Hillary y Obama cierran el círculo

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En el último día de la campaña, el presidente se convirtió en la mano derecha de su ex rival. El corolario se dio en Filadelfia, donde miles de personas los vieron junto a sus esposos Michelle y Bill, Bon Jovi y Bruce Springsteen para el empujón final.




El círculo lo cerró Michelle Obama, una de las estrellas de esta campaña presidencial, cuando mencionó en la fría noche de Filadelfia no solo que Hillary era un ejemplo "para mí y millones de mujeres", o que creía "con toda mi alma" que era la líder que EEUU se merece, sino cuando dijo que ayudarla a salir era probablemente el último acto significativo que podía hacer como primera dama.

Era la unión de los Obama y los Clinton, simbolizada en esa escena: Michelle presentada por Bill Clinton, quien la describió como una estrella a la que admiraba. Ante 30 mil personas, sobre todo mujeres de todas las edades y razas, los Obama lideraban la última carga tras ocho años de mandato para mantener a su partido en la Casa Blanca.

No pudo ser más evidente que cuando Barack repitió una de las frases que, justamente, simbolizó la campaña en que le ganó a Hillary en 2008: "¿Están entusiasmados? ¿Están listos para avanzar?", lanzó, ante el entusiasmo del público. El gesto fue devuelto por la candidata, que nada más partir su discurso dijo de forma clara: "Tenemos con nosotros a un increíble presidente y a una gran primera dama".

La diversidad racial entre los asistentes contrastaba con lo que se apreciaba, por ejemplo, en el evento que Donald Trump hizo el domingo en Michigan. La fila fue más larga, y se extrañaban los gritos y el merchandising que abundaba en el evento del aspirante republicano.

Tal vez es porque Filadelfia es en muchos sentidos el cierre, y la continuación, de un círculo que comenzó hace ocho años. La aparición del actual mandatario fue el corolario de una elección que lo mostró jugado con todo por la opción de su ex rival, y a ella levantando con entusiasmo la bandera de la continuidad.

De hecho, esta noche Obama tuvo la mejor frase de todo acto, al aludir a un artículo del New York Times que planteaba que los asesores de Donald Trump le habían quitado el control de la cuenta de Twitter. "Si sus asesores más cercanos no confían en que tuitee, ¿cómo nosotros le vamos a confiar los códigos nucleares?", dijo, ante la carcajada del público.

Foco en trabajadores

La jornada de cierre era la última apuesta de los demócratas para seducir a la clase trabajadora del Medio Oeste, varios de cuyos estados -como Ohio, Michigan y Pennsylvania- están entre aquellos en los que realmente se disputa la elección.

En una campaña como la de Hillary que apostó por dejar poco al azar, hasta la elección de las figuras que la acompañaban parecía tener un sentido profundo: Bon Jovi y Bruce Springsteen, ambos cantantes con una larga conexión con los votantes de la clase obrera. Ninguno dudó un segundo en explicar por qué estaban anoche cantando. "Tomen fotos, porque esto es un momento histórico", dijo el primero. "La opción no puede estar más clara", remató el segundo.

El cierre conjunto en Filadelfia tenía un sentido más: es uno de los estados que no tiene voto adelantado y que, por ende, requiere de entusiasmo para que hoy las personas vayan a votar. Ese mismo entusiasmo que Hillary espera que, al final de la noche de hoy, la corone como la primera mujer que llega como presidenta a la Casa Blanca.

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