era habitual en su labor anterior como senadora, cargo por el cual debía dividir su tiempo entre Santiago, la IV Región -zona que representaba- y Valparaíso. Por lo mismo, si algo ha sucedido ahora con su nombramiento como nueva ministra del Trabajo es que ha mejorado su calidad de vida. "La mayor diferencia es que llego prácticamente todas las noches a dormir a mi casa. En cambio, durante 17 años llegué en general dos o tres veces a la semana. Ese es un cambio que valoro mucho", reconoce la secretaria de Estado.

Y no sólo en eso se nota su gusto y comodidad con esta designación. Matthei aparece totalmente posicionada en su cargo y lista para trazar los lineamientos que guiarán su gestión. "No voy a impulsar cambios que no tengan destino", advierte sin asomo de duda, agregando que nadie espere "una modificación dramática al Código Laboral, por una sencilla razón: no va a ser aprobada en el Congreso".

¿Cuál quiere que sea su sello en este ministerio?
El sello más importante es de mucha protección a la dignidad del trabajo. Eso significa seguridad, cumplimiento de las normas laborales, derecho al trabajo, colaboración entre el empresario y el trabajador para aumentar la productividad, que las mujeres reciban la misma remuneración que los hombres por el mismo empleo, oportunidades para los jóvenes. Vamos a ser exigentes para que no haya abusos ni de un lado ni del otro.

Usted ha puesto mucho énfasis en la fiscalización, ¿cómo evalúa el cumplimiento de la legislación laboral en Chile?
Muy dispar. En las empresas grandes se cumple a la perfección, generalmente con buenos salarios, pero son muy pocos los empleos que generan. Mientras más pequeña la empresa, en general es menor el grado de cumplimiento. Ahí se mezclan varias cosas: falta de conocimiento, escasez de recursos, poco acceso al crédito, falta de tiempo para dedicarse a todo. Esto es delicado, porque no podemos tener empresas que cumplan y otras que no, pero hay que entender que en la medida en que hay empresas pequeñas que tienen dificultades para cumplir, el rol de la Dirección del Trabajo tiene que ser más de acompañamiento, de enseñar y de establecer metas a cumplir, y no tanto el rol tradicional de detectar un problema y aplicar multa de inmediato.

¿Habrá una flexibilización en las exigencias para las empresas más pequeñas?

Contrato de trabajo tiene que haber, las horas de trabajo se tienen que cumplir, la previsión se tiene que pagar, y deben existir normas mínimas de seguridad e higiene para los trabajadores. En eso no vamos a flexibilizar nada. Pero sí se pueden dar plazos para el cumplimiento de otras normas antes de aplicar una multa.

¿Esta fuerte fiscalización entonces no debe ser interpretada como persecutoria hacia las empresas?

Cada uno lo interpreta como quiere. Si para algunos es persecución que se exija el contrato de trabajo, entonces está muy bien que se sientan perseguidos.

Generación de empleo
¿Cuánto de la fuerte creación de empleos que se dio en 2010 puede atribuirse a las políticas y medidas de este gobierno?
La enorme creación de empleo de 2010 tiene que ver con varios factores. Primero, con unas políticas fiscal y monetaria muy expansivas en 2009 y el año pasado. En parte también con que partimos de una base de empleo muy deprimida, producto del impacto del terremoto. Sin embargo, hay muchos países que están bombeando sus economías con iguales políticas y no logran revertir el bajo crecimiento y el desempleo. Ello tiene mucho que ver con la confianza en el futuro y con las expectativas, que impactan la inversión y el consumo, y es esa la variable que ha introducido con mucha fuerza el Presidente Piñera.

Pero además de influir en las expectativas, ¿con qué otras medidas pretenden ayudar a que siga creciendo el empleo?
En primer lugar, el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, está haciendo un trabajo muy importante facilitando la creación de empresas. A eso hay que agregar el cómo acompañar el trabajo en pequeños talleres, lo que tiene que ver con el proyecto de ley del teletrabajo, donde el 98% de las veces no hay un contrato laboral, sino comercial. Adicionalmente, si pudiésemos generar alianzas entre las empresas mineras a nivel regional -a través de centros de formación técnica especializados-, podríamos generar trabajo para jóvenes que hoy están desempleados.

Sin embargo, esas son todas acciones de impacto acotado...
Claramente su aporte es marginal. Si queremos hablar de empleo a nivel general, hay tres temas. Primero, las condiciones económicas globales, que no manejamos. Segundo, si tuviésemos un descalabro económico interno tampoco depende de nosotros. Lo tercero son las reglas del juego. Y lo cuarto son estas medidas micro, para dar mayor empleabilidad a grupos que hoy no la tienen.

