Por qué Argentina aún no sabe cómo murió el hijo del ex presidente Menem

Carlos Saúl Menem Yoma tenía 26 años cuando cayó su helicóptero en 1995. La justicia aún busca determinar si fue un accidente o un atentado, algo que podría definirse en los próximos días.




En los próximos días la justicia de Argentina dará a conocer los resultados de un estudio pericial que podría poner fin a una incógnita que lleva casi dos décadas.

¿Cómo murió realmente el hijo del presidente Carlos Saúl Menem (1989-1999)?

¿Falleció en un accidente, como ha mantenido la teoría oficial hasta ahora, o fue asesinado, como sospechan muchos en Argentina?

Carlos Saúl Menem Yoma –o Carlitos Jr., como era más conocido- falleció a los 26 años, el 15 de marzo de 1995, cuando el helicóptero que piloteaba se precipitó al suelo en una zona rural de la provincia de Buenos Aires.

En ese momento su padre ejercía el último año de su primer mandato presidencial.

La justicia sostuvo siempre que se trató de un accidente, que ocurrió cuando el helicóptero enganchó un cable eléctrico de alta tensión y se desplomó.

Sin embargo, desde el día uno hubo especulaciones en torno al siniestro, en el que también murió Silvio Oltra, piloto de automovilismo al igual que Carlitos.

Ante la posibilidad de que pudieran aparecer nuevas pruebas, la causa judicial nunca fue cerrada, sino que se mantuvo archivada.

En 2010, el juez Carlos Villafuerte Ruzo aceptó desarchivar el caso y ordenó nuevas pericias a pedido de la madre de la víctima, Zulema Yoma, exesposa de Menem.

Sin embargo, retrasos en la investigación llevaron a que recién ahora se concluyan esos estudios, que en los próximos días podrían determinar si el caso pasa de ser un "accidente" a ser catalogado como un magnicidio.

EL "TERCER ATENTADO"

Zulema Yoma viene denunciando hace años que su hijo fue asesinado, pero hasta ahora su exmarido no había secundado esta teoría.

Eso cambió en julio de este año, cuando el expresidente presentó una sorpresiva declaración en la que, por primera vez, apoyó la hipótesis de su exmujer.

A finales de septiembre, Menem reiteró su testimonio ante el juez, asegurando que su hijo murió en un atentado y no en un accidente.

El exjefe de Estado, quien ocupa una banca en el Senado desde 2005, no argumentó su afirmación ni tampoco explicó por qué cambió de opinión luego de 19 años.

Menem declinó hablar con BBC Mundo sobre la muerte de su hijo, y rechazó todas las consultas periodísticas sobre el tema.

No obstante, el abogado de la señora Yoma, Juan Gabriel Labaké, dijo a este medio que la declaración del exmandatario supuso un importante impulso para la investigación, al darle "otra visibilidad".

En declaraciones a la radio Vorterix, Yoma afirmó que la muerte de su hijo fue "el tercer atentado" que sufrió Argentina.

Los primeros dos fueron las voladuras de la embajada de Israel, en 1992, y de la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), en 1994.

Sin embargo, la exprimera dama (que se divorció de Menem en 1991y fue sucedida en el cargo por su hija) no especificó si había un vínculo entre los tres hechos, que ocurrieron durante la primera presidencia de Menem.

19 AÑOS

¿Por qué es que a casi dos décadas de la muerte de Carlitos Jr. aún no se ha podido cerrar el caso definitivamente?

Labaké dijo a BBC Mundo que hubo una serie de factores que dificultaron la investigación, entre ellos ataques contra personas involucradas en la pesquisa.

"Hubo 14 atentados contra testigos y peritos que actuaron en la causa, y 11 de ellos murieron en circunstancias dudosas", denunció el letrado.

Una de las presuntas víctimas fatales fue el perito de la Fuerza Aérea que primero inspeccionó el helicóptero caído.

