La historia y la caída del alcalde estrella de la UDI

<p>Tras el escándalo GMA en Recoleta, Gonzalo Cornejo, se vio forzado a renunciar a una reelección que daba por segura.</p>




HISTORIA PERSONAL
Gonzalo Cornejo Chávez nació en Concepción, el 2 de mayo de 1963. Hijo de una profesora y un ex militar, estudió en el Instituto de Humanidades de esa ciudad y en el San Ignacio (El Bosque), en Santiago. Abogado, egresó de Derecho de la U. Diego Portales, donde conoció a otros gremialistas y selló su ingreso a la UDI.

A comienzos de los 90, cuando era un activo dirigente de la juventud gremialista, conoció a la diputada Claudia Nogueira, seis años menor que él y con quien se casó en 1994. Tienen dos hijos. El mayor nació en febrero de 2004 y, según han contado, lo tuvieron tras encomendarse a Fray Andresito, patrono de Recoleta.

Tras egresar, fundó el estudio Piddo, Paniagua y Cornejo, donde trabajó hasta que obtuvo una beca para un magíster en Alemania. Regresó en 1997 para retomar su carrera política, al tiempo que se desempeñó en la Unab. El edil posee dos propiedades, en Vitacura y Lampa, además de participaciones en cuatro sociedades.

DE LA MANO DE GUZMAN
En 1983, su compañero de carrera, el actual diputado Gonzalo Uriarte, lo invitó a fundar el movimiento gremial en la UDP. La idea había sido encomendada a Uriarte por Jaime Guzmán y Andrés Chadwick, buscando formar canteras de jóvenes en universidades privadas. Al grupo se unirían los también diputados Marcelo Forni y Felipe Salaberry.

Ya articulados, fundaron una revista para difundir las ideas del gremialismo y formaron la Federación de Estudiantes con Cornejo como secretario general. Al año siguiente, el edil encabezó la lista para enfrentar la reelección, pero perdieron ante la DC.

En esa época accedió a una de sus cartas de presentación en la UDI, al integrar el grupo de universitarios que se reunía con Guzmán. Compartió con figuras como Marcela Cubillos y José Antonio Kast. En 1990 y por decisión de Guzmán, asumió como presidente de la juventud UDI, elección polémica, pues no pertenecía al "tronco histórico", que venía de la UC.

LA SUERTE DE CORNEJO
La juventud UDI marcó el destino de Cornejo. "Era casi un gurú entre los jóvenes", dice un dirigente que hoy lo critica por el caso GMA. Otros recuerdan que el abogado organizaba reuniones en su departamento con jóvenes militantes. En una de ellas dijo que le gustaría proyectar a la UDI como el peronismo argentino, un partido que diera cabida a muchas tendencias políticas y lograra perpetuarse en el poder.

En 1997 fue fichado como jefe de campaña del ex diputado por Recoleta Cristián Leay, quien planeaba cederle su cupo el 2001.  Leay fue quien pidió al partido que lo postulara a alcalde. Con el eslogan "El Cornejo de la suerte", ideado por Manfredo Mayol, y el apoyo de la juventud UDI, Cornejo obtuvo en noviembre de 2000 un sorpresivo triunfo, con el 28,9%.

Con ello se transformó en uno de los "nuevos rostros" de la UDI, junto a Gustavo Hasbún y Carolina Plaza, quien desde Huechuraba fue su dupla política. Ambos están cuestionados por el caso GMA.

LA ABRUPTA DESPEDIDA
"Voy a seguir en la UDI hasta la muerte", dijo Cornejo al ingresar ayer al Diego Portales. Los rumores de su renuncia a ser candidato ya eran altos. Muy temprano se lo había comunicado al timonel del partido, Hernán Larraín, y al secretario general, Darío Paya. También sabía Longueira. "Estas son mis manos, puedo jurar que están limpias", señaló el edil al dar su discurso. Sólo reconoció "errores en las rutinas y procedimientos".

Tras el informe de Contraloría, que se reveló el martes, la pista se le fue poniendo pesada en la UDI. En parte por las sucesivas contradicciones de su defensa y porque Cornejo teme ser formalizado en las próximas semanas.

Su situación en la UDI estaba también cruzada por las elecciones entre José Antonio Kast y Juan Antonio Coloma. Quienes respaldaban al diputado apostaban a que siendo implacables contra el edil lo eran con Longueira, rostro central de sus críticas.

LONGUEIRA, EL GRAN ALIADO
Su triunfo en Recoleta dio un nuevo estatus a Cornejo en la UDI: fue designado por Longueira, su "padrino político", presidente de los alcaldes, obtuvo una vicepresidencia y se integró a la comisión política hasta 2005.

Aunque el caso GMA le trajo nuevos enemigos, Cornejo sigue conservando el respaldo de Longueira, quien en pleno auge de las acusaciones lo calificó de "intachable".  A él se sumaron Leay y el diputado Felipe Salaberry (con quienes veranea en Morrillos), aparte de Carolina Plaza. El caso lo alejó de Lavín y le hizo perder amigos, sobre todo entre la "tercera generación".

IMITANDO A LAVIN
Imitando el estilo Lavín, Cornejo aumentó su popularidad en Recoleta. En 2004 fue reelecto con un 48%, lo que marcó un punto de inflexión en su relación con el partido. Cornejo comenzó a presionar por espacios y forzó a la UDI, en una decisión resistida, a llevar en 2005 como candidata a su esposa, Claudia Nogueira, actual diputada por Recoleta.

En 2006, Cornejo se sumó a la cruzada del "díscolo" alcalde Francisco de la Maza y cometió un error: se enemistó con Jovino Novoa al pedir que los dirigentes de la era de Pinochet salieran de la primera línea del partido. Luego debió retractarse.

NACE UN DISCOLO
Bien posicionado internamente,  tras las elecciones de 2004, Cornejo empezó a tener mayor figuración mediática y a pensar su futuro en palabras mayores: Santiago e incluso la Presidencia. Así, armó un equipo, integrado por Teuber, Leay y Pablo Wagner, entre otros, que se reunía cada 15 días a definir estrategias. En la UDI sostienen que éstas pasaron mucho por diferenciarse políticamente de la colectividad, para ampliar su techo electoral.

Su nueva actitud no le jugó a favor. Comenzó a manifestar oposición en temas valóricos, y en vísperas de las elecciones del 2004 empapeló Recoleta con gigantografías en las que aparecía junto a Ricardo Lagos por la ampliación del metro. Sin embargo, su más fuerte choque se dio en 2006, cuando sentenció que "los dirigentes de la UDI vinculados a la dictadura deben dar espacio a los que no tienen esa imagen". Sus dichos, interpretados como un dardo a Novoa, le hicieron perder bonos internos, los que, pese a su inmediata retractación, nunca recuperó.

Sus últimos roces fueron el año pasado, cuando junto a otros alcaldes UDI se reunió con Piñera y cuando declaró ser el tercer "bacheletista-aliancista", tras Lavín y Longueira.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.