Por qué importan los comicios en Brasil
El próximo domingo, 3 de octubre, casi 136 millones de brasileños votarán por un nuevo presidente que reemplazará, tras ocho años de gestión, a Luiz Inácio Lula da Silva.
Constitucionalmente imposibilitado para presentarse a un tercer mandato consecutivo, el actual presidente Lula está dejando su gobierno con 80% de aprobación.
Y es muy probable que presencie la victoria de la sucesora que ha elegido, Dilma Rousseff —ex jefe de Estado Mayor durante su mandato—, según los resultados de la mayoría de las encuestas de opinión.
El principal oponente de Rousseff es José Serra, ex gobernador del estado de Sao Paulo y aliado cercano del ex presidente Fernando Henrique Cardoso.
En el caso de que ninguno de los candidatos obtuviera más de la mitad de los votos válidos emitidos, habría una segunda vuelta electoral el 31 de octubre.
Sin embargo, los expertos suponen que ninguno de los candidatos hará cambios radicales en las políticas económicas ni en las diplomáticas de Brasil.
Estos son los puntos principales del papel global de Brasil en el presente y el futuro.
ECONOMIA
Pocos países salieron de la crisis financiera global tan rápidamente (y sanamente) como Brasil.
El Producto Interno Bruto (PIB) del país está destinado a crecer en torno al 7,5% este año, después de una contracción del 0,2% en 2009 -cierto, una recesión, pero mucho menor de la de la media de las economías más grandes del mundo-.
Pero la recuperación rápida no es la única razón para el entusiasmo de los inversores internacionales en Brasil. Con un crecimiento medio del 4,8% entre 2002 y 2008, el país ha logrado combinar la expansión económica con el control de la inflación.
El resultado ha sido el de fortalecer una clase media orientada al consumo, ahora el motor de la economía brasileña. En el primer trimestre de 2010, la demanda interna creció 8% con respecto al mismo periodo de 2009.
Sin embargo, el próximo gobierno tendrá a otros retos por delante: la tasa de interés de Brasil es una de las más altas del mundo. La carga fiscal representa el 36% del PIB del país, la más alta de América Latina. Y el país invierte muy poco —17,9% de su PIB — en comparación con 43% en China y 34% en India.
No obstante el escenario macroeconómico es positivo. Y con la perspectiva de grandes proyectos como la explotación de petróleo en aguas profundas, el Mundial del 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 en Río, los inversores son cada vez más optimistas respecto a Brasil.
Muchos de ellos incluso predicen que el país será una de las cinco economías más grandes del mundo en 15 años.
EL AUMENTO DEL ROL GEOPOLITICO
Los partidarios de la política exterior de Brasil tienden a decir que el país está "en un nivel superior" de las relaciones internacionales y que no existe una "mesa de negociación" donde no está representado.
Aunque esto puede sonar un poco exagerado, lo cierto es que el Brasil se ha vuelto más importante en una serie de cumbres internacionales, especialmente las relacionadas con cuestiones económicas y ambientales.
Un buen ejemplo es la participación activa del país en el G20, un grupo que ganó más importancia después de la crisis financiera mundial en 2008.
Brasil es una de las voces principales de los países en desarrollo que están buscando un "nuevo orden económico mundial", en el que estos países tendrían más peso en los organismos internacionales como el FMI o el Banco Mundial.
UNA POLITICA EXTERIOR MAS AGRESIVA
Aparte de la adopción de una postura más agresiva en las cumbres internacionales, la política exterior bilateral de Brasil también ha sido más incisiva en los últimos años, especialmente en las relaciones conocidas como Sur-Sur.
Con el objetivo de obtener asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Brasil ha estado trabajando en el fortalecimiento de su relación con los gobiernos en regiones como África y Oriente Medio.
Recientemente, Brasil atrajó la atención del mundo cuando se unió a Turquía en un esfuerzo por mediar en un acuerdo nuclear con Irán.
Sin embargo, los críticos aseguran que el gobierno brasileño no está utilizando su influencia en el líder iraní, Mahmud Ahmadineyad, para tratar y enfrentar las violaciones de los derechos humanos en ese país.
Cerrar tratos con países africanos es otra estrategia de la actual diplomacia brasileña. El país no sólo está interesado en tener más aliados políticos, también está tratando de diversificar su cartera de inversiones internacionales.
POBLACION
Con una población de 191 millones de habitantes, Brasil es el quinto país más poblado del mundo, detrás de China, India, EE.UU. e Indonesia.
Su tasa media de fecundidad entre 2002 y 2006 fue de 1,5 hijos por mujer, lo que significa que es probable que alcance 207 millones de personas en 2020, según las estimaciones.
Cerca del 32,8% de la población son menores de 19 años de edad. Sin embargo, hace diez años era 40,1%.
Hoy en día, 85% de los brasileños tiene un teléfono móvil, 14% tienen al menos un coche. Además 78,6% tiene acceso al agua potable en sus casas y 44% de los que viven en las zonas urbanas tienen acceso a internet.
"EL GRANERO DEL MUNDO"
Brasil todavía puede estar muy por detrás de otros países en términos de su industria manufacturera, pero es uno de los mayores productores mundiales de alimentos y tiene un enorme potencial para la expansión.
En los últimos diez años, pasó de producir un total de 80 millones de toneladas de alimentos a 150 millones de toneladas, un aumento del 87%.
Brasil es el mayor exportador mundial de jugo de naranja, azúcar, pollo, carne y café. Además es el número 2 en la soja.
Debido al aumento de la población mundial y a la necesidad de alimentar a la gente con una dieta más diversificada, algunos expertos han calificado a Brasil como "el granero del mundo".
Estos expertos cuentan no sólo con lo que Brasil produce y exporta en la actualidad, sino también en su potencial de expansión: según la ONU, el país tiene 50 millones de hectáreas de tierra cultivada, pero aún mantiene 300 millones de hectáreas de tierra cultivable, más que cualquier otra nación.
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