Peter Beaven: "El cambio en el royalty fue una respuesta extraordinaria para un evento extraordinario"

Presidente ejecutivo de BHP Billiton Metales Base, la mayor minera privada del mundo, dice en su primera entrevista que tras este cambio tributario ahora el país requiere estabilidad en las reglas del juego.




Las imágenes del accidente de la mina San José y el rescate de 33 mineros a 700 metros de profundidad, emocionaron a Peter Beaven. En agosto, cuando ocurrió el derrumbe, el ejecutivo estaba radicado en Johannesburgo, en Sudáfrica, a cargo del área de manganeso de BHP Billiton.

Para él, Chile ya no era indiferente, porque  sabía que sería su próximo destino. En junio, de hecho, había sido nombrado para asumir como presidente ejecutivo de todo el negocio de metales de BHP Billiton, el mayor grupo minero del mundo, con sede en Santiago.

"El rescate de los mineros fue una historia emocionalmente muy fuerte. Cualquier ser humano es tocado con este evento", dice.

Durante los meses del arduo trabajo de los sondajes en Copiapó, Beaven comenzó a aprender español para prepararse para el nuevo cargo que debía asumir en noviembre.

Pese a que su nombramiento estaba enfocado a potenciar el crecimiento de las operaciones que la anglo-australiana tiene en Chile, en especial el yacimiento Escondida, la mina privada más grande del mundo, a su arribo al país se encontró con la mayor discusión sectorial de los últimos años: el alza al impuesto específico a la minería, conocido como royalty.

Estos dos meses en Chile no fueron fáciles para el ejecutivo, quien llegó con su esposa y sus dos hijos a vivir en un país que desconocía y del cual sólo ha podido visitar Reñaca, en la V Región, y el Valle de Colchagua, en Santa Cruz.

La tarea de acogerse o no al nuevo sistema tributario lo mantuvo ocupado la mayor parte del tiempo. Ahí comenzó a dimensionar la magnitud de la discusión y el contexto en que se generaba la modificación de los contratos que la industria firmó en 2004 y que blindaba a las empresas con una invariabilidad tributaria hasta el año 2017.

A pesar de la extensa discusión, BHP Billiton fue la primera minera que aprobó acogerse al cambio tributario, anuncio que realizó el lunes pasado y que incluyó una visita a La Moneda con la plana mayor de la compañía, líder en la minería mundial.

Esta decisión abrió la puerta para que el resto de las operadoras de la industria siguieran el ejemplo. "Fue una medida extraordinaria para un evento extraordinario, como fue el terremoto", asegura Beaven, quien tiene clara la situación por la que atraviesa el sector minero en Chile.

De hecho, enfatiza que pese a que tenía que contribuir para la reconstrucción del país, es necesario que el sector tenga certeza en la estabilidad de las reglas del juego para impulsar las inversiones y mantener al país como el principal referente en la minería de cobre a nivel mundial.

Terminada la discusión impositiva, ahora está concentrado en el crecimiento de las tres operaciones que BHP Billiton tiene en Chile, las minas Escondida, Spence y Cerro Colorado. "Queremos seguir creciendo en Chile. Tenemos una mirada de largo plazo", sostiene el ejecutivo.

¿Sabía que el royalty sería el primer tema que tendría que ver al llegar a Chile?

Sabía que en Chile estaba el tema del royalty, porque había comenzado la discusión mucho antes de llegar al país. Así que tenía bastante información sobre el tema.Lo seguí en Sudáfrica. Al final, la solución fue muy saludable para todo el mundo.

Creo que eventos como el terremoto que vivió el país, que fue el segundo o tercero de gran magnitud en la historia de Chile, no es una situación para quedar indiferentes y sabíamos que teníamos que apoyar. A la vez, también hay que entender que necesitamos estabilidad en las reglas del juego. Esto es una combinación en un evento sin precedentes, donde nosotros sabíamos que teníamos que estar.

¿Hasta donde corresponde que la minería haga más aportes  y cómo se logra alcanzar el mix adecuado entre aporte y ganancia?

