Obama y Cameron juegan tenis de mesa en una escuela londinense
El mandatario estadounidense y el primer ministro del Reino Unido, modificaron su agenda y se dieron un tiempo para compartir con alumnos del barrio de Southwark.
El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, modificaron hoy su agenda y decidieron visitar una escuela en Londres, compartir con alumnos y jugar una partida de tenis de mesa.
Ambos mandatarios, acompañados de sus esposas, se reunieron hoy en el número 10 de Downing Street durante unos veinte minutos para un encuentro informal antes de la bilateral completa que celebrarán mañana en el segundo día de la visita de Estado del presidente estadounidense.
A continuación, los dos abandonaron juntos la residencia del primer ministro británico sin sus cónyuges. Su destino resultó ser la Globe Academy, una escuela en el barrio de Southwark.
Allí recorrieron algunas de las aulas y charlaron con algunos alumnos, que les mostraron un diseño de una caja plegable inventado por ellos. Alguien sugirió que un empresario con visión de futuro podría invertir en el modelo, a lo que Obama respondió con una broma: "¿Donald Trump? Tengo alguna conexión con él".
Ante una mesa de ping-pong, los dos mandatarios decidieron intercambiar unos pelotazos en una partida de dobles con dos de los estudiantes. Pero los líderes, ambos zurdos, tuvieron problemas para coordinar su juego.
"Es posible que tengamos que cambiar parejas. No puede ser que se enfrenten los viejos contra los más jóvenes", bromeó Obama, que vio cómo una pelota que recuperaba "in extremis" sobre uno de los bordes quedaba malograda cuando Cameron la golpeó con demasiada fuerza y que en otro momento preguntó: "¿Estamos contando los puntos?"
Tras unos pelotazos, los dos líderes parecieron acoplarse un poco mejor y consiguieron apuntar algunos puntos, que celebraron con choques de mano. Pese a todo, cuando se hizo salir a la prensa de la sala, los dos líderes iban perdiendo claramente. Obama completará hoy su jornada con una cena de Estado en el palacio de Buckingham, donde hoy la reina Isabel II de Inglaterra le ofreció una solemne ceremonia de bienvenida y un almuerzo informal.
Hoy también el presidente estadounidense depositó una corona de flores ante la Tumba del Soldado Desconocido en la abadía de Westminster.
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