El Nobel no altera su libreto

Bob Dylan

Bob Dylan sigue su rutina al pie de la letra, y al igual que la semana pasada, y pese a haber ganado el Nobel de Literatura, no interrumpe su concierto para hablar con el público.




El Premio Nobel sigue imperturbable pese al Premio Nobel. En el estreno masivo de su galardón literario, Bob Dylan subió a las 18.58 horas al gigantesco escenario levantado en el Empire Polo Club de Indio y cantó durante una hora y media. El viernes abrió, igual que hace una semana, el festival Desert Trip, un evento único que reúne durante tres días a seis leyendas de los sesenta y todos los años que siguen: Dylan, The Rolling Stones, Neil Young, Paul McCartney, The Who y Roger Waters. En ese orden. Dos por día. Cuatro ingleses, un canadiense, Young, y solo un estadounidense: Dylan.

El viernes, y al igual que hace una semana, Dylan ofreció un concierto no interrumpido por palabra alguna. Ni saludos, ni comentarios.

Pero a diferencia de hace una semana, Dylan no era Nobel. En rigor, su primer show como monarca literario ocurrió el jueves en Las Vegas. Pero nada tan masivo como Desert Trip y 75 mil personas por jornada.

El mismo día del Desert Trip, Los Angeles Times, el diario de referencia por estos lados, ilustró su portada con el rostro de Dylan y destacó que el cantautor era el primer músico en lograr el Nobel de Literatura. Más sugerente fue el New York Times, que robó uno de los títulos más significativos de Dylan para titular su crónica: Don't Think Twice, It's all Right, un llamado a actuar sin pensar tanto las cosas. Esa canción fue la segunda de un set list de que repitió casi por completo en relación al viernes anterior. Dylan comenzó con Rainy Day Women # 12 & 35, siguió con Don't Think Twice y luego Highway 61 Revisited. Tres clásicos. Las 15 canciones antes de una pausa correspondieron al libreto del Desert Trip 1. Lo mismo su parquedad habitual, su rechazo a los primeros planos en las pantallas gigantes -en su última visita a Santiago ni siquiera hubo una- y su voz gastada e inconfundible.

El libreto varió con la penúltima canción de su recital: Like a Rolling Stones, que hizo saltar a todos los que llegaron al desierto de California. De seguro esa elección -una canción que no refiere a ellos, pero que grabaron en vivo en 1995 para su disco Stripped- fue la que motivó el simpático elogio posterior de Mick Jagger, quien aplaudió el "asombroso set list" de Dylan. Los Rolling cerraron la jornada del viernes y expusieron al público el reconocimiento del que Dylan no quiso hacer ostentación. "Nunca habíamos compartido escenario con el ganador de un Premio Nobel", dijo Jagger junto con despacharse una significativa comparación. "Bob es como nuestro Walt Whitman".

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