La pugna de poder entre Messi y Luis Enrique sacude a Barcelona

El argentino no aguantó ser suplente el domingo y ayer no asistió a una práctica abierta. Su molestia con el técnico es evidente y muchos auguran que en el club sólo hay lugar para uno.




No son días fáciles en Barcelona. La caída del último domingo a manos de Real Sociedad no sólo le impidió a los catalanes superar en la cima del torneo a Real Madrid. De paso, desnudó una serie de problemas al interior del camarín, que podrían traer graves consecuencias al club toda vez que se apunta a Lionel Messi como uno de los más molestos con la actual situación.

El astro argentino no ocultó su molestia con el técnico Luis Enrique por dejarlo sentado en el banquillo durante todo el primer tiempo. Los gestos de la Pulga durante esos 45 minutos evidenciaban fastidio, lo que se confirmó 24 horas después, cuando no asistió al entrenamiento público dispuesto por el club. Los 11 mil hinchas azulgranas que llegaron al entrenamiento se quedaron con las ganas de verlo en acción y sobre todo de conseguir alguna fotografía o autógrafo.

Ni siquiera la explicación posterior, en la que se señalaba que el goleador padecía de una gastroenteritis, logró apaciguar el rumor instalado desde hace un tiempo en Cataluña. Y es que Messi no está cómodo con Luis Enrique. Aquellos que están día a día en torno al club aseguran que al transandino no le gusta la forma de trabajo del ex compañero de Iván Zamorano en el Real Madrid.

Lo sucedido el domingo simplemente terminó por agotar la paciencia de Messi, que alguna vez se enfadó con el propio Pep Guardiola por dejarlo sentado en el banquillo. Aquella vez, al igual que este lunes, decidió no asistir al entrenamiento del equipo posterior al partido. Eso sí, la realidad de aquel equipo de Barcelona era muy distinta a la de este cuadro dirigido por Luis Enrique, que marcha segundo en la tabla, pero está lejos de brillar.

Muchos asocian lo que ocurre entre Messi y Luis Enrique a un tema de poder. Los roces entre ambos se vienen sucediendo desde hace un tiempo, pero los últimos buenos resultados habían apagado el fuego. Ahora, la derrota en San Sebastián dejó sin piso al técnico frente al transandino y también ante los hinchas, que aún no entiende la decisión de sentar a la Pulga en el banquillo, sobre todo porque minutos antes había perdido Real Madrid. Muchos auguran que en el club hoy en día sólo hay lugar para uno.

Las salidas de Andoni Zubizarreta y Carles Puyol, por decisión del presidente del club, encendieron aún más las alarmas de un club que hasta hace poco era visto como el modelo a seguir por todo el mundo. Hoy, con cuatro técnicos en igual número de temporadas, intenta recuperar el liderazgo que tuvo en la década pasada. Habrá que ver si lo hace de la mano de Messi o si tendrá que salir a buscar una nueva megaestrella que los conduzca a la cima.

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