Mejores estándares editoriales: Saber escuchar y mirar hacia la sala de redacción
En la cuarta jornada de la Asamblea General de la SIP, destacados panelistas analizaron los principales errores en la calidad del periodismo actual y dieron claves de cómo recuperar la confianza de la audiencia en los medios de comunicación.
"La libertad de expresión pide responsabilidad ética. Los estándares editoriales son la contrapartida de la libertad, la prensa es el poder social por excelencia y el poder social de la prensa debe ser controlado".
Con estas palabras inició su intervención Carlos Alberto Di Franco en el panel sobre "Responsabilidad y estándares editoriales como contrapartida de la libertad de expresión", en la penúltima jornada de la Asamblea General de la SIP en Chile.
El académico del Instituto Internacional de Ciencias Sociales de Brasil, dio algunas claves de cómo elevar los estándares editoriales en los medios de comunicación, y mencionó algunas razones de por qué la calidad de la información entregada por éstos está en declive.
"La defensa y la práctica de la libertad de prensa y de expresión exigen una fina y rigurosa autocrítica, necesitamos desarrollar constantes mecanismos de evaluación y perfeccionamiento editorial", dijo Di Franco.
En este sentido y citando a Carl Bernstein, agregó que "lo importante es saber escuchar, las respuestas son mucho más importantes que la pregunta que uno hace. La gran sorpresa del periodismo es que nunca una historia corresponde a aquello que imaginábamos".
"Los periodistas hoy trabajan con muchos prejuicios, hacen cuatro o cinco preguntas para provocar alguna pequeña polémica, pero evitan iluminar la escena.
Un buen periodista ilumina la escena, el mal periodista, el reportero manipulador construye una historia. Nuestros lectores no son tontos, la verdad tarde o temprano se impone", aseveró el profesor.
Asimismo, expuso que "la precipitación y la falta de rigor son otros de los virus que amenazan la realidad (…) Además de la falta de preparación de reporteros y la obsesión de editores por el cierre de la edición".
"Una prensa ética sabe reconocer sus errores. Las palabras pueden informar correctamente y denunciar situaciones injustas, pueden dar soluciones, pero también destruir reputaciones y patrimonios, desinformar", añadió Di Franco.
A su turno, el otro panelista invitado, Juan Ignacio Brito, Decano de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Los Andes, aseguró que "los medios entregan al público información que le permite actuar como sociedad, actuar en común, robustece lazos entre las personas (…) Para cumplir ese rol los medios fijan estándares de calidad, pero no siempre la sociedad está satisfecha de la manera como esos medios cumplen ese rol".
En esta línea, Brito aseguró que la sociedad desconfía cada vez más de los medios de comunicación de todo el mundo.
De esta forma, destacó la última encuesta CEP de julio de 2014 donde el nivel de desconfianza de los encuestados hacia los medios, especialmente la televisión y la prensa escrita, se situaba en 26%.
"Cualquier comunicación depende de la confianza, en la medida que esa confianza vaya desapareciendo la comunicación no va a cumplir sus objetivos", aseguró el profesor.
De esta manera, aseguró que existen dos posibles soluciones basadas en corrientes de pensamiento diferentes.
La primera de ellas es la mirada tradicional o pesimista, que busca volver al periodismo del siglo XX. Mientras que la segunda es una corriente innovadora, que llama a aprender de otros, aprovechar las oportunidades que entrega la revolución de la información y mirar hacia adentro y "ver qué es lo que hay en los medios porque ahí hay una riqueza que los medios no siempre aprovechan adecuadamente".
Mirar hacia las salas de reacción
En el último punto, Brito detalló que los medios de comunicación deben poner atención en la calidad de vida y en la motivación de sus trabajadores, ya que "hay una insatisfacción grande de los periodistas que trabajan en los medios de países como Colombia, Brasil y Chile", dijo.
"Naturalmente va a ser difícil ejecutar políticas de calidad si no se da importancia a estos temas, y es un tema que los medios no miran mucho. Hay una rotación laboral muy alta en los medios. Los medios son formadores de periodistas jóvenes y luego lo "entregan" al enemigo, a las agencias de comunicación, eso hace que las salas de redacción sean muy jóvenes, por lo que se hace difícil tener periodismo de calidad", añadió el académico chileno.
Finalmente afirmó que solucionando estos temas, será "posible empezar a desarrollar una política de calidad que dé respuesta y permita enfrentar esa desconfianza creciente en los medios".
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