Isidora Jiménez, la velocista que no quería correr
Con sólo 19 años es la atleta que más récords en la pista ha batido en Chile. Para llegar a este nivel, resignó otros intereses.
La espalda de Rosangela Santos se alejaba rápidamente. En cosa de segundos, la brasileña le había sacado cerca de 60 metros de ventaja a Isidora Jiménez, quien disputaba su primer sudamericano de atletismo en 2008, con 15 años. "Fue una masacre", recuerda. Sus expectativas cambiaron a partir de ese día. Jiménez veía las giras de colegio sólo como una oportunidad para carretear, pero esa derrota no le fue indiferente. Había llegado allí sin hacer el menor esfuerzo y sabía que, si se enfocaba, podía ser mucho más rápida.
Jorge Grosser se dio cuenta de lo mismo cuando la vio correr por primera vez. "Para mí fue fácil encarrilar esa habilidad innata. Era como si una niña recién hubiera aprendido a leer y ya estuviera leyendo clásicos", comenta el entrenador de 67 años, cuyo trabajo todavía es buscar talentos para el Centro de Entrenamiento Regional de Concepción. Tras pocas prácticas, era mucho mejor que varias que llevaban años entrenando.
Para conseguir el éxito en la pista, Jiménez resignó el vóleibol y el hockey césped, la actividad que más le gustaba y en la que destacaba como alumna del Saint John's. "¡Echenle correr la pelota a la Isi!", era una de las instrucciones habituales de su DT, Felipe Neira. El padre de la deportista, Juan Pablo, explica que "la 'Isi' estaba acostumbrada a perder, porque el equipo no la acompañaba. Eso la motivó a probar en el atletismo".
Jiménez se fue becada al colegio Concepción y puso el atletismo como prioridad, aunque no estuviera convencida. "No me gustaba mucho el deporte en sí y no conocía a nadie, pero lo hice porque los resultados fueron inmediatos", comenta. En los años posteriores se sucedieron los triunfos. Las dos medallas de oro en el sudamericano de menores de 2010 disputado en el Nacional confirmaron que había elegido bien. "Recién ahí dije: 'esto es lo mío'", revela.
Responsabilidad olímpica
Jiménez vive sola en Santiago, estudia periodismo en la Gabriela Mistral y se está adaptando a ese estilo de vida. Su departamento está a un par de cuadras del de su entrenador Carlos Moreno, en caso de cualquier emergencia. Es muy amiga de su esposa, la atleta Daniela Pavez, cuyas marcas nacionales han ido cayendo a merced de su velocidad.
Pese a la cercanía, no todos los entrenamientos son apacibles. Moreno la exige bastante y eso muchas veces la fastidia. "De repente hay que apretarla un poco, porque puede ser desconcentrada y mañosa. Yo la entiendo, tiene recién 19 años y está madurando, pero son excepciones, porque es muy profesional", aclara el entrenador.
Hoy, Jiménez ostenta 12 récords nacionales juniors, sub 23 y adulto, la mayor cantidad de plusmarcas en la historia de este deporte en Chile. Además, está a 12 centésimas de clasificar al Mundial de Rusia de este año y de alcanzar la marca mínima para los Juegos Olímpicos (tiene 23''42 y necesita 23''30). "Los Juegos no son un sueño para mí, sino un objetivo. Quiero ir allá a competir", asegura la esprinter. Hoy no tiene que verle la espalda a ninguna competidora y es feliz en lo que hace.
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