Los papeles de los Juicios de Nuremberg que terminaron en Alaska

Copias de documentos guardados por una taquígrafa que trabajó para personal del histórico proceso judicial serán subastados, casi 70 años después




Mañana tendrá lugar en Estados Unidos una subasta de objetos relacionados con la Segunda Guerra Mundial. Entre los lotes que serán rematados hay uno que llama la atención: algunos documentos de los Juicios de Nuremberg (ver recuadro), que por años estuvieron ocultos en un antiguo baúl que recientemente fue encontrado en una casa del estado de Alaska, Estados Unidos, a más de 7.500 kilómetros de distancia de la famosa ciudad del sur de Alemania.

El pequeño tesoro histórico fue descubierto por un grupo de personas que limpiaba una vivienda abandonada que pronto será puesta a la venta en la ciudad de Anchorage. Puesto que el cofre estaba cerrado con llave y que esta no fue encontrada, los trabajadores decidieron romper la cerradura para ver qué es lo que había en su interior, según indica un relato de la agencia norteamericana The Associated Press (AP). En un primer momento pensaron que el conjunto de papeles amarillos y mantas hallados constituían sólo artículos personales.

Sólo al llegar a la bodega de la empresa local de subastas Alaska Auction se descubrió que se trataban de copias hechas con papel calco de transcripciones de los procesos de 1945 y 1946 en los que se juzgó a funcionarios y colaboradores de Adolf Hitler al término de la Segunda Guerra Mundial.

El cómo estos documentos habían llegado a parar a aquella distante localidad de poco más de 291.000 habitantes comenzó a develarse a medida que eran retirados los objetos del interior del baúl. Esto, dado que entre las decenas de papeles fueron encontradas credenciales personales y correspondencia pertenecientes a Maxine C. Carr, quien trabajó como taquígrafa durante los juicios. Tal como cuenta AP, en la colección de la ya fallecida mujer hay, además, un directorio del personal del tribunal internacional y una carta traducida de un seguidor del nazismo que se despide con un Heil Hitler. El portal de noticias Maine News Online, en tanto, señala que entre los amarillentos documentos de Carr había "planes de los líderes nazis para asesinar a un general francés e instrucciones sobre el robo de propiedades cuyos objetivos eran judíos".

"Fue muy escalofriante revisar esos papeles. Muy inquietante", dijo a AP Christine Hill, quien junto a su marido fue dueña de la casa por 30 años. Hill agregó que el viudo de la taquígrafa, Chan Sud (de 91 años), se sorprendió al saber de los documentos, pese a que sabía que su esposa había tenido alguna relación con los juicios: en un artículo sin fechar encontrado en el baúl se indica que Maxine Carr trabajó durante 32 meses para el personal del Tribunal Militar Internacional en Nuremberg.

Si bien la colección de la taquígrafa es interesante, no es particularmente único, comentó a AP Ed Moloy, curador de manuscritos modernos en la biblioteca de la Universidad de Harvard. "Es muy posible que personas como la señorita Carr, quien formó parte de este grupo de civiles que trabajó como apoyo de los juicios, terminaran con copias extras o algo y los guardaran como recuerdos", dijo Moloy, quien agregó: "Eso es lo que yo asumo que esta colección es". La agencia AP sostiene que el año pasado documentos de Nuremberg aparecieron en Tel Aviv, Israel. Ellos también terminaron en una subasta.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.