Maya Fernández: "Sabat es el legítimo alcalde de Ñuñoa y hay que respetarlo"
La ex candidata PS al municipio de Ñuñoa y nieta de Allende cierra polémica por dramática reelección de edil RN. "Hacer de esto un show no me interesa", señala.
La fallida candidata a alcaldesa de Ñuñoa, Maya Fernández, debe su nombre a una guerrillera: Rita Valdivia, quien en 1968 se unió a las fuerzas del Frente de Lucha que comandaba Ernesto "Che" Guevara y murió en una emboscada de las autoridades bolivianas de la época.
Tres años después, en 1971, Beatriz Allende -hija del entonces mandatario Salvador Allende- decidió homenajear a la joven combatiente y bautizó a su primogénita con su chapa de lucha: "Comandante Maya".
A pesar de nacer en plena Unidad Popular, de ser nieta de presidente y descendiente de la más política de las hijas de Allende, Maya Fernández sólo debutó en la primera línea política en las pasadas elecciones municipales de octubre. Una experiencia que terminó en los tribunales electorales, que hace sólo dos semanas ratificó el triunfo del RN Pedro Sabat por 30 votos.
¿Qué recuerdos tiene de su abuelo Salvador Allende?
No me acuerdo de él. Para el golpe militar yo tenía casi dos años, nací el 27 de septiembre de 1971. No recuerdo absolutamente nada. Mis recuerdos son fotográficos. Para mí es muy valioso tener fotos con él, porque veo que hubo cariño y tengo el recuerdo del abuelo humano. Siempre lo describen con mucho sentido del humor. Mucha convicción política, pero mucho sentido del humor. Me gusta pensar así en él. Pero también me gusta pensar en el político. Yo trabajaba en el centro, y cada vez que paso por la estatuilla que está en la Plaza de la Constitución, lo toco y le doy un beso. A modo de ritual. Pasar por ahí y no decirle hola es como raro.
El próximo año se cumplen 40 años del golpe militar. ¿Cómo cree que ahora se recuerda a Allende?
Creo que los principios, los valores que él representaba siguen siendo vigentes. Mi abuelo fue un hombre de una lealtad a toda prueba y la lealtad es algo que uno siempre resalta, es un valor que se respeta y admira. Hasta el día de hoy, cuando me ven en la calle, la gente me dice cosas de él. Tiene una trascendencia enorme y no sólo en Chile, en todo el mundo.
Usted es militante socialista. ¿Tiene una reflexión acerca de la relación del PS con su abuelo? Los dirigentes de esa época fueron responsables de la polarización política que terminó en el golpe.
La verdad, nunca he querido hacer una reflexión desde el punto de vista partidario. Creo que hoy en día no tiene sentido seguir en el tema de las responsabilidades de los partidos. El ya trascendió los partidos, y es un hombre querido por el pueblo. No le pertenece a un partido.
Recién en 2008 -cuando lanzó una candidatura a concejala- se advirtió la existencia de una nieta de Allende interesada en la política. ¿A qué se debe esa aparición tardía?
Llegué a Chile el 3 de marzo de 1992. Llegué directo a estudiar. Viví un proceso de adaptación al país, estaba construyendo una historia en Chile. Estaba la historia de mi familia, pero necesitaba hacer la mía propia, con amigos, conocer las calles. Ahí conocí Ñuñoa y me dediqué a hacer mis propias raíces. Me fui de Chile cuando tenía dos años y volví a los 21. Mi reencuentro con el país fue total. Ahí vino lo tardío de la política, aunque ésta siempre estuvo en mi vida. En mi familia, los almuerzos son sobre política, cuando estaba mi abuela nos juntábamos los sábados y estaba toda la familia e invitábamos a algunos amigos, siempre terminábamos debatiendo. Era imposible no estar al día de los temas contingentes, porque te quedabas debajo de la discusión.
¿Nunca sintió la presión de que por ser miembro de la familia Allende tenía que entrar en la política?
Nunca lo sentí. Me ofrecieron ser candidata a concejala cuando yo ya lo venía pensando. Y fue una opción más personal que una presión. Tiene que ver con que yo voy a seguir viviendo en una comuna que quiero, que es Ñuñoa.
¿Qué significa Cuba en su vida, donde vivió el exilio, la muerte de su madre?
Están mis recuerdos de infancia, el vecindario. La calidez de la gente. Siempre me dicen escoja entre Cuba y Chile. Las dos cosas. Son parte de lo que soy.
¿Qué opina de los debates que genera el régimen cubano? En la oposición, la DC se ha enfrentado al PC por el tema de los derechos humanos. Su respaldo a ese régimen es una de las razones del veto democratacristiano...
Es bueno debatir y creo que es bueno y necesario que en Cuba exista recambio político. No puedo contradecirme. Si estoy diciendo que ojalá los alcaldes no lleven 20 años en sus cargos y eso sea normado por ley. Sabat llevaba 16 años y yo decía que era hora de cambiar, eso es para todos. En Cuba hay muchos ciudadanos preparados que podrían ser un gran aporte. Creo que es hora de que aquellos que quieran participar en política lo hagan en un proceso que no sea propiciado por una presión externa, sino desde las mismas bases del pueblo cubano. Es algo que seguramente se irá dando internamente y hay que respetar ese proceso. Me gusta la diversidad política, que exista más de un partido, y creo que eso se va a ir dando. Espero y quiero que eso ocurra.
¿Comparte con la DC que en Cuba hay una política de violación sistemática de los derechos humano?
No lo tomaría así, lo que sí tiene que haber es una apertura a que las voces disidentes puedan expresarse. Es decir, cuando acá hablamos de libre expresión, también lo quiero para Cuba. No puedo pedir una cosa para Chile y no para Cuba.