Según Labaké, Víctor Lukov fue asesinado en un presunto intento de robo dos días después de la muerte de Menem hijo.

A su vez, el autor de ese delito murió apuñalado dos días más tarde, y este tercer hombre falleció cuando fue atropellado por un auto.

Labaké afirma que antes de morir, Lukov le dijo a la fiscal que el siniestro "no fue un accidente", pero no existe un registro oficial que confirme sus dichos.

La inspección del helicóptero fue realizado finalmente por un segundo perito de la Fuerza Aérea, que determinó que se trató de un accidente.

En una decisión que muchos encuentran sospechosa, los restos del vehículo fueron compactados por orden de esa Fuerza.

Solo se preservó un pedazo de la chapa -equivalente a cerca del 25% del total- que fue guardado en un depósito privado.

En tanto, un estudio externo del cuerpo de la víctima no reveló la presencia de heridas de bala u otros indicios sospechosos.

RASTROS DE BALA

En 1996, un año después de la muerte de su hijo, Zulema Yoma pidió un nuevo peritaje del helicóptero, que fue autorizado por Villafuerte Ruzo y realizado por peritos de la Gendarmería nacional.

Ese estudio determinó que había rastros de 18 impactos de proyectil en el pedazo de chapa preservado.

No obstante, el magistrado anuló el informe por considerar que no se podía determinar si la evidencia había sido adulterada o cambiada mientras estuvo bajo custodia privada.

En 1997, Yoma realizó un estudio privado comparando las imágenes tomadas por Gendarmería con las fotos de la chapa realizadas por la Fuerza Aérea.

La idea era confirmar si el trozo de helicóptero analizado era el mismo o había sido cambiado.

Según informó Yoma, esas pericias dieron positivo y confirmaron la presencia de los múltiples orificios de bala.

"Yo con uno me convenzo", afirmó a la prensa, denunciando que el juez no aceptó el peritaje, por ser privado, ni tampoco ordenó un estudio similar.

En 1998, el magistrado archivó la causa, declarando que fue un accidente.

BBC Mundo intentó hablar con el funcionario, pero su juzgado no respondió los pedidos de entrevista.

Según el diario Página 12, Villafuerte Ruzo decidió concluir su investigación tras recoger más de 50 testimonios de personas que habían visto el helicóptero volando bajo y sin evidencias de estar fuera de control.

"Junior venía jugueteando con el helicóptero por encima de la ruta y esa forma de pilotear imprudente terminó cuando se llevó por delante los cables del tendido eléctrico", resumió el diario, aludiendo a las conclusiones de la pesquisa.

COMISIÓN INTERAMERICANA

Ante la resolución del juez, Yoma decidió acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La CIDH recomendó al Estado argentino una "solución amigable", que consistió en la creación de una comisión especial dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Sin embargo, esa comisión no avanzó en la investigación de la causa.

En 2009, Labaké asumió la defensa de Yoma y volvió a la vía judicial, pidiendo que se desarchivara el caso y se realizara el peritaje comparativo de imágenes.

Villafuerte Ruzo autorizó el estudio, encomendándole la tarea al Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés).

Sin embargo el FBI se declaró no competente, por lo que el magistrado ordenó que el estudio lo hiciera la Gendarmería Aerocomercial de Francia.

Según fuentes judiciales, el magistrado no quiso que las pruebas se realizaran en Argentina para evitar toda suspicacia.

No obstante, inconvenientes burocráticos impidieron la realización del peritaje por cuatro años y finalmente el juez aceptó que el estudio se hiciera en el país.

En los próximos días, se espera que el Instituto de Criminalística de la Universidad Nacional de Tucumán dé a conocer sus resultados.

Si ese informe confirma las sospechas de la querella, el caso podría pasar a tener una nueva carátula: doble homicidio calificado.

A su vez, esa posibilidad abriría toda una nueva serie de interrogantes, empezando por quién mató a Carlitos Jr. y por qué.

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