Los temores de EEUU sobre la fragmentada oposición a Assad
Es fuerte el recuerdo de lo que pasó con la ayuda de Washington a los rebeldes afganos, en los 80, y a los libios.
El gobierno norteamericano no quiere, por ahora, involucrarse en una intervención profunda en Siria, razón por la cual apuesta a un ataque limitado, con misiles disparados desde el Mediterráneo contra objetivos militares sirios. Nada de intentar, por ahora, el derrocamiento de Basher Assad y evitar así los errores cometidos en 2003 en Irak, cuando se buscó poner fin al gobierno de Saddam Hussein. "Las opciones que estudiamos no incluyen un cambio de régimen", dijo el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney.
Sin embargo, detrás de esa decisión está la aprensión de lo que podría llegar a ocurrir en el futuro gobierno, considerando lo fragmentada de la oposición, donde algunos de sus grupos se identifican directamente como franquicia de Al Qaeda. El jefe del Estado Mayor Conjunto norteamericano, Martin Dempsey, aseguró en una carta al presidente de la Comisión de las FF.AA. del Senado de EE.UU. que los ataques podrían ayudar a la oposición y presionar a Assad, pero subrayó que la última década de guerras en Irak y Afganistán demuestra que "no basta alterar el equilibrio de poder militar sin tener cuidadosamente en cuenta lo que se necesita para mantener un estado en funcionamiento".
Así, Dempsey advirtió que si se llegase a derrumbar el régimen de Assad sin que exista una oposición capaz de reemplazarlo, "podríamos, sin quererlo, empoderar a extremistas o desatar justamente las armas químicas que tratamos de controlar". Es demasiado fuerte en la memoria de los dirigentes políticos y militares estadounidenses la ayuda que Washington les brindó a los mujaidines en Afganistán contra la ocupación soviética en los 80, mucha de la cual terminó años después en manos de los talibanes, o la más reciente intervención en Libia, que terminó dejando al país fragmentado y con decenas de grupos armados.
Pero ante la expectativa de que Washington y sus aliados lancen un ataque reducido a Siria, los rebeldes se expresaron desilusionados, debido a que tendría un impacto insignificante en el régimen de Assad. "Si se trata de un ataque importante, nosotros lo apoyamos. Si, en cambio, es una embestida menor, no nos interesa nada", dijo el coronel rebelde Ahmed Hamad citado por el diario The Wall Street Journal.
Así, en la guerra civil han surgido más de 10 grupos rebeldes-muchos de los cuales están también divididos internamente-, como la Coalición Nacional Siria, el Ejército Libre de Siria o el Frente Islámico Sirio, que podrían separarse entre islamistas moderados, islamistas radicales, kurdos y nacionalistas, financiados por distintos países, como Arabia Saudita y Qatar. Muchos están bajo el paraguas de coaliciones mayores, pero en ningún caso bajo mando común o una dirigencia unificada.
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