Presidenta Rousseff prorroga recortes tributarios para estimular industria automotriz en Brasil

La mandataria brasileña anunció que la medida obedece a que este sector presenta señales de recuperación y es uno de los fuertes componentes de la industria local, que sintió con rigor la crisis económica internacional con caídas en ventas y producción.




La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff,  anunció este miércoles la prórroga hasta diciembre de un beneficio tributario  que reduce el precio de los autos y estimula a la industria automotriz local,  que ya muestra señales de recuperación.

En su participación en el Salón del Automóvil de Sao Paulo, el mayor de  América Latina, Rousseff anunció la extensión de una rebaja del Impuesto sobre  Productos Industrializados (IPI) para la producción de vehículos, anunciada por  primera vez en mayo y que ya había sido prorrogado en agosto hasta octubre.

"Vine aquí a anunciar que vamos a prorrogar el IPI hasta el 31 de diciembre  de 2012", dijo la mandataria en su discurso en la ceremonia de apertura.

Rousseff insistió en que Brasil, sexta economía del mundo, "tendrá que  generar cadenas productivas sostenibles en la industria de autopartes, de  motores y transmisión (...), complementada con la producción internacional,  pero aquí tiene que existir esa producción".

"No es posible que crean que nuestro país no es capaz de generar  conocimiento científico y tecnológico en la industria automovilística. Nosotros  queremos generar tecnología, nuestro país tiene el desafío de la producción y  producir va a significar tener una enorme capacidad de innovar", siguió.

La decisión era esperada por el mercado. Una comisión de la asociación de  fabricantes Anfavea viajará a Brasilia para discutir con el ministro de  Finanzas, Guido Mantega, la prórroga de la medida.

"El riesgo de no prorrogar (el IPI) generaría una caída en las ventas  diarias", comentó el presidente de Anfavea, Cledorvino Belini.

La presidenta destacó que el ascenso de millones de brasileños a la clase  media, que representa más de la mitad de la población según cifras oficiales,  "convirtió el país en un gran mercado interno con consumidores que, inclusive,  tenían una demanda reprimida porque muchos siempre soñaron con tener un  automóvil".

El sector automotor es uno de los fuertes componentes de la industria  brasileña, que como todo el aparato productivo del país, sintió con rigor la  crisis económica internacional con caídas en ventas y producción.

En el primer semestre las ventas de coches cayeron 1,2% respecto a igual  período de 2011. La producción, de su lado, retrocedió 9,4% en el mismo periodo.

Pero los estímulos tributarios y el mayor acceso al crédito reactivaron el  sector y las ventas de vehículos llegaron a un récord de 420.100 unidades en  agosto, una fuerte alza de 28,2% en relación a igual mes del año pasado.

La producción fue de 329.300 unidades, un 10,6% más que en julio y 1% más  que en agosto de 2011.

El gobierno además ha aumentado en 30% el IPI a los vehículos importados,  para favorecer la producción con mayoría de componentes fabricados en Brasil o  el Mercosur, a raíz de lo cual fue acusado de proteccionista.

Brasil es el cuarto mayor mercado de vehículos en el mundo, por detrás de  China, Estados Unidos y Japón, pero es el séptimo fabricante mundial, con una  producción de 3,4 millones de unidades por año.

En 2011, la venta de automóviles creció 3,4% a 3,63 millones de unidades,  el quinto récord consecutivo anual, y se produjeron 3,4 millones de vehículos  (+0,7%). Para 2020, Anfavea espera que esta cifra oscile entre cinco y seis  millones de unidades.

Según la entidad, la flota de automóviles (sin contar camiones y vehículos  de gran tamaño) es de 27,5 millones en un país de 194 millones de habitantes.

El salón del Automóvil de Sao Paulo exhibirá este año 500 vehículos de 49  marcas, 7% más que la edición anterior.

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