Grupo opositor cubano teme colapso de disidente en huelga de hambre

Guillermo Fariñas lleva seis días sin comer ni beber agua para protestar por la muerte de Orlando Zapata, tras una huelga de hambre de 83 días.




La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), formada por opositores al gobierno del Presidente Raúl Castro, afirmó hoy que el disidente en huelga de hambre, Guillermo Fariñas, podría perder pronto la conciencia en vista de que se niega incluso a beber agua desde el miércoles.

"Puede colapsar ya mañana, lo más tarde pasado", dijo el portavoz de la CCDHRN, Elizardo Sánchez, quien estimó que si no ha perdido el conocimiento todavía es debido a las bajas temperaturas registradas en los últimos días, que llevaron a Fariñas a transpirar poco y a que su organismo consumiera así menos agua.

Según Sánchez, el disidente presenta síntomas como dolor de cabeza, abdominal y de extremidades, y es supervisado por un médico que lo visita dos veces al día.

Fariñas, de 48 años, es un psicólogo participante en la red de los llamados "periodistas independientes". El ex preso se declaró en huelga de hambre en su domicilio en Santa Clara, en el centro de Cuba, para protestar por la muerte el martes del opositor encarcelado Orlando Zapata, tras una huelga de hambre de 83 días.

En el pasado, Fariñas realizó otras huelgas de hambre, la última de ellas en 2006, durante seis meses, para exigir el acceso sin restricciones a Internet para todos los cubanos.

Según la CCDHRN, tras la muerte de Zapata, iniciaron una huelga de hambre también Eduardo Díaz, Diosdado González, Fidel Suárez y Nelson Molinet, todos encarcelados en Pinar del Río. Los cuatro presos forman parte, al igual que Zapata, de un grupo de 75 opositores detenidos y encarcelados en marzo de 2003 bajo la acusación de ser "mercenarios" al servicio de Estados Unidos.

Zapata llevó a cabo su huelga de hambre en protesta contra los "malos tratos carcelarios" y debía cumplir al menos 18 años de prisión por desacato, desorden público y desorden en centros penitenciarios, según la disidencia.

La prensa oficial cubana asegura no obstante que el fallecido era un "preso común maquillado de político" y que se le prestó toda la atención médica necesaria.

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