La ruta de las comisiones
Es el negocio que mueve al fútbol, pero también el que más oscuro se mantiene. La representación de jugadores vive absoluta libertad en Chile, donde cualquiera puede transformarse en un agente. El Deportivo consultó a dirigentes, representantes y futbolistas sobre cómo se articula el mercado que maneja la industria y donde la mayoría parece estar al borde de la legalidad.
Es extraño, pero en el fútbol nacional son muy pocos los agentes dispuestos a hablar abiertamente sobre su trabajo. "Estoy en España, aquí son las dos de la mañana, hablemos mañana", respondió uno que representa a un destacado lateral de Universidad de Chile, justo el mismo día que se le vio en el Estadio Monumental. Obviamente, nunca se pudo concretar una entrevista con él. Otro, que se especializa en talentos jóvenes, dijo que pediría permiso a su grupo para una posible entrevista, pero pese a los esfuerzos, nunca más atendió...
Encontrar a un intermediario que quiera tocar uno de los asuntos más cuestionados en el fútbol chileno y sacarlo a la luz no es sencillo. El recelo y el secretismo en este negocio son parte de los códigos del oficio, dejándolo abierto a suspicacias que nadie desconoce, motivadas por las altas cifras que en él se mueven. Aunque, claro, todos aseguran trabajar de forma correcta.
La última ocurrió hace tres semanas, con la renovación de contrato de Paulo Garcés en Colo Colo, dejando entrever la influencia que puede llegar a tener un representante en un club.
Leonardo Cauteruchi es el hombre que cuida las finanzas del Halcón y gracias a su experiencia en la puja por contratos logró lo impensado, consiguiendo una renovación de tres años para el portero, cerrada a finales de marzo por un total de $ 1.2 millones de dólares, justo en el momento en que Garcés fue cuestionado por la seguidilla de errores dentro de la cancha. Pero no sólo eso. El argentino también maneja a uno de los miembros más relevantes dentro del camarín albo, el técnico Pablo Guede, pieza clave en la negociación. Por toda la operación, el ex arquero ha recibido un pago de $ 40 mil dólares.
Correcto o no, lo cierto es que el porcentaje máximo que rige extraoficialmente en Chile para el pago de un intermediario es del 10%, pese a que la FIFA, en el inciso 3 del Artículo 7 del Reglamento sobre las Relaciones con Intermediarios, vigente desde 2015, recomienda sólo el 3%. "La remuneración total por transacción adeudada al intermediario contratado para actuar en nombre del jugador no deberá superar el tres por ciento (3%) del ingreso bruto base del jugador correspondiente al periodo de vigencia del contrato", estipula en su punto A, tal como en el B y C.
Hace años que en Chile no existe una regulación respecto al tema. En febrero, la ANFP presentó un proyecto de regulación en el que busca establecer las normas básicas, como un registro público obligatorio de cada uno de los intermediarios, en el que para acceder deberán presentar documentos financieros, filiales e incluso penales. Pero, eso sí, sobre los porcentajes por comisión en operaciones no se habla.
"El asunto de los agentes en el fútbol mundial está reglamentado desde hace años. Si Chile no lo ha hecho, pues debe hacerlo", dijo el propio presidente de la FIFA a El Deportivo, Gianni Infantino, en su visita a Chile hace dos semanas. Arturo Salah, el mandamás de la Asociación Nacional, también reconoce esa necesidad. "El proyecto está en estudio. La idea es reglamentar la participación, porque tener unos estatutos claros que eviten cualquier conflicto con estos temas es necesario", asegura.
Las reglas chilenas
Para entender los distintos mecanismos que existen en el fútbol nacional, se consultó a dirigentes, representantes y futbolistas. Uno de ellos fue Pablo Soto Lazcani, fundador junto a César González de la última agencia encargada de la intermediación de los futbolistas, BioSports. Su primer gran negocio, eso sí, lo hicieron en 2014, con la venta de Luciano Vázquez.
Soto cuenta que fue un agente portugués quien llamó a su teléfono. Se ofrecía como intermediario para negociar con un catarí. Contactos, negociaciones, ofertas y acuerdos con Ñublense y el jugador, terminaron en una oferta histórica para los chillanejos, en la que superaron los $ 600 mil de dólares por un préstamo."Como éramos tres los agentes involucrados, tuvimos que dividirnos el 10% del préstamo", explica. Vásquez retornó a Chile tras el descenso de los cataríes, luego fue vendido a Huachipato y ahora juega en Temperley. Pablo, que ahora lo representa a través de su agencia, cobró en cada ocasión su comisión.
Mario Rodríguez, presidente de la rama de fútbol de la U. de Concepción, confiesa que la proporción que se maneja en Primera División por un acuerdo es siempre de un tope del 10%. "El tema de la comisión es variable, pero siempre va entre un cinco y un diez por ciento. Al momento que se hace el contrato, los agentes la piden", explica.
Las operaciones que más ocurren en el balompié local son traspasos, renovaciones de contrato, préstamos y venta de pases. José Luis Carreño, que entre sus representados cuenta con Michael Ríos y Luis Pedro Figueroa, es uno de los pocos que se abre al diálogo sin problemas. Explica: "Cuando se trata de negociar un contrato, lo normal es cobrar una comisión de un sueldo por temporada". Es decir, en la renovación de Garcés, Cauteruchi negoció el nuevo contrato a una mayor comisión (Garcés recibirá $400 mil dólares por año, por lo que sólo le corresponderían $33.3 mil) o bien, la negoció al 10% del acuerdo. Consultado, Cauteruchi no quiso referirse al tema.
César González, de BioSports, confiesa que "en Primera División esos porcentajes son pagados por los clubes, pero en la B en ocasiones se pacta una comisión mensual con el jugador, aunque no es lo ideal". Fernando Lazcano, que hoy juega en Temuco, concuerda en los dichos de González: "Por suerte a mí nunca me ha tocado hacerlo. Pero es cierto, hay muchos agentes que piden que les pagues una comisión de tu propio sueldo".
El vacío que hoy existe en Chile da para mucho. Todos los consultados en este reportaje concuerdan en que las prácticas oscuras, donde se negocia con entrenadores u otros dirigentes e intermediarios que no figuran en los contratos, siguen existiendo. Juan Pablo Meneses, autor del libro Niños Futbolistas, se transformó en uno de ellos y descubrió que, a diferencia de lo que se piensa, "cada vez hay menos representantes amateurs y ha crecido la llegada de profesionales, ingenieros comerciales y abogados, principalmente".
Actualmente son pocos los representantes que más destacan en el rubro. Carreño los enumera: "Está la agencia de Felicevich, Sergio Morales, Mauricio Valenzuela, Sergio Gioino, Pablo Lecler, Alan Silberman y yo. A veces se mete Leonardo Rodríguez, Cauteruchi, Barbera, los hermanos Jiménez y Washington Castro". Eso sí, el total de agentes que existe en el fútbol chileno es mucho mayor, rozando los 50. ¿Cuántos de ellos son serios? "Sinceramente, yo creo que sólo el 20 por ciento tabaja de forma decente", remata Carreño.
El negocio, tal como el fútbol, tiene picardía.
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