Paul Anka se corona como lo mejor de la primera noche de Viña
El canadiense logró prender a un público que en ningún momento explotó y se llevó todos los galardones posibles.<br><br>
Paul Anka se las sabe todas. Pero no por viejo ni por diablo: simplemente porque se trata de uno de los mayores profesionales aparecidos en el mundo del espectáculo en los últimos 50 años. No por nada cuenta con casi un éxito por década desde su irrupción (a fines de los 50) y ha batallado en rankings tanto con Buddy Holly como con The Killers.
Paul Anka se las sabe todas y Viña fue un reflejo exacto del mérito: consciente de que se trata de un espectáculo televisivo, de una tribuna para las masas, el crooner armó una presentación donde cada trozo parecía un capítulo aparte, armado y pensado para un show masivo.
Por eso, cuando el reloj marcaba las 1:30 horas -y tras un frío inicio donde Coco Legrand y Valentín Trujillo se llevaron la aprobación del público, pero nunca el estallido-, el canadiense apareció entre la gente para interpretar Diana, el mayor himno de su repertorio. Una jugada maestra con la que siempre abre sus recitales.
Luego You are my destiny, Adam and Eve y el primer mazazo de la jornada viene con Times of your life: imágenes de toda la carrera del artista, desde sus apariciones en el show de Ed Sullivan y sus fotos con Elvis y The Beatles, hasta imágenes de su actual hijo, Ethan, de 4 años. El mismo que minutos después se subió a compartir escenario con su padre por unos momentos.
Un instante emotivo facturado por el canadiense. Aunque deja claro que tampoco necesita pantallas ni saludos a la nostalgia para generar reverencia: en Tonight my love tonight y Crazy love su voz se muestra versátil y precisa, mientras su orquesta es un verdadero acorazado.
En You're having my baby le canta a Sigrid Alegría, integrante del jurado internacional que espera un bebé, para luego sentarse al piano e introducir el instante más esperado de la noche.
"Muchos años atrás, un joven de 21 años vino a mi casa, dijo que quería escribir canciones conmigo. Estuvimos juntos muchas semanas, preparándonos para el álbum, pero nunca llegamos a hacer el proyecto. Nuestras vidas fueron en diferentes caminos, y la canción estuvo guardada en mi casa hasta muchos años más tarde", aseguró, en un discurso, como todos los de la noche, que contó con una voz en off que tradujo simultáneamente (hasta eso formó parte de sus preocupaciones).
Estaba claro: venía el anunciado dueto con Michael Jackson para el tema This is it. Aunque en rigor nunca cantaron a la par, Anka lo hizo sobre una sutil interpretación al piano, mientras que la voz virtual de Jackson se acopló de manera casi perfecta con la orquesta, convirtiendo esa insípida e intrascendente pieza póstuma en un momento de renovada categoría.
¿Más? Let me try again, el tema que nació en Viña y que reescribió en los 70, fue acompañado por antiguas imágenes de la ciudad; y hubo espacio para que cantaran Sammy davis Jr. y su amigo Frank Sinatra.
Todo en una hora y media de show, con Anka sin una sola muestra de cansancio, vigoroso y con ganas de que su paso por la Quinta Vergara empalme con la madrugada. Un artista de tanta categoría quizás merecía un mejor horario, un mejor momento dentro de la parrilla de la noche inaugural.
Aunque se llevó todos los premios posibles, el trabajo y la dedicación excelsa de Paul Anka merecía un trato aún más estelar. Porque anoche se transformó en uno de los mayores hitos de Viña 2010.
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