El PS: "Los militantes me apoyaron"
¿Desde cuándo milita en el PS?
Hace tiempo, no recuerdo cuánto. Estuve un poco en Cuba, y luego acá.
Da la sensación de que tiene una relación lejana con el partido...
No, para nada. Cuando se habla del PS siempre se piensa en las cúpulas. Pero todo lo contrario, nosotros como concejales del PS hicimos un grupo que trabajó muy bien los cuatro años.
Así como se descubrió a la nieta de Allende casi el 28 de octubre, el día de la elección, también da la impresión que el PS advirtió a la nieta de Allende ese día. Su candidatura no fue declarada emblemática por el PS...
Yo no existía en los medios antes de la elección. No éramos una campaña emblemática, pero sí rescato que los militantes socialistas de la comuna me apoyaron mucho. Y los militantes de la Concertación, más el PC, más el PRO. Detenerme ahora a pensar que no me acompañaban, no tenía sentido. A mí no me gustan las lamentaciones. Ni siquiera lo pensé. Yo tuve el apoyo de mi tía Isabel Allende, la senadora Soledad Alvear, el diputado Jorge Burgos, que son parlamentarios de la zona y estuvieron muy presentes.
¿Por qué cree que el PS no privilegió la elección en Ñuñoa?
Porque se trataba de una comuna donde siempre se había perdido. Había un alcalde con el 58%, no había tenido un proceso de primarias como ocurrió en Providencia. Había más candidatos a alcalde de la oposición, lo que lo hacía más difícil. Todo eso generaba un contexto que no era muy auspicioso para la candidatura.
El día de la elección recibió el llamado de Michelle Bachelet. ¿Habría preferido un apoyo más explícito de la ex mandataria, como lo pidieron otros candidatos de la oposición?
Ella me llamó, fue un honor, me dijo que independiente del resultado final ya era una ganadora por lo que había hecho en Ñuñoa. También me escribió Marco Enríquez-Ominami, intercambiamos un par de correos. Me pareció bien que ella no se involucrara en los temas locales.
¿Cree que un gesto de Bachelet no habría hecho la diferencia respecto del desenlace?
No sé, ni siquiera lo he pensado. Yo quedé muy contenta, en Ñuñoa no se esperaba este resultado y el resultado fue muy bueno. Ñuñoa despertó, cambió, se convirtió en una comuna muy participativa.
¿Tiene alguna duda sobre la legitimidad del triunfo de Pedro Sabat en Ñuñoa?
No. Se llegó a las instancias que corresponden. Hay que respetar los fallos, hay que cuidar la comuna. Lo importante ahora es trabajar y mirar hacia adelante. Es decirles a los ñuñoínos que estaré presente. Desgraciadamente, como este proceso fue muy largo, no he podido salir a agradecerle a mucha gente que nos apoyó. Quiero decir que voy a estar en esta nueva Ñuñoa que despertó y no soporta más la prepotencia.
¿No tiene duda de su triunfo?
No, yo acato lo que ha resuelto el Tricel.
¿Por qué ha optado por limitarse a reconocer la resolución del Tricel y ha evitado reconocer directamente el triunfo del alcalde Sabat?
Lo que quiero decir es que hubo un proceso. En algún momento hubo diferencias entre los votos de alcaldes y los de concejales, algo que no tiene que ver con Sabat, pero sí deja una duda de por qué ocurre eso en un sistema electoral. Muchos en Ñuñoa me preguntan por qué esa diferencia y yo no tengo la respuesta para eso. Hoy en día lo importante es que el alcalde dijo que haría una gestión participativa, espero que lo haga.
¿Cree que legítimamente Sabat ganó la elección?
Sí. Yo no he dicho que hay algo raro. El es el alcalde de Ñuñoa. Y lo que espero de él es que se haga cargo de sus palabras y realice una gestión inclusiva. Siempre dije que era el fallo el que iba a dirimir. Las pocas veces que nos comunicamos, cuando él me escribió cuando supuestamente había ganado, salió filtrado en los diarios. No me gusta eso. Hacer de esto un show no me interesa. Aquí, lo importante es Ñuñoa, más que la Maya Fernández o Pedro Sabat. Importan la vecina y el vecino, quienes estaban muy preocupados, tenían dudas, pero yo creo que ahora hay que respetar al alcalde Sabat y al concejo.
Algunos sostienen que será candidata al Parlamento. ¿Es esa una decisión tomada?
Voy a ser ciudadana en Ñuñoa y delegada de la cuadra de la junta de vecinos.
Sin embargo, no lo descarta...
No estoy pensando en eso actualmente. Es injusto con Ñuñoa. Estoy recién cerrando un ciclo. El 28 de octubre uno esperaba ganar o perder y no el proceso que vivimos. Llegar a los tribunales es algo que uno no espera cuando participa en una elección, me costó entenderlo. Y recién me estoy desconectando de un ciclo respecto de la elección, pero no de la comuna.
¿No siente cierta responsabilidad de seguir en política? Es parte de una nueva generación de los Allende.
Siento responsabilidad no por ser una Allende, sino por quienes confiaron en nuestro proyecto, por quienes participaron en la campaña. Con ellos siento responsabilidad. Podría tener cualquier apellido y tener la misma responsabilidad. Soy de una generación que no le gusta el binominal, que quiere una nueva Constitución, una que yo sienta mía, ciudadana, participativa. Y si puedo hacer un aporte en eso, ahí voy a estar. Y en ese sentido, si puedo ser un aporte, de donde sea, quiero serlo
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