Nómina Copa América: La lista sigue generando discordia

Ex seleccionados chilenos debaten sobre la transparencia del DT con sus futbolistas, el malestar de éstos y su posterior marginación.




Ir o no ir. Incondicionalidad con la Selección u orgullo personal. Desprolijidad del técnico. La discordia por la lista de 23 que Jorge Sampaoli anunció abiertamente a sus jugadores, y las consecuencias que tuvo este poco habitual ejercicio de transparencia, se extendió a los referentes históricos de la Roja. La lista de variables para analizarla es amplia.  Algunos fustigaron la actitud de quienes declinaron el llamado. Otros, la falta de compromiso de los futbolistas. Nadie es indiferente ante la última crisis que enfrenta el casildense desde que dirige a Chile. Un quiebre justo antes de su principal desafío: postular al título de la Copa América.

Antes de la citación preliminar se restaron Fabián Orellana y Pablo Hernández. Después, trascendido ya el malestar de futbolistas incluidos en la nómina de 30 que ya sabían que no iban a estar en la de 23, Sampoli la redujo a 26 por sorpresa: Mark González, Fuenzalida, Rodrigo Millar y Junior Fernandes. Excepto el volante de Atlas, el resto declaró que sabía que los 23 elegidos estaban definidos con antelación. Y Marc confesó que se adelantó Sampaoli en bajarle, pero que, si no, igualmente habría desertado.

El debate está abierto. Elías Figueroa antepone a la Roja por sobre las consideraciones personales. "Nunca me enfrenté a una situación así y me imagino que un jugador que se entera anticipadamente de que no estará en un listado final no debe sentirse muy bien. El técnico tendrá sus motivos para comunicar una determinación así de esta manera. A lo mejor, el método no es el ideal, aunque cada entrenador tiene el propio. Pero estar en la Selección es el sueño de cualquier futbolista. Nadie debería negarse".

Eso sí, el ex capitán de la Roja y tres veces Mejor Futbolista de América, defiende el derecho de los futbolistas a molestarse: "Sampaoli tiene la experiencia y, seguramente, gente que lo asesore para una determinación de esta naturaleza. Pero cada uno reacciona de distinta manera ante una situación así".

Humberto Cruz, mundialista en Chile 1962 e Inglaterra 1966, se opone más abiertamente a la deserción colectiva. Recuerda que la lista inicial de Fernando Riera antes del Mundial de 1962 contenía 40 nombres. "Al final, quedaban 22, pero a ninguno de nosotros se nos habría pasado por la cabeza renunciar a la Selección. Nadie lo tomó a mal. Es el técnico quien debe tomar la decisión. Considere, además, que no todos los jugadores que militan en clubes extranjeros son titulares en  esta Selección", dice.

El Chita Cruz es categórico: "Ellos tenían que estar entrenando hasta que el técnico tomara la decisión final. En mi época hubiera pasado eso. Ir a la Selección no admitía condiciones. Era un orgullo para todos".

Llamado desprolijo

Alberto Fouillioux, quien disputó los mundiales de 1962 y 1966, apunta hacia el entrenador: "A simple vista, es un llamado medio desprolijo por parte de Sampaoli. Si tenía certeza acerca de quiénes iban a ser los llamados, lo mejor habría sido convocar sólo a 23. Es cierto que una decisión de esta naturaleza está dentro de las atribuciones del entrenador, pero dudo que haya caído bien en el grupo una situación como ésta. No me tocó vivirla, pero imagino que es incómodo".

Jorge Aravena, quien marcó 22 goles en 37 partidos por la Roja, también se suma a los disidentes de la actuación del seleccionador. "Si es como lo plantean Orellana y Hernández, además del resto, no fue una buena decisión citar a 30 jugadores. Habría que convocar a los 23 que va a utilizar y se acabó. Yo entiendo a los jugadores. ¿Con qué ilusión vendría alguien a entrenar en esas condiciones?".

El autor del Gol Imposible añade: "Puesto en una situación similar, habría hablado con el entrenador, le hubiera dado las gracias, pero también le habría dicho que no me parecía justo. Si iba a una Selección, era con la ilusión de estar en la competencia final. Si no tenía chance, lo más probable hubiese sido que no aceptara".

El ex mediocampista sustenta su postura en la coincidencia del planteamiento de los seleccionados. "Si hubiera sido uno solo, quizás no le habría prestado atención. Pero ya van cuatro que dicen lo mismo... Claramente, no es una buena medida".

La preocupación

A Alberto Quintano, quien disputó el Mundial de 1974, le inquietan las consecuencias en la conducción grupal de la Roja. "Si los jugadores sienten que van a luchar para, finalmente, no quedar en la lista, es normal que sientan frustración. En esta Selección, el manejo de grupo no ha caminado mal. Estamos frente a una situación vinculada a la fineza de las relaciones humanas. Puede haber costos", estima el Mariscal.

El actual director de Azul Azul agrega: "Para evaluar la reacción hay que vivir el instante. Todos los jugadores tienen el deseo de estar en la Selección. Y más aún en un torneo como éste. Entonces,  en una situación así, pueden reaccionar de distinta forma".

Quintano se inquieta por la posibilidad de que el conflicto derive en otros. "A partir de esta reacción, Sampaoli también podría determinar el futuro de estos jugadores en la Selección", concluye.

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