Ministro de Justicia y ley de indulto: "Esto no es un perdonazo"

Teodoro Ribera adelantó que entre 1.066 y 1.100 extranjeros serán expulsados, mientras que en el caso de los chilenos, "habrá una racionalización del uso de las cárceles".




El ministro de Justicia, Teodoro Ribera, se refirió esta mañana a la ley de indulto, que ayer fue aprobada por el Congreso, y que implica la expulsión de reos extranjeros, y cambios en las condenas de algunos imputados chilenos.

El secretario de Estado comentó a Canal 13 que "lo que hace la ley de indulto, es cambiar una pena por la otra". "En el caso de los extranjeros, que son entre 1.066 y 1.100, los vamos a expulsar", añadió", los vamos a agrupar en el norte del país, y estamos viendo la forma de trasladarlos a la frontera". Según comentó, esta cantidad de presos extranjeros es equivalente a un gasto de entre 12 y 15 millones de dólares al año.

En el caso de los chilenos, el titular de la cartera de Justicia dijo que "esto no es un perdonazo". "Los chilenos no van a quedar efectivamente libres o desvinculados de gendarmería", adelantó. "Algunos están en reclusión nocturna y tienen beneficios extrapenitenciarios", explicó Ribera, "real control de lo que hacen ellos, no hay ninguno, están libres".  En estos casos, con la ley de indulto estas personas "van a tener que firmar una declaración de no volver a delinquir, van a tener que cumplir el doble de tiempo que han optado por este delito".

"No es una medida de descongestión", añadió, "es una racionalización del uso de la cárcel".

"HAY UNA CULTURA CRIMINAL"
Según los datos entregados por el ministro, "Chile tiene 54 mil personas privadas de libertad, entre condenados e imputados". "La situación es compleja, pero no es agobiante, porque gendarmería ha hecho grandes esfuerzos para redistribuir la población", agregó, "el tema mayor no es privar la gente de libertad, es hacer que los privados de libertad estudien o trabajen para que cuando salgan libres no salgan peor que cuando ingresaron".

"Hoy no están las condiciones para que la gente pueda estudiar o trabajar", sentenció Ribera, "lo que hacemos es incrementar la cultura criminal". Al respecto, agrega que "si queremos más seguridad pública, tenemos que preocuparnos que la cárcel deje de ser una escuela del delito".

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