Exposiciones y nueva edición conmemoran los 50 años de Rayuela

En Argentina y Francia se abren muestras sobre la obra de Julio Cortázar.




Sabía que era un libro lleno de "imperfecciones", tantas que lo "fastidiaban". Le "dolían". Pero no podía cambiarlas. No quería. Corría el primer semestre de 1963 y Julio Cortázar, que pocos días después abrazaría fervientemente la Revolución Cubana, le escribía a su editor, Francisco Porrúa, comentando las pruebas de su nuevo libro: Rayuela era una novela que desafiaba deliberadamente la narración tradicional y le exigía al lector decidir su propia manera de seguir los capítulos. Y estaba llena de imperfecciones: "Creo que nunca se escribió un libro tan a contrapelo, tan a contralibro", comentaba Cortázar.

Publicada en Buenos Aires el 28 de junio de 1963 por Editorial Sudamericana, mañana Rayuela cumplirá 50 años. Pilar del boom latinoamericano y lectura de iniciación de varias generaciones de jóvenes, la obra que convirtió a Cortázar en una celebridad inicialmente desconcertó a la crítica. Luego vinieron los vítores: "Cortázar nos ha liberado", dijo Carlos Fuentes. También García Márquez, Vargas Llosa, Octavio Paz e incluso Roberto Bolaño la alabaron.

En el aniversario del medio siglo de la historia de Oliveira y la Maga, Rayuela y Cortázar son homenajeados en Argentina, México, Perú y Francia. Además, Alfaguara lanza una edición conmemorativa que incluye un mapa con el París retratado en el libro y una serie de cartas del autor que trazan la historia de la obra. "Lo que estoy escribiendo, espero, es una especie de bomba atómica en la literatura latinoamericana", le dijo a su traductor al inglés, Paul Blackburn.

Oliveira y la Maga
Instalado en París desde 1951, donde por años vivió como traductor, Cortázar empezó como un cuentista fantástico (Bestiario, 1951) antes de terminar en la experimentación de Rayuela. A contrapelo de la solemnidad de Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato, creó un libro lleno de juegos lingüísticos y citas inesperadas, que arranca con una propuesta lúdica: provee tres maneras de leer la novela: de principio a fin, siguiendo una ruta particular que zigzaguea entre los 155 capítulos o de la manera que el lector quiera.

"¿Encontraría a la Maga?", arranca la novela que sigue el intermitente romance entre Oliveira, un solitario en búsqueda perpetua, y la magnética y escurridiza Maga. Son parte de un grupo de latinos que escuchan jazz, fuman cigarrillos Gitanes, toman vino, deambulan por un laberíntico París y se hacen llamar El Club de la Serpiente. Rayuela también narra el regreso de Oliveira a Buenos Aires. A esa historia, Cortázar intercala notas de un filósofo llamado Morelli, recortes de prensa, citas de cualquier especie, experimentos verbales, etc.

Pensada por Cortázar para lectores de su edad -tenía 49 años al publicarla-, Rayuela en realidad era un puzzle sin solución que cautivó a los jóvenes: "Rayuela era un repertorio de preguntas, de cuestiones, de angustias, que los jóvenes sentían de una manera informe porque no estaban intelectualmente equipados para escribirlas o para pensarlas y se encontraban con un libro que las contenía", dijo el escritor.

Mientras en México una exposición recoge 55 pinturas e instalaciones inspiradas en la novela, el Instituto Cervantes de París abre una muestra de imágenes sobre la ruta parisina de Cortázar y en Perú la Universidad Nacional Mayor de San Marcos abre abre un ciclo de conferencias en torno a Rayuela. Hoy en Buenos Aires se inaugura en la TV Pública una exposición bibliográfica sobre el autor y se lanza el programa de Año Cortázar 2014, que conmemorará los 100 años de su natalicio.

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