La UC pasa un susto pero se queda con el cupo a la Copa Sudamericana
La postemporada es de los cruzados, que se impusieron a San Marcos en la definición a penales, luego de ganar por 3-1 en el tiempo reglamentario.
De manera dramática, Universidad Católica logró anoche la clasificación a la Copa Sudamericana. En San Carlos de Apoquindo, luego de vencer por 3-1 a San Marcos de Arica y luego imponerse en los lanzamientos penales (6-5).
Ayer, la UC vivió nuevamente una experiencia dramática en una definición, que comenzó con un primer tiempo sin goles y con el corazón apretado, en parte, por las dudas que caracterizaron su semestre.
El duelo de ida fue una experiencia traumática para el equipo de Mario Salas, superado de principio a fin. Por eso, el técnico viñamarino optó por realizar cuatro variaciones a la formación titular, sobre todo con la finalidad de anular el juego de Renato González, en el armado, y evitar los avances por los costados de Kevin Harbottle y, sobre todo, de Pablo González.
Las variaciones cumplieron de manera relativa aquellos fines, pues Pablo González casi no llegó a la línea de fondo, mientras que Renato González sólo funcionó a chispazos.
Por eso, pensarán en la UC, David Llanos puso la primera emoción a los cuatro minutos y Erick Pulgar tuvo un par de ocasiones (incluyendo un tiro en el travesaño a los 15').
El asunto, sin embargo, también tiene su explicación desde el otro lado del espejo, pues Fernando Vergara puede argumentar que inició el partido con la intención de sostener el marcador en blanco y esperar, con paciencia, que se presentara alguna ocasión de anotar. Mal que mal, los nortinos llegaron a Las Condes con una ventaja de 3-1 y eso era razón suficiente para mantener, a priori, la calma.
El escenario, así, se transformó en una serie de intentos de la UC por penetrar en el área de los visitantes, que resistieron gracias a los esfuerzos de Carlos Labrín y Fernando Meza, centrales que rechazaron todo lo que se cruzó por su zona, salvo un cabezazo de Fernando Cordero, a los 45', que el dubitativo Eduardo Lobos despejó de manera instintiva.
Y si es por ocasiones, Renato González tuvo la mejor de la etapa inicial, luego de una magnífica acción colectiva que, para desgracia de los ariqueños, el volante desvió cuando enfrentaba a a Franco Costanzo.
Cambio radical
En el segundo tiempo, el asunto se movía más o menos en el mismo territorio durante los minutos iniciales, pero todo comenzó a cambiar con una mayor dosis de protagonismo de Rojas y la entrada de Roberto Gutiérrez por el lesionado Álvarez. Con eso, la zaga se vio menos cómoda, apremiada por el oficio del Pájaro y los toques sutiles del pequeño volante, quien se transformaría en uno de los ejes de la victoria cruzada.
De esta manera llegó el tanto de los estudiantiles, cuando Rojas metió un pase profundo para Stefano Magnasco. El centro del lateral fue conectado por Gutiérrez, pero fue trabado. En el rebote, sin embargo, apareció Llanos, quien puso la apertura de la cuenta y, como el descuento en Arica, le dio aún más vida a su equipo.
El marcador comenzó a inclinarse irremediablemente a los 59', cuando Rojas caza otro rebote en el área y, con tiempo para todo, coloca el 2-0 con precisión total.
A los 69' se produciría el tanto que parecía el decisivo, con Pulgar anotando con un derechazo, habilitado inesperadamente por Marko Biskupovic.
Vuelta de los fantasmas
Sin embargo, cuando la suerte parecía ya echada en la precordillera, un sorpresivo gol de Gustavo Overman, a falta de sólo unos segundos que se pitara el final del partido, volvió a meter a San Marcos en la serie, y obligaba a los penales. Un escalofrió pareció recorrer San Carlos, con el temor que otra definición podía escaparse entre los dedos.
Pero al fin, llegaría la celebración cruzada. La fiesta sólo se postergó para después de los penales, que no estuvieron faltos de dramatismo. Felipe Harbottle inauguró la serie fallando su penal ante Franco Costanzo, mismo fallo que luego lamentarían Fabián Manzano, Diego Rojas y el propio Oberman.
Tra el empate en los primeros cinco penales, el grito de júbilo quedaría reservado para el que se impusiera en el uno a uno. Los de Mario Salas sellarían el pasaje a la Copa Sudamericana después de que Diego Oyarzún errara su disparo, y Guillermo Maripán convirtiera. La UC por fin tiene su esperado y postergado festejo.
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