Manifiesto de Benjamín Vicuña: "La vida se encargó de acomodarme y bajarme el ego"
"Este año fue durísimo, tanto que estoy feliz de que termine. Se suicidó un amigo en Buenos Aires y lidié con una separación en 2015. La vida no da tregua. Si dices que la vida es puta, va a ser cruel. Por lo mismo volví a mi casa y hogar que es la fe para sentir el calor de Dios".
Hay una distorsión de mi figura con muchas cosas que se dicen y que no son reales. La imagen distorsionada de los otros, sobre todo a través de tantos medios, redes sociales y cosas. Yo no soy el más buenmozo, no soy el que le va bien con todas. No soy el Benjamín que hace publicidad y que todo lo que toca es oro, ni tampoco soy la peor persona como para que me apunten con el dedo por las decisiones que he tomado en mi vida. Lo único que me da pena de esa imagen que se ha formado de mí es que siempre he procurado que me critiquen por un personaje, no para que de una de las situaciones más dolorosas de mi vida privada se haga una parodia. Es algo para lo que no estoy preparado.
Este año fue durísimo, tanto que estoy feliz de que termine. Se suicidó un amigo en Buenos Aires y lidié con una separación en 2015. La vida no da tregua. Si dices que la vida es puta, va a ser cruel. Por lo mismo volví a mi casa y hogar que es la fe para sentir el calor de Dios. A principio de año estaba en una especie de shock con tantos cambios. Después de tanto dolor lo que me salvó fue el amor. Las cosas siempre requieren un tiempo y ahora que termina el año, puedo por fin decir que estoy en un súper buen momento. Me siento maduro, feliz, lleno y creo que lo mejor está por venir.
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Me molestaba mucho hace diez años atrás dar una entrevista y que en la bajada ponían "el galán Benjamín Vicuña" en vez de "actor". Antes podía agarrar el diario y putear porque no ponían "el actor". Pero ahora pensaría que no importa, que eran las condiciones, que estaba haciendo de galán en una teleserie y que eran las circunstancias. Eran pequeñeces que me dejaban mal porque era vanidoso y porque no me gusta esa fama de galán que tengo, pero es algo que ahora he puesto a raya y cada día me importa menos.
Hice una serie llamada Entre caníbales que hablaba de una chica violada por cuatro amigos. Esa es la razón por la que yo me sumé al Ni Una Menos. Incluso la subí a mis redes sociales. Entiendo que hubo mensajes criticándome, pero yo no me hago problemas por lo que pase o no en redes sociales. Hay que decir que esa campaña es muy complicada. En Argentina ha tenido una convocatoria y visibilidad enorme, pero se han incrementado las muertes a mujeres muchísimo en estos dos años. Yo creo en el respeto entre las personas. Creo que la violencia es de a dos. Conozco a muchas relaciones cerca mío con dinámicas violentas en donde los dos son los culpables. Eso debería cambiar para ambos sexos.
Estuve durante años alejado de la religión y la fe pese a que soy de formación católica. Primero por un distanciamiento natural por las diferentes trabas de la Iglesia y luego cuando falleció Blanca, mi hija. En ese momento se me generó una profunda rabia. Pensé: soy una persona que es buena, agradezco cada día de mi vida las oportunidades y las cosas que me dan. Trabajo hace 12 años con Unicef con niños, ¿y pasa esto? Me vino un periodo de mucha rabia contra toda esa formación y contra todo lo que me dijeron que tenía que hacer. Pero hoy, después de cuatro años, volví honrar la vida y a creer que por lo menos en mi ADN está la fe. Aprendí que la rabia no conduce a ninguna parte y a transformar el amor.
Soy hincha del Colo Colo. Cuando era muy chico mi papá me heredó su pasión por la Universidad Católica, pero cuando tuve uso de razón, decidí ser feliz y ser del Colo. Soy la oveja alba de la familia porque el resto se quedó en la UC. También me gusta la pichanga. En Argentina tengo un grupo de amigos con los que juego en el condominio en el que vivo. Acá también tenía un equipo en Chicureo con Iván Zamorano, pero eso está medio disuelto.
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Benjamín Vicuña, actor. Foto: Marcelo Segura / La Tercera[/caption]
No sé cuántas personas pueden animarse a decir que no le tienen miedo a la muerte o a la oscuridad absoluta como yo. La verdad es que no le temo nada. Eso es lo bueno y malo de una experiencia tan fuerte como la que pasó con mi hija. Lo malo está clarísimo, pero lo bueno es que uno queda en un lugar súper especial. Poder pronunciar que no le temes a algo que la mitad de la humanidad o más se cabecea, se aterra y se angustia, es algo que hoy solo veo como un regalo de mi hija.
He fracasado un montón y lo admito porque me lo permito. Lo digiero, me perdono y me abrazo. También tengo un mundo interior que me permite resolver muchas cosas que he pulido yendo a terapia. Hace 12 años me hago psicoanálisis y creo que le he dado un valor importante y lo tengo como prioridad en mi vida. Me da risa que haya gente que dice como si estuvieran locos: "oye, me mandaron al psicólogo", como si te hubieras mandado una cagada enorme, cuando el psicólogo o el psicoanálisis es un cariño, una manera de crecer, de quererse y no es directamente proporcional a un trauma.
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Pude haberme ido a Mega y tener el éxito asegurado, pero elegí estar en TVN. El 2 de enero se estrena Un diablo con ángel, proyecto que es un lobo disfrazado de cordero, porque es una serie subversiva que te habla de corrupción, de pulsión, de bullying, de la muerte, del fracaso, de los éxitos y del individualismo. Es una idea fascinante. Además, estoy contento con el equipo. Como en ninguna parte, me han dejado viajar todos los fines de semanas a ver a mis hijos a Argentina. Que me den esa chance me habla de un empleador criterioso y buena onda. Tengo conciencia de lo que pasa en TVN y quiero que la situación mejore, por lo mismo estar acá es una elección consciente. Quiero ayudar a que le vaya bien al canal.
La vida se encargó de acomodarme y bajarme el ego. He entendido que mi peliculita no es lo más importante del universo, que el premio que me gané no es lo más fundamental. Son anécdotas, porque la vida pasa por otro lado. No sé si son los años, pero veo que es el proceso natural que están viviendo todos mis amigos de mi edad.
Para mí la mujer es sagrada. Son las madres de nuestros hijos y tienen períodos de mucha vulnerabilidad como son los embarazos o los posparto. Además, tienen situaciones extraordinarias que las hacen tener reacciones diferentes. Por lo mismo, creo que lo importante es la igualdad desde todo punto de vista. Vivimos en una sociedad que es violenta y donde son un problema feroz los crímenes pasionales. A mí me sorprenden y angustian, pero también entiendo que el cambio cultural será un proceso lento.
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