El "No a Pinochet" inspira a la oposición en Turquía
Los opositores a Erdogan han rescatado la historia del plebiscito chileno gracias a la película No, de Pablo Larraín. El filme protagonizado por Gael García Bernal se ha popularizado en Turquía durante los dos últimos meses.
El año 1988 puede quedar muy lejos para algunos, pero quizás no tanto en Turquía, donde las imágenes en baja definición, formato de cuatro tercios y colores deslavazados del Chile de aquella época han vuelto a ponerse de moda. Todo ha sido a raíz del referéndum que en abril celebrará el país euroasiático para que sus ciudadanos decidan si dan el visto bueno a un cambio constitucional que transformará su actual sistema parlamentario en un régimen presidencialista bajo la batuta del polémico Recep Tayyip Erdogan.
La oposición turca, debilitada por casi 15 años de gobierno islamista y sucesivas derrotas electorales, ha rescatado la historia del plebiscito que desbancó al dictador Augusto Pinochet del poder en 1988 y sueña con asestarle un golpe parecido al cada vez más autoritario Presidente turco.
A decir verdad, más que la propia campaña del referéndum chileno, lo que ha inspirado a los turcos, por quedar más cercana en el tiempo, ha sido la película No (2012) dirigida por Pablo Larraín y cuyo reparto encabeza Gael García Bernal. La web Oda TV se hace eco de cómo el filme chileno se ha popularizado en Turquía durante los dos últimos meses y, de hecho, se han organizado pases en diferentes lugares. La canción "No lo quiero, no" grabada por Isabel, Javiera y Tita Parra para la campaña de la oposición chilena ha sido subtitulada al turco; y variados artículos en los medios opositores y las redes sociales han explicado cómo los chilenos consiguieron hacer que triunfará el No a Pinochet y tratan de sacar conclusiones que poder aplicar a la campaña del referéndum turco.
El presidente de la cámara de arquitectos de Ankara, Tezcan Karakus Candan, por ejemplo, escribe en el medio online Gazete Duvar que la campaña electoral hacia la consulta chilena se inició, del mismo modo que la turca, en un ambiente de pesimismo para la oposición en el que se creía que "el poder tendría todo bajo control" y recurriría "al fraude electoral" si era necesario para garantizar una victoria del Sí y, con ello, la permanencia de Pinochet ocho años más en el poder (en caso de que venza el Sí en Turquía, Erdogan podría optar a presentarse a las elecciones presidenciales de 2019 y posteriormente renovar su cargo en 2024 durante otros cinco años).
Por eso, Candan insta a que los divididos partidos de la oposición que se oponen al sistema presidencialista en Turquía -socialdemócratas, izquierda prokurda, diversos partidos marxistas, una pequeña formación islamista y algunas facciones de la derecha- hagan como la Concertación chilena y apuesten por una campaña "en positivo", que "ilusione", "una a la oposición" y "venza al miedo".
Si bien Erdogan llegó al poder no mediante el golpe de Estado como hizo Pinochet sino imponiéndose elección tras elección en comicios libres desde 2002, su control de los medios de comunicación ha llegado a ser casi absoluto, a excepción de un puñado de medios digitales que continúan resistiendo (en el último año más de 3.500 periodistas críticos han sido despedidos y 151 informadores se encuentran entre rejas).
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