Netanyahu afirmó que inmigrantes ilegales amenazan el carácter judío de Israel

Según el premier, los ilegales estarían causando un daño cultural, social, económico y democrático al Estado judío. <br> <br>




El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó hoy que la entrada de inmigrantes clandestinos a Israel hace peligrar el carácter judío del Estado y empuja a la nación a índices propios del "Tercer Mundo".

"No permitiremos que miles de trabajadores extranjeros inunden el país", afirmó Netanyahu en una comparecencia ante la Asociación de Manufactureros de Israel.

El premier acusó a los inmigrantes, que entran ilegales en el país, de ser los responsables de la reducción de los salarios y de minar la naturaleza judía y democrática del Estado, aseguraron los medios locales.

"Los infiltrados causan un daño cultural, social y económico y nos conducen hacia el Tercer Mundo", manifestó el jefe del Ejecutivo israelí, para luego añadir: "Sufrimos un problema que, de hecho, supone un obstáculo al éxito económico de Israel".

El primer ministro aludía a que los inmigrantes procedentes de países como Sudán, que logran introducirse en el territorio israelí a través de la frontera de ese país con Egipto.

Los inmigrantes que llegan de Sudán se encuentran ilegales en Israel y muchos de ellos alegan que proceden de la conflictiva región de Darfur y solicitan asilo político y ser reconocidos como refugiados, ya que presuntamente estarían escapando del conflicto militar, de origen étnico, que aún persiste en la zona.

Netanyahu ordenó a principios de mes la construcción de una verja a lo largo de la desértica frontera de Israel con Egipto,
de 250 kilómetros de línea divisoria, y donde en la actualidad sólo algunas señales marcan su existencia.

La medida está destinada a impedir la infiltración de inmigrantes, así como de terroristas al país, apuntó la prensa local.

Por otra parte, el premier israelí afirmó que, además de levantar una cerca, el gobierno también trabajará para fomentar el empleo local, especialmente entre los sectores ortodoxos, con los que pretende "paliar" la ocupación de trabajadores ilegales o extranjeros.

"El objetivo es garantizar la naturaleza judía y democrática de Israel", señaló el jefe del Gobierno, pero al mismo tiempo señaló que su país seguirá dando la bienvenida a los refugiados de países golpeados por la guerra.

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