Pakistán se adentra en corazón talibán
En el tercer día consecutivo de enfrentamientos las fuerzas paquistaníes se despliegan desde cinco bases temporales instaladas en la región montañosa cercana a la frontera con Afganistán. El objetivo: sellar el principal bastión talibán de ese país.
El corresponsal de la BBC en la región, Syed Shoaib Hasan, informó que enfrentamientos continuaron durante toda la noche del domingo.
Tanto el ejército como la insurgencia aseguran que han causado importantes bajas al bando contrario.
Aunque todavía no se han hecho públicas cifras oficiales, residentes de la zona remota informan sobre docenas de muertes civiles y más de 20.000 desplazados.
Las provincias de Waziristán del Norte y del Sur conforman un cinturón insurgente desde donde se han lanzado ataques hacia el noroeste de Pakistán y el este de Afganistán.
Además, Waziristán del Sur es considerado el santuario de militantes islamistas más importante fuera de territorio afgano, y se cree que alberga numerosos campos de entrenamiento para atacantes suicidas.
ATAQUE AL CORAZON
"La situación está en punto muerto, mientras el ejército intenta usar soldados en el terreno con armamento pesado y apoyo aéreo para hacer retroceder al Talibán", señaló Shoaib Hasan.
"Los militantes se han atrincherado en posiciones fortificadas hacia donde se dirigen las tropas, pero se espera que recurran a técnicas tradicionales de guerrilla una vez que el ejército se adentre en el territorio controlado por la tribu Mehsud".
El corresponsal de la BBC explicó que es allí, en el corazón de la resistencia, donde se decide el destino de la campaña.
En el suroeste de la región se han dispuesto varios puestos de control, al tiempo que las fuerzas de seguridad utilizan artillería para atacar posiciones de la militancia en Wana, Servakai, Manzai, Jandola y Rasmak, en el norte, sur y este de la zona de operaciones.
El ejército también tomó el control de la cadena montañosa de Ingalmall, que marca el camino a Afganistán, lo que según el periodista de la BBC ayudará a cortar las líneas de suministro de la insurgencia y a prevenir que reciba más ayuda de Afganistán.
No obstante, las fuerzas del Talibán respondieron a tropas paquistaníes con armamento pesado. Un portavoz del movimiento dijo que han tomado a docenas de soldados y que ninguno de sus hombres ha muerto.
ESCAPE DEL FUEGO
Entretanto, cientos de personas de Waziristán del Sur que escapan de los enfrentamientos continúan llegando a Dera Ismail Khan.
El periodista de la BBC Aleem Maqbool informó que hay muy poca preparación para recibir a los desplazados.
"Al menos 20.000 personas están registradas aquí. No están recibiendo nada; algunos han sido acogidos por familiares lejanos", explicó.
El gobierno federal y el ejército ordenaron el cierre de las escuelas en Islamabad y otras ciudades por razones de seguridad.
Corresponsales de la BBC en la capital paquistaní explicaron que la medida se debe a los crecientes temores de que militantes radicales tomen rehenes para forzar a las autoridades a bajar la presión en Waziristán del Sur.
La seguridad se reforzó en todo el país, mientras la policía registra las escuelas religiosas en Islamabad y zonas rurales cercanas en busca de insurgentes.
El ministro de Interior, Rehman Malik, dijo en un comunicado que se tomarán acciones contra cualquier predicador musulmán extranjero que se descubran en las requisas.
PRESIONES EXTERNAS
Pakistán está siendo presionada por Washington para que enfrente a los militantes islámicos que se encuentran en su territorio, mientras el presidente estadounidense, Barack Obama, se prepara para anunciar el envío de tropas al vecino Afganistán.
Como explicó el analista en Defensa de la BBC, Nick Childs, la Casa Blanca ha agradecido el inicio de esta ofensiva, ya que la actuación del ejército paquistaní en esta zona puede ser crucial para el éxito de EE.UU. en Afganistán.
Sin embargo, aún no está claro si el ejército de Pakistán cuenta con los suficientes recursos y preparación para acabar con estos extremistas, explicó Childs.
Los desafíos en Waziristán del Sur son diferentes a los que plantea el Valle del Swat, donde Pakistán sí hizo grandes avances durante este año.
En esta nueva ofensiva, el Talibán ha tenido tiempo para prepararse. Por eso, el ejército de Islamabad sólo contaría con unas semanas para atacar, antes de que la llegada del invierno complique aún más la consecución de sus objetivos.
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