Países de América Latina prefieren evitar condenas enérgicas a violencia en Venezuela

Esto ocurre pese a las críticas realizadas por la ONU y la Unión Europea. Para hoy se espera una nueva jornada de protestas.




Las protestas estudiantiles del miércoles pasado en Venezuela, que terminaron con tres personas muertas, 60 heridos y más de 90 detenidos, no dejaron indiferente a la comunidad internacional. Las Naciones Unidas condenó los hechos de violencia y pidió que se investiguen los fallecimientos ocurridos. En esa misma línea, la Unión Europea abogó por el diálogo pacífico, la libertad de prensa y el derecho a protesta.

Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, pidió al gobierno del Presidente Nicolás Maduro, que inicie una investigación "veraz" sobre lo ocurrido el miércoles. Condenó "enérgicamente", además, la violencia y apeló a "la responsabilidad del gobierno de evitar el uso de la fuerza por parte de la policía o grupos afines" y "a las fuerzas de oposición a manifestarse pacíficamente evitando provocaciones".

También pidió que "las autoridades respeten la libertad de expresión y que los medios de comunicación tomen conciencia sobre el influyente rol que desempeñan en esta coyuntura política". No hizo mención, sin embargo, sobre una posible intervención del organismo.

La relación entre Insulza y Caracas se distanció tras el impasse que sostuvo con el fallecido presidente Hugo Chávez en 2007. No obstante, luego la organización ha tenido una tibia postura frente a acusaciones contra el gobierno de Venezuela, lo cual ha desatado las críticas de la oposición de ese país.

Así, el líder de ese sector y gobernador de Miranda, Henrique Capriles, calificó como una "vergüenza de personaje" a Insulza por la posición que ha mostrado respecto de los últimos acontecimientos en Venezuela.

"¿Dónde estará el señor Insulza?", dijo Capriles y añadió que "reina la conchupancia (el acuerdo) porque nadie se pronuncia". El secretario general advirtió en mayo pasado -ante los pedidos de la oposición venezolana de activar los mecanismos en la Carta Democrática Interamericana- que en la OEA no había "mucho ambiente" para tratar la situación en el país y señaló que no plantearía un debate al respecto en el Consejo Permanente si no lo hacía un país miembro.

En este contexto, los países de la región han evitado realizar condenas enérgicas a la violencia o criticar al gobierno de Maduro, que tuvo el apoyo de Cuba, Argentina, Ecuador y Bolivia, que respaldaron el proceso bolivariano. El Presidente Sebastián Piñera sí tomó distancia y llamó a respetar las libertades y el estado de derecho.

Ayer, el parlamento del bloque económico del Mercosur (integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) llamó al diálogo en Venezuela y manifestó "la necesidad de que los venezolanos resuelvan sus problemas sin injerencias externas".

La última vez que un organismo multilateral se reunió para tratar la delicada situación política que atraviesa Venezuela fue durante la reunión de emergencia en la que participaron ocho de los doces presidentes de los Estados que conforman la Unión de Países Suramericanos (Unasur). Un encuentro celebrado en Lima, en abril de 2013, que resultó en el respaldo incondicional a la elección de Maduro como nuevo presidente del país.

"La mayoría de los países en América Latina también han tenido protestas, uno no se puede imaginar a Dilma Rousseff reclamando contra la violencia, cuando ella también ha sido sometida a protestas populares. También, los presidentes hacen un club de amigos que se defienden entre ellos, más que a los países o la democracia. Prefieren no contaminarse. Pueden no estar de acuerdo, pero no lo van a decir, es como escupir hacia arriba", dijo a La Tercera el analista venezolano Luis Vicente León.

Para la columnista del diario español El País, Maye Primera, la razón de este apoyo es que el grueso de los países que conforman la Organización de Estados Americanos aún recibe apoyo de Venezuela a través de los envíos de petróleo barato o tienen a este país como un cliente seguro de sus exportaciones.

Por otro lado, el canciller venezolano, Elías Jaua, denunció ayer injerencia del gobierno de EE.UU. tras las protestas estudiantiles de los últimos días y reveló los nombres de los tres funcionarios de la embajada en Venezuela a quienes dio 48 horas para abandonar el país.

Se trata de Breeann Marie McCusker y Jeffrey Gordon Elsen, segundos secretarios de la embajada con funciones de vicecónsul, y Kristofer Lee Clark, también segundo secretario de la embajada.

El canciller justificó la medida contra los diplomáticos por su participación en "la organización y promoción de estos grupos (estudiantiles) que hoy intentan generar la violencia en Venezuela". La vocera del Departamento de Estado norteamericano, Jen Psaki, calificó las acusaciones de "falsas y sin sustento".

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