Netanyahu busca incluir a partido revelación en su futura coalición de gobierno
Yair Lapid, el líder del Yesh Atid, declaró que no intentará ser primer ministro y enfrentarse al actual jefe de gobierno.
El ajustado resultado electoral en Israel, que deja al Parlamento (Knesset) con un empate a 60 escaños entre la derecha y los religiosos, por un lado, y el centro, la izquierda y los partidos árabes, por otro, parecía dejar abierto un escenario de múltiples combinaciones para la formación del futuro Ejecutivo. Sin embargo, el actual ministro Benjamin Netanyahu, quien vio disminuida la fuerza política de su partido, el Likud, en alianza con Israel Beitenu, mantiene la preeminencia sobre los otros dirigentes políticos para lograr conformar una coalición que le entregue mayoría en la Knesset.
Especialmente cuando la revelación de estos comicios, Yair Lapid, el líder del Yesh Atid ("Hay un futuro") que se convirtió de la noche a la mañana en la segunda fuerza política del país, declaró que no intentará ser primer ministro y disputarle el cargo a Netanyahu, alternativa que habían intentado levantar los laboristas. "He oído hablar de un bloque (de centroizquierda) frontal (a la investidura de Netanyahu). No formaremos bloques con (en referencia a la diputada de un partido árabe) Hanin Zoabis", dijo.
El Canal 2 de la televisión israelí aseguró que Lapid apuesta por un Ejecutivo de coalición liderado por Netanyahu que excluya a los dos partidos ultraortodoxos, el sefardita Shas y el azquenazi Judaísmo Unido de la Torá. Esto abriría la puerta a legislar sobre el reclutamiento de los ultraortodoxos, históricamente exentos del servicio militar, un tema que ha estado en el centro de su campaña y con el que compartiría posiciones con los nacionalistas religiosos de Habait Hayehudi que encabeza Naftalí Bennet. Así, Likud-Beitenu, Yesh Atid y Habait Hayehudi sumarían 61 diputados, el mínimo, pero suficiente para formar una coalición.
No obstante, según Amit Segal, comentarista política del canal, existe un "acuerdo final" entre Likud y Shas por el que el segundo entrará en la coalición. "Lapid debe convencer a Netanyahu de que no es un soldado de chocolate que entra por entrar en el gobierno", sostuvo Amnon Abrahamovich, analista político de la misma estación.
En la tarde de ayer, el líder de Israel Beitenu, Avigdor Lieberman, ya enarbolaba el Ministerio de Finanzas como una posible cartera para Lapid. "No cabe duda de que con 19 escaños en la Knesset, Lapid será un miembro del gobierno", dijo.
Lapid, un popular ex conductor de televisión de 49 años, es definido por algunos como el opuesto liberal de Netanyahu. En hebreo, Lapid significa antorcha, con lo que se ha hecho un juego de palabras en el sentido de que con su entrada en la arena política, este hombre, casado, padre de tres hijos, busca alumbrar el camino hacia un Israel más moderno y justo. Pero, a diferencia de otros dirigentes de centroizquierda, durante la campaña se mostró claramente abierto a una coalición con Netanyahu.
Es hijo de Tommy Lapid, destacado periodista y político fallecido en 2008 y superviviente del Holocausto oriundo de Hungría, que presidió el partido anticlerical Shinui y fue ministro de Justicia entre 2003 y 2004. Sin embargo, Yair Lapid también siguió los pasos de su madre, Shulamit, que es escritora: publicó varios libros para niños y novelas. Su esposa, Lihi, es una famosa escritora y columnista en Israel. Con fama de conciliador cuando aparecía delante de las cámaras del Canal 2, "Lapid representa la síntesis más genuina del votante israelí de centro: aquel sionista que no sueña con una paz idílica con sus vecinos (árabes) pero que tampoco elude la compleja realidad en la región", según Aluff Benn, editor en jefe del diario israelí Haaretz.
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