Indemnizaciones

¿Y en las reglas del juego piensa impulsar algún cambio? Por ejemplo en las indemnizaciones por años de servicio.
Tengo muy claro que no voy a abrir en Chile una discusión ideológica, cargada de desconfianzas, que incendie el escenario político y que finalmente no sea aprobada en el Parlamento. No voy a exponer al gobierno del Presidente Piñera a modificaciones legales que signifiquen una batalla campal y en que finalmente no se apruebe ninguna ley. Ahí te llevas todos los costos y ningún beneficio. En la medida que los trabajadores adviertan que a ellos les conviene que haya mucho más empleo y que los empresarios entiendan que a ellos también les conviene que los trabajadores se sientan más protegidos en sus derechos y podamos abrir conversaciones con más confianza, voy a impulsar proyectos de este tipo. Pero si creo que ese proyecto se va a rechazar, no lo voy a enviar.

Pero es una medida que técnicos y empresarios consideran relevante dentro de una reforma laboral.
Si alguien me pide una gran reforma laboral, le digo de entrada que eso es inviable. Si vamos llegando a acuerdo en distintos puntos, me parece bien. Pero una gran reforma requiere consensos básicos que hoy no existen.

¿Y usted saldrá a buscar esos consensos como una prioridad?

Hay ciertos temas laborales en los que uno advierte problemas y otros en los que ve que hay un acomodo. Aquellos temas que están provocando problemas son visualizados por los empresarios y trabajadores, y ahí será más fácil llegar a acuerdo.

¿Cuáles son esos temas?
No los voy a adelantar por la prensa. Lo que sí digo es que los consensos los debemos buscar a la luz de la amenaza que viene de Asia para nuestro mercado laboral, tanto a nivel de empleos calificados como no calificados. Trabajadores y empresarios deben ser aliados para enfrentar este peligro y no enemigos.

¿Las indemnizaciones por años de servicio están en ese grupo?
No. Las indemnizaciones provocaron un tremendo costo a la economía, pero ese costo ya se incurrió, y a estas alturas hay un acomodo frente a esa norma. Se acomodaron a través de la precarización del empleo. Si yo mañana dijese: vamos a terminar con las indemnizaciones, eventualmente podría lograrlo, pero el precio sería la sindicalización obligatoria. ¿Lo deseamos?

Proyecto sobre multirut


Usted sí ha señalado su disposición a buscar consensos en torno a cambios al multirut. ¿Cree que hay empresas que dividen sus rut para debilitar organizaciones sindicales?
Absolutamente, y eso es inaceptable. Cada empresa se da la organización que mejor le acomode y puede querer dividirse en distintas empresas por diversas razones. Pero si el único motivo es eludir la ley laboral, no lo vamos a aceptar.

La ministra Merino tenía un anteproyecto bastante consensuado con la CUT que aumentaba las multas. ¿Esa sería la fórmula?

Preferiría no dar a conocer los detalles del proyecto de ley antes de tener la propuesta final, que está muy avanzada. Esperamos alcanzar ese consenso en marzo.

Algunas empresas del retail ya han anunciado reducciones en el número de sus sociedades.
Ojalá que las empresas se autonormen en ésta y otras materias. Claramente, algunas empresas recibieron el mensaje y están tomando las medidas, pero otras no.

En materia de flexibilidad laboral, ¿pretende avanzar en cuanto a establecer una adaptabilidad pactada?
Sería muy conveniente, pero de nuevo, hay que buscar previamente los consensos. En ese sentido, creo que se puede avanzar más sectorialmente que a nivel general, viendo las adecuaciones que requiere, por ejemplo, la agricultura, donde ya trabajadores y empresarios nos han planteado algunos cambios.

Parece entonces que la mayor generación de empleo va a estar dada por el crecimiento del PIB y eliminación de trabas, no por medidas laborales.
Se suele ser muy escéptico respecto de las conversaciones en el ámbito laboral, pero tenemos dirigentes sindicales y parlamentarios  -incluidos varios de la Concertación- realmente interesados en el país. Por lo tanto, no soy tan pesimista.

Usted ya se reunió con Arturo Martínez. ¿Hay temas para avanzar?
La CUT nos planteó su agenda y de sólo mirar los títulos hay muchas materias que pueden ser objeto de conversación.

¿Cuáles?

Seguridad en el trabajo, multirut, más fiscalización, entre otras.

¿Qué representatividad le otorga a Martínez y a la CUT?
La CUT representa muy fuerte a los trabajadores del sector público, cuyos problemas son distintos a los del sector privado. Por eso valoro mucho a la CAT y a la UNT, cuyos afiliados son mayoritariamente del ámbito privado. Pero sin duda que Arturo Martínez tiene un peso específico propio en el mundo sindical por su extenso recorrido.

¿Y quién cautela el interés de los no afiliados a sindicatos y de los desempleados?
Obviamente que el ministerio. Tenemos que ponernos en el lugar de los grupos con más dificultades de acceso al mundo laboral: los cesantes, las mujeres, los jóvenes, las personas de más de 50 años.

Su agenda laboral se ve más proclive a los temas que demandan los trabajadores...
No es así. Las peticiones de ambos lados son conocidas y tenemos que compatibilizar las necesidades de trabajadores y empresarios sin perjudicar a los que no han tenido acceso al empleo, que son mi mayor prioridad.

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