La nueva lucha de los nortinos: el aumento de enfermedades mentales post terremoto
Especialistas entregan recomendaciones para superar las angustias, mientras que el Minsal dispuso algunas medidas para ir en ayuda sicológica de los personas.
Fue la propia
ministra de Salud Helia Molina
quien sostuvo que una vez que disminuye la actividad sísmica tras un terremoto, comienzan a aumentar las preocupaciones, y así afloran las enfermedades mentales.
La
enfermera y experta en salud mental de la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología, Elizabeth Contreras,
asegura que en el caso de las personas afectadas por el terremoto que se registró el martes en el Norte Grande, basta con que sientan o perciban una leve sensación de movimiento, para que este pequeño estímulo les haga revivir la experiencia traumática por la que atravesaron y generen con ellos una crisis de angustia.
"Estas crisis pueden tenerlas personas con antecedentes previos y aquellas que nunca lo han sufrido, pues simplemente lo puede incentivar el temor que le despierte una actividad sísmica de alta intensidad"
, dijo la profesional.
LAS MEDIDAS DEL GOBIERNO
La ministra de Salud explicó que la gente "frente al shock se mantiene con la adrenalina alta, una vez que baja la actividad sísmica, se empieza a hacer fuerte el contexto, es decir los daños en la vivienda y el trabajo".
Ante esta situación, la secretaria de Estado indicó que por su paso por el norte del país también lo acompaña un siquiatra, que acompaña a los centros ubicados en la zona.
"Se hizo una planificación para el acopio de otros profesionales de otras regiones, sabemos que esto es un tremendo problema. Chile ya es uno de los países con más problemas mentales de Sudamérica", dijo.
Además, adelantó que estuvieron en conversación con la ministra de Deportes, para hacer intervenciones de lo "lúdico, deportivo", y así poder distraer a la población afectada.
¿COMO SUPERAR LOS MIEDOS?
De acuerdo a las recomendaciones entregadas por Contreras, ante una situación de tensión muchas personas reaccionarán con un mayor estrés o angustia, de manera tal que con un mínimo ruido o movimiento que se relacione con un episodio fuerte vivido, en este caso el terremoto, biológicamente generará una mayor descarga energética la que se traducirá en aumento de los latidos del corazón, aumento de la frecuencia respiratoria, temblor generalizado, sudoración y en un primer momento palidez.
"Hay personas que son mas susceptibles que otras para estos eventos, ya sea por antecedentes familiares o porque, por ejemplo, el individuo en ese minuto está pasando por una depresión, esto genera que tenga menos herramientas sicológicas para lidiar con un escenario de tensión. C
uando se trata de menores de edad que aun no han formado su personalidad y está en pleno proceso de desarrollo, al ver que el adulto se descontrola actuará de la misma forma que sus mayores, es decir, además del susto por el que atraviese, imitará la reacción de la persona que para él es un personaje significativo
", asegura la especialista.
Explica ademas que comúnmente
existe un grupo de adultos que tiene la tendencia a ser los protectores, y otros que tienden a ser los protegidos, en este grupo están los individuos que se caracterizan por ser más dependientes,
los que les cuesta tomar decisiones y siempre necesitan el apoyo de terceros, especialmente en momento de crisis. "Lo más importante al enfrentar a alguien que atraviese por una crisis de angustia es saber acudir a la empatía, la que no sólo se trata de ponerse en los zapatos del otro, puesto que es más que mirar desde su misma perspectiva, lo correcto del que busca la empatía es lograr sentir lo que siente el otro, sin enjuiciarlo y respetando su angustia. Lo ideal es acogerlos, entregarles confianza y calma".
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