La historia detrás del abrazo entre Mark González y José Amador

El volante corrió más de 30 metros tras el tercer gol de Chile para festejar junto al fisioterapeuta, pieza clave en una etapa de su larga recuperación.




Mark González tuvo una brillante vuelta a la Selección en Rancagua. No sólo por los dos goles que le convirtió a Estados Unidos, sino porque además se exhibió como una pieza confiable para Jorge Sampaoli de cara a los próximos compromisos y especialmente para la Copa América de este año.

De un plumazo, el extremo izquierdo de Universidad Católica parecía dejar atrás varios años de frustraciones por la seguidilla de lesiones que lo afectaron. Fueron duros y largos periodos de rehabilitación, en los que González recorrió varios tratamientos y variados especialistas.

Uno de ellos fue José Amador, el fisioterapeuta de la Selección, a quien conoció en 2012 en Universidad de Chile. En el primer semestre de ese año, el profesional cubano aterrizó en el CDA por pedido especial de Jorge Sampaoli para intentar recuperar al defensor Eduardo Morante. Por entonces, Chico Mark también visitaba el centro deportivo, invitado por el club, para recuperarse de una lesión a la cadera.

Fueron pocos días los que coincidieron, especialmente porque la estadía de Amador fue breve. Debía volver a Ecuador, donde tenía una consulta médica que no podía dejar botada. Sería el primer encuentro entre el cubano y Mark González. Nunca imaginaron que el fútbol volvería a cruzarlos años más tarde.

La llegada de Sampaoli a la Selección le volvería a abrir las puertas de Chile al fisioterapeuta. Esta vez, se instalaría con todo en Juan Pinto Durán, a tiempo completo. Allí, nuevamente se encontraría con Mark González, frecuentemente nominado el año 2013 a la Selección, pese a los problemas físicos que padecía. Esta vez, una grave lesión en su pierna izquierda, que casi tiene consecuencias fatales, todavía tenía secuelas.

Amador, ahora sí, se tomó el caso muy personal. Pese a que el extremo izquierdo no sería tomado en cuenta en los partidos, los resultados del tratamiento cada vez que el jugador iba a Juan Pinto Durán eran óptimos. Tan a gusto quedó González, que a fines de año estuvo casi un mes en Ecuador visitando al fisioterapeuta, mientras éste disfrutaba de unas vacaciones. La unión entre ambos estaba sellada para siempre.

Por ello, anoche cuando convirtió su segundo gol, Chico Mark no dudó en ir a abrazarlo. Ese momento mágico, como sacado de un cuento de hadas, tenía muchos responsables. Entre ellos, el fisioterapeuta, a esta altura convertido en todo un talismán para Sampaoli.

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