La inteligencia de los futbolistas

Simon Mignolet, el portero belga del Liverpool FC, sostiene que fue su compañera y no el psicólogo del club quien le hizo ver el problema que amenazaba con arruinar su carrera.




"Estaba mi familia de visita y estábamos cenando cuando Jasmien me dijo, 'Simon, ¿a veces no piensas demasiado cuando juegas?' Eso dijo ella, y yo dije que todos pensamos cosas cuando jugamos… pero tenía razón, ¿no?".

La familia había estado comentando una jugada particularmente desafortunada de Simon, cuando vaciló ante el pase atrás de un compañero, que él dejó ir al córner en vez de despejar; explicó luego que había cambiado de idea sobre el destino de la pelota.

La hinchada le hizo notar entonces que su crédito estaba virtualmente agotado.

Todos saben que Mignolet es una persona inteligente. No hace mucho completó un curso sobre el socialismo en el siglo XX y los periodistas que lo entrevistan coinciden en valorar su elocuencia y sensatez, buenos indicadores de inteligencia.

El psicólogo del Liverpool, Steve Peters, y todo el cuerpo técnico coincidieron plenamente con el diagnóstico casero de Jasmien y desde entonces el entrenamiento de Mignolet se ha concentrado en los aspectos básicos del oficio y en las reacciones instintivas de un portero.

Mignolet

(Cabe señalar que los entrenadores de porteros conocen muy bien la importancia de la reacción instintiva de sus pupilos; sea como fuere, el rendimiento de Mignolet ha mejorado considerablemente en las últimas semanas.)

Habría que investigar un poco más esta relación entre inteligencia e instinto en la experiencia deportiva, porque su interacción se advierte en muchísimos casos.

El físico británico Stephen Hawking definió la inteligencia en una frase feliz: "es la capacidad de adaptarse al cambio", pero en realidad los expertos mencionan desde la capacidad de razonamiento lógico hasta la de resolver problemas, pasando por abstracción, comprensión, conciencia, memoria, creatividad, aprendizaje…

El problema de Mignolet no tenía que ver con la función cognitiva de la inteligencia (su capacidad de asociación de ideas y la memoria de ellas) sino con la interacción entre la capacidad de resolver problemas y la concreta aplicación de la solución escogida.

(O si lo prefieren, era un poco como "Rogelio, el hombre que pensaba demasiado", aquel personaje del humorista argentino Landrú que de tanto pensar no atinaba a hacer nada.)

Cabe suponer que el problema de Mignolet era psicológico, de inseguridad, de falta de confianza en sí mismo.

Algo parecido podría decirse del problema que aflige a Cristiano Ronaldo, cuya baja forma actual es atribuida por muchos a su ruptura con la modelo rusa Irina Shayk, aunque otros señalan una persistente lesión en su rodilla izquierda, que limita su capacidad de acción.

El periodista catalán Guillem Balagué, que escribe una biografía de CR7, afirma hoy en el Diario As que la inteligencia del luso lo ha llevado a variar su juego debido a las limitaciones físicas: "se está convirtiendo en un delantero goleador con menor influencia en el juego".

El periodista dice que "el futbolista actúa por lo que normalmente se califica de intuición, pero que en realidad es un cúmulo de cosas aprendidas tras años de entrenamiento [y si no puede hacerlo] surge un conflicto entre lo que dice la cabeza y lo que ofrece el cuerpo."

En realidad, la inteligencia de Cristiano Ronaldo es normal, aunque se podría señalar que no brilla precisamente en el aspecto emocional, o social, su capacidad para interpretar los sentimientos de los demás; y en este caso no hablamos de Irina, sino de los madridistas que le reprocharon que festejara su cumpleaños la noche de la derrota 0-4 ante el Atlético.

Uno de los casos más notables de inteligencia entre los futbolistas es el de Clarence Seedorf, el versátil mediocampista holandés que pasó por Ajax, Sampdoria, Real Madrid, Inter, Milan y Botafogo, para desempeñarse luego fugazmente como entrenador del AC Milan.

Su despido no se debió a razones deportivas sino a la pugna interna por el poder entre el vicepresidente Adriano Galliani y Barbara Berlusconi, la hija del propietario.

Seedorf habla con fluidez seis idiomas: holandés, inglés, italiano, portugués, español y sranan tongo, o taki taki, el dialecto nacional de Surinam. También es muy rápido para identificar los errores lógicos en afirmaciones aparentemente sensatas.

Gabriele Marcotti, en un artículo hoy en el Times, cita a Seedorf corrigiendo a José Mourinho sobre un tema de actualidad en Inglaterra: la ausencia casi total de entrenadores y dirigentes negros en el fútbol. "En el fútbol no hay racismo", dijo Mourinho. "(El juego) no es tan estúpido como para cerrar la puerta a la gente […] Si eres bueno, te darán el puesto".

A esto, Seedorf replicó: "Tiene razón en que si eres bueno triunfarás, pero si nunca tienes la oportunidad de demostrar lo que puedes hacer, no triunfarás. Y es un hecho que faltan las oportunidades para las minorías étnicas [en la selección de entrenadores y dirigentes]".

¿Cuál afirmación le parece a usted más sensata, más inteligente?

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