Las sombras del país que hereda el nuevo rey de Arabia Saudita
La muerte del rey Abdalá deja a una de las naciones más influyentes de Medio Oriente enfrentando la incertidumbre en una región ya sumida en la inestabilidad. Pero los mayores desafíos están dentro de sus fronteras.
Para algunos fue un "cauteloso reformista", otros creen que pudo haber hecho mucho más para mejorar la situación de derechos humanos y la forma como el Estado opera en Arabia Saudita.
La muerte del rey Abdalá deja a una de las naciones más influyentes de Medio Oriente enfrentando la incertidumbre en una región ya sumida en la inestabilidad.
Y su sucesor, su medio hermano Salman, hereda un reino con muchos asuntos espinosos que resolver.
Los al Saud son unos de los hombres más ricos y poderosos del mundo, que controlan una quinta parte de las reservas de petróleo del mundo.
El rey -cuyo título oficial es "guardián de los sitios más sagrados del Islam -Mecca y Medina"- es el líder de la comunidad musulmana sunita del mundo.
"El reino es una pieza clave en los intentos de los sunitas de bloquear la influencia chiita de Irán en Medio Oriente", explica a la BBC Gerald Butt, analista del centro de estudios británico Oxford Analytica.
"Y este papel está teniendo cada vez más importancia frente a la amenaza de los yihadistas de Estado Islámico y la atmósfera sectaria en toda la región".
ENTRE EI Y AL QAEDA
En efecto, el país está atrapado entre la lucha del autodenominado grupo extremista Estado Islámico (EI) en Irak, en su frontera norte, y la creciente amenaza de Al Qaeda en la Península Arábica (AQAP) en Yemen, en su frontera sur.
Aunado a esto, Arabia Saudita se unió a la coalición que dirige Estados Unidos para combatir a EI -un movimiento sunita- algo que para muchos sauditas es profundamente impopular.
Pero quizás los mayores desafíos que enfrenta el país están dentro de sus propias fronteras.
"Desde el exterior hemos visto que ocurren en el país cosas que son totalmente aborrecibles" dice Frank Gardner, corresponsal de temas de seguridad de la BBC.
"Por ejemplo, el hecho de que alguien sea sometido a latigazos por escribir un blog, el uso de drásticas leyes contra el terrorismo o el encarcelamiento de los opositores políticos".
"Pero hay que entender que hay un sistema -regido por los dirigentes religiosos- que se encarga de perpetuar estas prácticas" agrega.
ULTRACONSERVADOR
El país, y la dinastía Al Saud, se rigen por una de las formas más estrictas y conservadoras del islamismo, el wahhabismo.
En éste se trata de emular la conducta del profeta Mahoma y evitar cualquier cosa que se considere "innovación" no islámica.
Y por lo tanto, es la clase dirigente religiosa la que se encarga de dictaminar lo que se acepta o no se acepta en el reino.
"Regularmente se cometen injusticias horribles en el país porque no hay leyes escritas", explica Frank Gardner.
"Así que son los jueces los que deciden de forma arbitraria qué merece ser castigado y cuál debe ser castigo".
Así, durante mucho tiempo, estuvo prohibida la educación de las mujeres y el rey nunca mostró tolerancia para el tipo de oposición que se ha visto en otros países.
El gran mufti, el funcionario religioso más alto del país, proclamó que el Islam prohibía las protestas callejeras.
"A principios de 2000 Arabia Saudita combatió su propio extremismo islámico en una batalla sangrienta que dejó a más de 200 personas muertas" dice el corresponsal de la BBC.
REPRESIÓN
Muchos manifestantes que en 2011 intentaron protestar cuando la primavera árabe se extendía por la región fueron arrestados, principalmente en las provincias chiitas del oriente.
"Abdalá llamó a los extremistas islámicos 'pervertidos' y en meses recientes los dirigentes religiosos emitieron una fatua declarando a Estado Islámico 'el fundamento del mal'", explica Gardner.
"El hecho de que Arabia Saudita se haya unido a la coalición de Estados Unidos contra EI es un verdadero dilema porque el país es predominantemente sunita y los chiitas no son particularmente bien tratados" agrega.
"Pero también hay muchos sauditas que sienten una afinidad con Estado Islámico y no entienden por qué su gobierno está tomando parte en esta campaña".
Posteriormente se impusieron leyes que establecían multas enormes por delitos como amenazas a la seguridad nacional, que, dicen los expertos, son interpretadas con mucho margen.
"Somos uno de los pocos sistemas políticos del mundo donde puedes ser encarcelado por exigir más derechos y participación" dijo a la BBC Hala al Dosari, activista saudita de derechos de la mujer.
"Somos el único país donde está prohibido que las mujeres conduzcan un auto, donde la libertad de expresión está severamente censurada, donde la gente es castigada con latigazos por tener una opinión o criticar al sistema" agrega.
REFORMISTA "CAUTELOSO"
Otros afirman que el rey sí trató de impulsar reformas.
Por ejemplo, en 2011, el rey extendió a las mujeres el derecho a votar, permitió la participación de las mujeres en la Asamblea Consultiva -que asesora al gobierno- y la educación avanzada con la creación de una universidad para mujeres.
Los expertos coinciden en que el reinado de Abdulá fue un constante esfuerzo para equilibrar las tradiciones ultraconservadoras con las demandas del mundo moderno, y al final cambió muy poco en la estructura del poder del país.
Y tal como señala el experto de Oxford Analytica Gerald Butt, es poco probable que ahora con el nuevo rey haya grandes cambios en Arabia Saudita.
"Se cree que el rey Salman favorece aún menos que su predecesor las reformas políticas y sociales" dice el analista.
"No se cree que socave las medidas que impuso el fallecido rey, pero sería muy sorprendente que las mujeres obtuvieran el derecho a conducir durante la monarquía de Salman".
"Tampoco debemos esperar cambios en políticas que apaciguen a los críticos del desempeño de derechos humanos de Arabia Saudita".
Y el analista afirma que "el anciano rey (Salman) no estará interesado en enfrentarse con los poderosos dirigentes religiosos para persuadirlos a que acuerden enmiendas en la ley islámica, lo cual es necesario para lograr reformas en el país".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.