La tensión electoral se traslada a las calles y Ecuador se prepara para una segunda vuelta
El CNE aseguró que hay una "tendencia marcada" que llevaría a un balotaje el 2 de abril, y su presidente indicó que ya "no es posible" que varíen los resultados. La ansiedad por conocer los resultados provocó protestas en distintas ciudades del país.
Tras dos jornadas marcadas por la incertidumbre, tensión, protestas y también una creciente ansiedad postelectoral de la oposición, el Consejo Nacional Electoral de Ecuador (CNE) entregó este martes un nuevo cómputo que dejó un panorama algo más claro sobre las elecciones presidenciales más reñidas de los últimos años en el país: de seguir con la tendencia actual, los ecuatorianos tendrán que volver a las urnas el próximo 2 de abril.
"Tenemos una tendencia marcada y, si es que ese es el caso, habría una segunda vuelta", admitió el presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, en una rueda de prensa en Quito.
Sin embargo, horas más tarde, Pozo fue un poco más allá y señaló que ya "no es posible" que varíen los resultados, según citó la agencia Reuters, por lo que el balotaje sería un hecho. Algo que aún es mirado con escepticismo desde el sector oficialista.
Con el 96%, de los votos escrutados, el candidato oficialista Lenín Moreno lograba un 39,2%, mientras que el opositor Guillermo Lasso obtenía un 28,3%. Como en Ecuador se requiere un 40% para ganar en la primera vuelta -con una diferencia de al menos 10 puntos sobre el más cercano rival- habría segunda vuelta.
El CNE anunció el lunes que recién el jueves entregará los resultados definitivos. A este escenario de incertidumbre se sumó una declaración del Presidente Rafael Correa, quien dijo que "nada está dicho, se cuenta hasta el último voto".
La conferencia de prensa del CNE, de todos modos, logró apaciguar a los cientos de manifestantes que se habían agolpado desde la noche del domingo frente a su sede en Quito para exigir resultados rápidos. Eso, a pesar de que las autoridades electorales destacaron que nunca antes se habían entregado resultados tan amplios y actualizados al día siguiente de los comicios.
Desde la noche del domingo la tensión postelectoral se trasladó a las calles y también a las redes sociales. Incluso muchos ecuatorianos compararon la situación con Venezuela, donde el CNE local es blanco de críticas por retrasar y obstaculizar el proceso electoral en el país gobernado por Nicolás Maduro.
"No somos venezolanos, pendejos", gritaron algunos manifestantes afuera de la sede del organismo en Quito. Pero el clima de polarización no sólo se sintió en la capital, sino que en otras urbes del país.
La tendencia que marca un eventual balotaje supone un golpe para Moreno -quien se traslada en una silla de ruedas tras un brutal asalto hace casi 20 años- y una suerte de victoria para su rival, el banquero de derecha Guillermo Lasso, quien intentará capitalizar el voto del resto de los candidatos opositores.
La ex diputada del Partido Social Cristiano, Cynthia Viteri, que obtuvo un 16%, ya anunció su respaldo a Lasso.
El balotaje también es considerado un dolor de cabeza para Correa, quien había conseguido contundentes victorias en las urnas desde que asumió el poder hace una década. De hecho, esta es la primera vez desde 2006 que Ecuador podría tener una segunda vuelta, de resultado incierto.
A pesar de que Lasso podría aglutinar todos los votos opositores, el apoyo hacia el oficialismo sigue siendo fuerte en Ecuador y algunos analistas aseguran que Lenín Moreno, que propone la continuidad de la Revolución Ciudadana, podría ganar la Presidencia.
"Si suponemos que Alianza País tiene un voto duro de alrededor de 35%, todavía el candidato Lasso está cuesta arriba. Hay un porcentaje del 16% que sacó el Partido Social Cristiano y es ahí donde tal vez se va a decidir el futuro Presidente. Los otros candidatos entre todos llegarán a ser un 8%. Todo se va a jugar en la votación de Viteri. Es difícil prever lo que va a pasar. Algunos piensan que toda la votación de Viteri podría girar a la candidatura de Lasso, pero eso no es tan fácil, no es automático, no se puede suponer que toda la votación va hacia allá", aseguró a La Tercera, el analista político ecuatoriano Wladimir Sierra.
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