Esa es una buena pregunta. Sin lugar a dudas, el sector privado, en general, cumple un rol muy importante en la construcción de un país. Sin un sector privado y sin empresas, cada país estaría en peores condiciones. Siempre es importante tener un retorno sobre el capital que sea equitativo y ese balance no es fácil de encontrar. Ese balance es el que, al final, nos estamos jugando y ese balance en Chile hoy es correcto.

Si hay nuevos cambios ¿Cuál es el riesgo para los privados?

Si cambia algo, cambia el balance. Lo más importante es que cuando uno mira la teoría económica, lo que hay es que los beneficios que  trae el negocio minero se divide entre trabajadores, gobierno, accionistas, proveedores y comunidades, y todos tienen una participación de la torta. Cuando cambia un elemento, afecta al resto, y por lo tanto, alguien siempre tendrá que ceder. En este escenario, no todas las cosas  están cambiando, sino que sólo es el impuesto. En lo que hay que estar atento es en mirar la competitividad.

¿Cómo está operando Chile para resguardar la competitividad?

Hasta el momento, Chile lo ha hecho excelente. Ha venido mucho capital al país y también ha mantenido esta estabilidad, especialmente para las inversiones de largo plazo. Cuando invertimos, lo que decimos es que aquí hay una oportunidad de largo plazo.

La demanda de cobre está buena y el precio también. Hay un balance sensato entre todos los actores hoy día, pero en el futuro será más difícil. Tenemos el tema del alza de los costos, como el de energía. Antes operábamos con gas y ahora a diésel, que es más caro. Además, las operaciones requieren más agua, ya que el mineral está a mayor profundidad y eso, a su vez, implica más energía.

Entonces, ¿era el mejor momento para subir la tributación?

En el royalty, hay un evento que fue extraordinario, que fue el terremoto y, por lo tanto, se necesitaba una reacción extraordinaria también. Todo el mundo debía contribuir.

El tema de cómo se comporten los yacimientos y lo que viene en el futuro para el sector no es algo que  nosotros podamos resolver, ni siquiera la industria. Son temas que deben ser resueltos por el país.

¿El mensaje es que hay que tener cuidado con alterar la estabilidad en las reglas del juego?

No es un mensaje. Nuestro negocio es mirar al largo plazo y las inversiones se pagan con retornos en el largo plazo. Cualquier persona que trabaje en la minería diría lo mismo. Para poder invertir hoy necesitamos  saber que las reglas del juego serán las mismas.

Y hoy, ¿quedaron tranquilos en este aspecto?

Sí. El mensaje es que en Chile todavía hay un recurso natural que es excelente, pero será mucho más difícil explotarlo. Por lo tanto, hay que trabajar juntos. Nosotros necesitamos ser socios del país y si uno ve que la minería y el país son socios, se puede seguir creciendo en el futuro.

La invariabilidad tributaria que ofrece Chile, ¿qué validez tiene?

¿Cómo podré saber eso? Por 20 años, Chile ha hecho cosas muy alabables. Todos hubiésemos querido que el terremoto nunca hubiese ocurrido y esta idea no tiene que ver con el dinero, sino que con el daño.

Nosotros somos parte de esta comunidad y ante ese evento extraordinario nos sentimos comprometidos a participar y apoyar. No hay duda que la estabilidad es válida. Además, Chile tiene gente muy sensata y se ha visto una historia impecable. La verdad, no vemos por qué eso puede cambiar en el futuro.

¿Le da más credibilidad haber cerrado un acuerdo con un Presidente con historia empresarial?

Los gobiernos van y vienen. Nosotros invertimos en un lapso que dura 30 años. Esos son los tiempos que uno mira. Nosotros pensamos en el largo plazo.

La decisión de BHP de ser la primera en informar la aceptación del royalty, ¿efectivamente generó un quiebre en el Consejo Minero?

No puedo hablar por las otras compañías. Al final del día, estas son decisiones individuales, no decisiones de grupo. Cada compañía toma su decisión respecto del royalty.

¿Cuál es su opinión sobre el Consejo Minero?

Es muy temprano para mí para opinar sobre este gremio.

Pero, ¿fue a las  reuniones del Consejo Minero que abordaron el tema del royalty?

Aún no he ido a las reuniones, pero voy a ir en el futuro.

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