Nutricionistas advierten sobre el peligro de seguir dietas "milagrosas"

Cada vez se acerca más el verano y muchas personas buscan fórmulas rápidas para mejorar su peso y estado físico. Para ello algunos recurren a nutricionistas, mientras otros buscan entre la gran variedad de dietas que prometen resultados rápidos y eficaces, pero que en la mayoría de los casos suponen un riesgo para la salud.

En representación de la comunidad de expertos en el tema, la directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología, Joyce Belmar, advierte sobre los efectos negativos que causan los principales regímenes alimenticios promovidos por Internet y a través de la recomendación de conocidos.

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"Todos los estudios demuestran que si bien estas dietas pueden tener efectividad —lograr bajar de peso en poco tiempo —, la gran mayoría después de un plazo hace que la persona recupere su peso o lo aumente", indica la experta, haciendo énfasis en que "no son soluciones permanentes" para mejorar el bienestar de la persona.

Los métodos estipulados en estas dietas son comer frutos exóticos, eliminar alimentos, hacer ayunos intermitentes, guiarse por el tipo de sangre a la hora de consumir algo y "un sin fin de estrategias para que las personas coman menos calorías de lo que están acostumbradas", señala la nutricionista.

Asimismo, indica que dichos regímenes "descuidan la salud" y que esto se explica "porque las personas no han cambiado sus hábitos de alimentación y estas dietas, además, no son dietas que se puedan llevar por días. Son muy monótonas, son muy poco equilibradas y eso puede llevar a serias deficiencias alimentarias".

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Si bien estos cambios de alimentación pueden resultar gratificantes porque se logra el objetivo momentáneamente, "no se debe perder de vista de que la estética no es lo único, nosotros tenemos una estado de salud del que nos tenemos que preocupar", asegura Belmar.

La experta también explica que una dieta equilibrada "es comer de todos los grupos alimentarios, en la cantidad recomendada y ajustada a los requerimientos personales de cada persona". Lo anterior, en conjunto con actividad física, "permite normalizar peso y alejar el riesgo de desarrollar enfermedades". La clave sana, según Belmar es "reaprender a comer", un sistema que depende de factores como la estatura, la edad y el grado de actividad física de cada persona, lo que determina cuántas calorías se necesitan.

Las principales dietas analizadas por la entidad y la profesional mencionada, se describen a continuación.

Esta semilla se considera un "quemador de grasas", sin embargo, tiene riesgos asociados a la pérdida de líquidos y minerales debido a su poder laxante.

La persona que la consume, se expone a un desbalance hidroelectrolítico y deshidratación con las consecuencias correspondientes.

Este régimen es contraindicado en caso de embarazo, mujeres que amamantan, grupos riesgo como escolares y adultos mayores, personas con enfermedades intestinales, entre otros.

Esta dieta consiste en un alto aporte de grasas y proteína, mientras que el aporte de hidratos de carbono es casi nulo.

Los riesgos asociados son, a largo plazo, aumentar la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular, constipación, aumentar el peligro de sufrir dislipidemias (problemas de colesterol aumentado), sobrecargar el funcionamiento del riñón por el alto consumo de proteínas, dolores de cabeza, entre otros.

Se basa en el consumo de batidos de fruta y/o verdura natural que logren efectos de desintoxicación en el cuerpo.

No hay riesgos asociados al consumo de fruta y verdura, sobre todo si son frescas y bien manipuladas, de hecho son consideradas factores protectores para frenar el desarrollo de enfermedades crónicas.

Sin embargo, personas que tienen enfermedades como la diabetes mellitus, por ejemplo, deben moderar el consumo y elegir aquellas frutas con menor índice glicémico.

Este régimen consiste en que los tipos de grupo sanguíneo representan distintos grupos de humanos que en el pasado presentaban hábitos alimentarios específicos.

Las personas se deben realizar un análisis de sangre para determinar el genotipo a que pertenecen y qué estilo de alimentación deberían seguir, puesto que postulan que si comen como sus antepasados, lograrán bajar de peso.

Los riesgos de esta dieta están relacionados a la implementación de un hábito poco equilibrado que podría llevar a una deficiencia alimentaria.