Papa Francisco y el modelo económico
En diversas ocasiones, el Papa ha atacado las injusticias y desigualdades que a su juicio genera el modelo económico del capitalismo. Los defensores del sistema han criticado sus opiniones, mientras que los expertos han asegurado que Francisco "no es anticapitalista".
Uno de los aspectos que han marcado los casi cinco años de pontificado de Francisco es su visión crítica del capitalismo. En diversas oportunidades, el Sumo Pontífice ha reprochado los negativos efectos de este modelo, lo que le ha valido las críticas de los defensores del sistema.
El 26 de noviembre de 2013, ocho meses después de haber iniciado su papado, la máxima autoridad de la Iglesia Católica publicó su primera exhortación apostólica titulada Evangelii Gaudium -La alegría del Evangelio-, un documento de 142 páginas en el que dedicó varios párrafos al tema económico.
En el texto, el argentino expresó su rechazo a "una economía de la exclusión", a "la nueva idolatría del dinero", a "un dinero que gobierna en lugar de servir" y a "la inequidad que genera violencia".
"Así como el mandamiento de 'no matar' pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir 'no a una economía de la exclusión y la inequidad'. Esa economía mata", aseguró.
El Papa lamentó que una caída de dos puntos en la bolsa sea noticia y que la muerte por frío de un anciano en situación de calle no lo sea. "Eso es exclusión", declaró.
El Santo Padre también atacó que todo entre en el juego de la competencia y de la ley del más fuerte, ya que esto ha llevado a que muchos sean excluidos. "Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del 'descarte' que, además, se promueve", sostuvo.
En cuanto a la obsesión con el dinero, Francisco alertó que "mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz". A su juicio, este desequilibrio "proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera".
Para el Papa, la desigualdad es la raíz de los males sociales y advirtió que "hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia".
La primacía de la especulación
Un año y medio más tarde, el Sumo Pontífice divulgó la encíclica Laudato si' -Alabado seas-, en la que nuevamente se refirió a la economía.
"Los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente", se leía en la carta.
Según el Santo Padre, la crisis de 2008 era la oportunidad para desarrollar una nueva economía "más atenta a los principios éticos" y "una nueva regulación de la actividad financiera especulativa y de la riqueza ficticia". Sin embargo, "no hubo una reacción que llevara a repensar los criterios obsoletos que siguen rigiendo al mundo".
"No es anticapitalista"
A pesar de sus duras observaciones sobre el sistema económico predominante, los expertos afirman que él no está en contra del modelo.
"Francisco no es anticapitalista, no va contra la economía del libre mercado, sino que dice: 'la economía de libre mercado está muy bien, pero falta algo más. Tenemos que darnos cuenta de que en este mundo hay 3.500 millones de personas -más de la mitad de la población mundial- que tienen lo mismo que 85 familias y eso es desigualdad y esta desigualdad va creciendo'", comentó el sacerdote mexicano Cristián Mendoza.
El profesor de la Facultad de Comunicación Institucional de la Iglesia de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma agregó que al Pontífice le preocupa la injusticia, la desigualdad y el hecho de "vivir pensando en el mercado por el mercado".
Esta visión es compartida por Ignacio Arteaga, presidente de la Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos (USEC), quien esta semana aseguró en una entrevista en Radio Duna que "no es que el Papa esté criticando al capitalismo. Ni la Iglesia ni el Papa son contrarios a la libertad de mercado, ni a que los precios se fijen libremente por la oferta y la demanda ni a la apertura de los mercados internacionales".
El ejecutivo añadió que, cuando el Papa enfatiza ciertos puntos, "es porque nos quiere libres, no nos quiere esclavos del dinero ni de un sistema".
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