Irán, la tierra dorada del imperio persa, muestra sus atributos al turismo

En un territorio de más de dos veces el tamaño de Chile continental, Irán ofrece al turista un viaje a través del tiempo, donde se combinan urbes modernas, oasis idílicos y ruinas milenarias.<br>




Irán, el país de Oriente Medio que tantas canas verdes le ha sacado a Estados Unidos por su postura de generar energía atómica, lejos de ser un lugar hostil, es un sitio amigable, absolutamente recomendable para conocer y que en el último tiempo ha captado el interés internacional. Las revistas de viaje Conde Nast y Travel+Leisure y el diario inglés The Guardian han dedicado recientemente varias páginas a difundir este destino, una tierra que fue hogar de una de las más grandes civilizaciones: el Imperio Persa.

Primera detención, Teherán. La capital es paradero obligado para el viajero que llega por aire. Es una gran urbe que alcanza los 12 millones de habitantes. Al caminar por sus calles se puede apreciar una ciudad moderna, con grandes parques y una limpieza digna de ciudades europeas como Zurich o Helsinki. Para iniciar un recorrido prometedor, recomendamos visitar la mezquita del Imán Jomeini -nombre puesto en honor al líder político y espiritual que en 1979 tomó el control del país-, ubicada a 10 km de la capital. Esta estructura sencilla, de ladrillos y cerámicas, es uno de los centros religiosos más importantes del país (muy recomendable para apreciar las costumbres  de la facción musulmana imperante: los chiitas). Si le interesa la historia reciente, Teherán ofrece variados museos. Uno que no se pueden perder es el Palacio Saad Abad, antigua residencia del Sha. Otros lugares dignos de ser visitados son el Museo Reza Abbasis, donde podrá encontrar una gran colección de cerámicas, pinturas y joyería islámica;  el Banco Central, que guarda las joyas de la dinastía persa y el gran bazar.

Isfahán, el sitial safaví
Saliendo de Teherán, y a 340 kilómetros al sur, encontraremos a Isfahán, famosa por su hermosa arquitectura de la era safaví (dinastía chiita que reinó entre 1501 y 1736), y que se reconoce por sus cúpulas recubiertas de mosaicos (las hay en diversas mezquitas). Es Patrimonio de la Humanidad Unesco.

Un recorrido obligado es la plaza Naghsh-i Jahan, la más grande de Irán y una de las mayores del mundo, rodeada por monumentos históricos como la mezquita del jeque Lutfullah, que en su interior tiene un domo de 12 metros y que alberga un impresionante pavo real tallado en cerámica; y el palacio de Ali Qapu que, con seis pisos y 48 metros, deslumbra de día y de noche.

Shiraz, el jardín del paraíso
Más al sur se yergue Shiraz (a 700 km de Teherán), ciudad conocida por sus bellos prados. Esta metrópolis fue la antigua capital de Persia durante la dinastía Zand (1750- 1794 d.C.), la que se presume fue construida hace más de 2.500 años. Si bien Shiraz tiene muchos lugares preciosos, destaca uno que alcanza al grado de imperdible: el Jardín Eram (Jardín del Paraíso), un parque de gran tamaño famoso por sus rosas, sus estanques y sus avenidas con cipreses. Conocido como Baghe Eram por los iraníes, destaca por tener un ciprés enorme, simétrico, que destaca por sobre sus pares siendo -según los cuidadores del lugar- único en todo el país.

Persépolis: la magnífica
Un recorrido por Irán no podría terminar sin pasar por su tesoro arqueológico más famoso, Persépolis. Ubicada a sólo 70 km de Shiraz, este también Patrimonio de la Humanidad Unesco data del año 512 a.C., cuando el Rey Darío I encomendó su construcción. Persépolis (en griego: ciudad persa) es uno de los lugares favoritos para los turistas y cómo no, si ha inspirado libros y películas, además de ser hogar de dos de las construcciones más imponentes de Imperio Persa: la Puerta de Jerjes y el Palacio de las 100 columnas. El primero es una ruina de 5,5 metros, construida en mármol y roca, donde se ven talladas dos estatuas colosales que representan hombres-toro alados, o lammasus (figuras protectoras). El segundo, también conocido como el salón del trono, es el más grande de los palacios de Persépolis, cuyas columnas principales tienen nada menos que 18 metros. En su interior se puede apreciar una notable decoración con relieves, donde se pueden ver los diseños de los "Inmortales" (guerreros de elite que defendían al emperador).

A TENER EN CUENTA
1 Beber alcohol y/o consumir drogas tiene penas de cárcel.
2 Para tramitar una visa se debe realizar con anticipación. Se hace en la embajada de Brasil en Chile.
3 Las mujeres  extranjeras deben cumplir con las normas del país respecto a vestimenta. A partir de los nueve años deben cubrirse cabeza, brazos y piernas en público y utilizar ropas holgadas.

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