La lucha contra el cáncer de una Miss Venezuela

Eva Ekvall registró con fotos y correos electrónicos en el libro "Fuera de foco" sus ocho meses de tratamiento contra el cáncer de mama.




"¡Lo otro es que me afeité la cabeza! Todo el mundo me dice que se ve 'arrechísimo' y yo les planteo que hagan lo mismo para ver si les sigue pareciendo 'arrechísimo' y nadie se ha atrevido. Pero me estoy acostumbrando".

El 13 de marzo de 2010 Eva Ekvall (venezolana, 27 años, Miss Venezuela 2000, ex finalista de Miss Universo 2001) le escribió eso a familiares y amigos.

Un fragmento de un correo electrónico que podría resumir la fortaleza, el humor y la voluntad de la que se sirvió para enfrentarse al cáncer de mamá que le habían diagnosticado un mes atrás.

Una de las formas que encontró para dar pelea fue escribir. Y para evitar dar una y otra vez las mismas explicaciones a familiares y amigos creó una cuenta de correo para informar sobre el tratamiento.

Meses después esos correos electrónicos conformarían el libro "Fuera de foco" donde Ekvall cuenta sus ocho meses de tratamiento, de febrero a octubre de 2010.


Sus textos van acompañados de las imágenes de ese proceso tomadas por el fotógrafo Roberto Mata.

"PENSE QUE IBA A MORIR"
"En el momento en que me diagnostican pensé que me iba a morir. Estaba casi segura que me iba a morir. Los médicos me dijeron que era bastante avanzado, que era un gran riesgo", le dice a BBC Mundo.

"Pensé que mi esposo se iba a quedar solo con mi hija. Me imaginé mi vida sin mí básicamente. Pero luego de unos días, de ese shock, uno empieza a trabajar en pro a curarse".

Ese trabajo incluyó apegarse a su hija Miranda, quien en ese entonces tenía seis meses, a su esposo y al resto de su familia. Pero también al trabajo.

Ekvall continuó en televisión. La necesidad de desviar su mente y de estar ocupada la llevó a aferrarse a su actividad profesional para sobrevivir.


"Trabajé muchísimo. Nunca había trabajado tanto. Ocupé la mente tal vez hasta en exceso. No evadiendo el problema", aclara.

Ekvall comenzó a ser vocera de SenosAyuda, una organización que busca alertar sobre el cáncer de mama en Venezuela, donde mueren cada día cuatro mujeres a causa de esta enfermedad.

"Espero que la gente esté más alerta. Por eso he trabajado mucho con la gente de SenosAyuda. Me gustaría hacerle entender a las personas jóvenes que esto está pasando y que se cuiden. Y que no sean tan ignorantes como lo fui yo", explica.

Y lo dice porque su abuela murió de cáncer de mama y su tía se enfrentó dos veces a la misma afección.

OTRO TIPO DE FLASH
El fotógrafo Mata acompañó a Ekvall durante el tratamiento que incluyó quimioterapia, radioterapia y una mastectomía.

"Me ofreció registrar fotográficamente todo el proceso de recuperación del cáncer sin tener una idea de para qué podía ser, simplemente documentarlo y después vemos qué hacemos (…) Y le dije que sí. Luego de un par de meses de fotos se me ocurrió hacer un libro con texto".

Aunque nunca lo vio como una intromisión, al principio le costó adaptarse a que el lente la retratara de otra forma a la que estaba acostumbrada.

"Para mí es importante verme bella antes de tomarme una foto. Y sentir que estaba el fotógrafo agarrándome en ángulos que no me sentía tan bien o sin pelo, durante momentos que eran poco atractivos para mí, me incómodo un poco al principio, pero bueno, el cáncer tampoco tiene que hacerte ver bella".

Eva todavía ve las fotos y le impresiona. "Veo fotos de mí en ese momento y es como la muerte. Pero me preocupé más por mi familia que por mí, de que no vieran todo el tiempo una imagen mórbida".

Y ahora, todavía con el pelo corto y tras superar el trance de la doble amputación de senos -reconstruidos en la misma operación-, está muy contenta consigo misma.

Su femineidad, claro, sintió el golpe. Pero ella salió adelante, con una peluca para salir al aire por televisión y con el humor que la caracteriza para enfrentar la vida.

Poco después de la operación en la que le amputaron ambos senos escribió: "Me está saliendo pelo y debo decir que el look Sinead O'Connor me luce estupendo. La modestia la dejé en el quirófano".

A los 28 años Eva teme olvidar las lecciones de esta experiencia.

"Trato de recordar todos los días lo que pasé. Creo que las cosas se pueden olvidar y es como si no hubiera pasado nada. Y de verdad que sí pasó y fue muy difícil y dio miedo".

Por eso insiste, decidida a disfrutar estar viva, "yo lo único pido es que no se me olvide esto nunca. Que siempre lo tenga conmigo".

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