Ex campeón
La UC sepultó cualquier sueño de tricampeonato con una nueva derrota en pasto sintético.
Poco para rescatar tiene Católica en el Clausura. 13 puntos en 10 fechas tienen al bicampeón del fútbol chileno en un undécimo puesto que no esperaba nadie. Varios factores han influido en esta merma de un conjunto que, salvo la salida de Castillo a México, no sufrió grandes bajas en relación a la escuadra que deleitó en 2016. De tricampeón a ex campeón.
Y con un nivel inexplicablemente disímil entre lo local e internacional. La coartada de la Libertadores lejos de servir de estímulo ejerció de justificante para la desidia y el desenfoque en el Clausura.
La poca profundidad es uno de los tópicos más complejos. Católica es el equipo chileno con más posesión de balón. Sumando sus 10 partidos, ha acumulado un 57,1% en la tenencia de pelota, algo que no se ha reflejado en tantas llegadas claras. Sí ha intentado varios tiros al arco (54, el quinto que más ha disparado), pero no ha logrado generar muchos mano a mano: lleva cinco en el torneo, con sólo 10 asistencias. Está 13° en este ítem.
En esto, se evidencia el descenso en rendimiento que ha tenido Buonanotte. En su primer campeonato en Chile creó cuatro manos a mano, mientras que ahora lleva sólo dos. Además, su número de duelos ganados y dribleos ha disminuido considerablemente (ver tabla).
Todo esto conlleva una falta de gol. Con 14 tantos, la UC está muy lejos del rendimiento realizador del campeonato pasado: en el Apertura acumuló 37 goles. Una diferencia que se hace notar en la salida de Castillo. El encargado de reemplazarlo, Silva, sólo lleva dos tantos a nivel local. El Nico hizo 13 en el campeonato pasado. Además, realizó siete asistencias. Silva no lleva ni una.
La línea donde Salas ha realizado más cambios es la defensa. Como lateral derecho, ha ocupado a Espinoza, Magnasco y Álvarez, a quien ha utilizado como central junto a Lanaro, Kuscevic y Maripán. Las dos lesiones que Lanaro ha sufrido lo han complicado en demasía. Luego de la caída ante Audax, la UC acumula 18 goles en contra en 10 duelos, los mismos que los 15 del Apertura 2016.
A esto se suman las bajas en los rendimientos individuales. Ni Buonanotte, ni Kalinski ni Noir, los tres extranjeros que llegaron el segundo semestre de 2016, han tenido la regularidad y brillantez del Apertura. Sólo a cuentagotas. Y Maripán ha bajado en su rendimiento, evidenciándolo ante Audax Italiano, mientras Fuenzalida tampoco ha logrado brillar. Y ni siquiera ha podido aportar con goles, una faceta en la que siempre aparecía y que ahora la UC necesita con urgencia. Esta diferencia de rendimiento se acentúa con el que los mismos nombres demuestran en Copa Libertadores, donde están invictos en un grupo complejo ante Atlético Paranaense, Flamengo y San Lorenzo.
"Van a ser 12 partidos en seis semanas, tenemos que estar preparados para eso. Ya veremos cómo lo haremos, pero en general el mes y medio que queda va a ser muy difícil, pero lindo", adelantaba el Comandante a fines de marzo. Por ahora, en el Clausura ya se despidió de opciones por el título. Y ni siquiera los viajes son excusa. Sólo ha salido de Chile para medirse al Paranaense, el 7 de marzo, y a nivel local ha jugado sólo tres veces lejos de Santiago.
Salas, para colmo, tampoco ha logrado dar en el clavo en un terreno en el que sufrió en demasía el domingo. En el pasto sintético de La Florida, los cruzados no han ganado en sus últimas seis presentaciones: llevan cuatro derrotas al hilo, tres por torneos nacionales y una por Copa Chile. No es casualidad su maldición en el sintético: en el Lucio Fariña de Quillota perdió sus dos cotejos en 2016. Un escenario al que el Comandante no ha sido capaz de darle la vuelta.
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