No más oros a cambio de plata
La IAAF congela la nacionalización de deportistas que se cambian de país sólo por dinero. "Se ofrecen al mejor postor", dicen en África, aunque la medida es vista con cuidado por Fedachi.
Medio millón de dólares recibió como premio la atleta Ruth Jebet por su medalla de oro en los 3.000 metros con obstáculos en los Juegos Olímpicos de Río. Una cifra impensada en su natal Kenia, pero era el trato firmado años antes, cuando se la llevaron a Bahrein para que compitiera por sus colores.
Como el tema de las nacionalizaciones por conveniencia no es aislado, en la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) decidieron poner orden. La primera medida fue no recibir desde esta semana cualquier nueva solicitud de cambio de país, aunque los ya ingresados seguirán su trámite.
El asunto no va en contra de deportistas que compiten por países en los que fueron acogidos incluso antes de pensar en ser atletas, como es el caso del somalí Mo Farah, quien ha dado 10 medallas olímpicas y mundiales a Gran Bretaña, sino a los que abiertamente ofrecen dinero a deportistas, especialmente africanos, para defender nuevos colores.
Porque no sólo era Jebet: 26 de los 29 atletas de Bahrein en los JJ.OO. del año pasado eran nacionalizados; 17 de los 32 de Turquía y cuatro de los ocho de Qatar.
En los Mundiales de 2015, ninguno de los 17 deportistas de Bahrein nació en su territorio.
"Muchas asociaciones reciben periódicamente una lista de atletas que lo hacen sólo por negocio", afirmó Sebastian Coe, presidente de la IAAF.
Hamad Kalkaba Malboum, representante de África en la IAAF, explica que "hay un mercado de africanos que se ofrecen al mejor postor. Esto va en detrimento del deportista, en ocasiones menor de edad, que a veces sólo reciben un pasaporte y al fin de su carrera son ciudadanos sin futuro".
La medida -ni la polémica- afecta a Chile, pues de acuerdo a los registros de la Federación Atlética no hay nacionalizados entre sus deportistas federados, ni solicitudes.
El presidente de la Federación Chilena, Juan Luis Carter, no está tan de acuerdo con la medida. "En Kenia hay más de 100 fondistas que teniendo las marcas nunca llegarán a los Juegos olímpicos o Mundiales. La política de países, sobre todo, árabes, basados en la potencia de su economía inyectan nivel a sus resultados nacionalizando atletas. Yo no me cierro, pero regulando, como ocurre en otros deportes".
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