Presidente de la Cámara de Diputados: "El programa de gobierno no es promesa de una revolución en Chile"
Aldo Cornejo plantea que el gobierno y, especialmente, los partidos deben hacer una autocrítica por ciertos nombramientos.
Con el tiempo ajustado se mueve por estos días el presidente de la Cámara, Aldo Cornejo, quien comparte roles en la directiva DC y en el comité político de La Moneda. Aunque cree que el nuevo período de Bachelet representa una nueva transición, se declara defensor del legado concertacionista y sincera algunas reflexiones críticas de los primeros días de gobierno.
En el debate de la "retroexcavadora", que abrió el presidente del PPD, Jaime Quintana, ¿dónde se inscribe? ¿En los que quieren refundar todo o los que quieren construir a partir de la obra de la Concertación?
Me siento muy orgulloso de la obra de la Concertación. No creo que haya que procurar o propugnar teorías refundadoras del país. El programa de gobierno, desde mi punto de vista, no es una promesa de hacer una revolución en Chile y hacer todo de nuevo, más bien es una propuesta de reforma profunda, pero a partir de un camino en el que se ha avanzado enormemente.
Respecto de la Constitución, la Presidenta ha dado señales de que quiere enviar una reforma, lo que implica desechar la asamblea constituyente al menos por ahora. ¿Lo comparte?
El programa señala que lo que se va a buscar es un sistema o una metodología institucional, democrática y participativa. Ahora, qué es lo institucional, todavía nosotros no conocemos qué es lo que va a ser institucional para el gobierno ni democrático ni participativo; son expresiones naturalmente que yo comparto, pero que puede admitir mucho contenido. En principio, creo que lo que vamos a tener que buscar, y esta es una opinión estrictamente personal, es un sistema que recoja participación de la ciudadanía, a lo mejor en una etapa previa al envío del nuevo proyecto, y una vez que esa Constitución sea aprobada generar algún mecanismo conocido para que la ciudadanía pueda pronunciarse en aquellas materias en que no tenemos acuerdos. Pero va a requerir también de un gran acuerdo político, porque la Constitución no puede ser la imposición de una mayoría por sobre una minoría.
¿Han sido semanas complicadas para el gobierno por los nombramientos?
Yo vengo llegando de Arica e Iquique, y ese no fue tema en mis conversaciones con las organizaciones de la sociedad civil, nadie estaba preocupado de esto. No obstante, creo que hay que hacer una autocrítica de los errores que se han cometido allí, en la cual no me parece justo atribuirle toda la responsabilidad al gobierno; también los partidos tienen una enorme responsabilidad, incluso superior a la del gobierno, de no tener más prudencia y cuidado en las personas que proponen.
En la DC ha habido críticas al rol que ha tenido Ignacio Walker en este proceso de instalación.
Es poco común que un presidente de partido, al que le toca institucionalmente representar a la DC en este tipo de conversaciones o negociaciones, pueda dejar satisfecho a todo el mundo. Pero creo que ha llegado la hora, y por lo menos yo quiero hacerlo, de que todas las críticas que uno pudiera tener hay que trasladarlas al interior del partido, en la mesa directiva. No me parece adecuado ventilar públicamente si es que existe alguna diferencia.
¿La disidencia se siente representada en estos nombramientos?
Me encantaría no hablar más de la disidencia. Voy a aceptar la expresión para efectos de su pregunta, pero si uno conversa, por ejemplo, con otras personas que no forman parte de ella, de otros sectores, creo que hay una insatisfacción en todas partes y es natural que sea así. Vengo de la Región de Tarapacá y el partido me dice por qué tenemos tres seremis y no cinco, en otras regiones por qué tienen tanto los del lado y tan pocos nosotros o por qué no tenemos más gobernadores o intendentes. Pero en una cosa de esta naturaleza es muy difícil que todo el mundo se sienta satisfecho.
Ha habido ausencias y pocas reuniones de la mesa directiva, ¿eso tiene que ver con este clima interno?
He faltado a dos o tres reuniones de mesa, exclusivamente porque he asumido la presidencia de la Cámara y he tenido dificultades de tiempo. Dio mucho para hablar que un lunes no fuimos ninguno de los tres, pero fue una cuestión absolutamente fortuita. Este lunes que viene hay reunión de mesa, voy a ir y Walker no va a estar, entonces podría interpretarse que porque voy yo, no va Walker. El va a estar en España, representando al gobierno en los funerales de Adolfo Suárez, conversé telefónicamente con él hoy. No, no hay ninguna acción concertada.
Parlamentarios criticaron que el gobierno informe los anuncios primero a la prensa y luego a los partidos.
Creo que la manera cómo están funcionando las coordinaciones de orden político, legislativo no es ningún dogma. Uno tiene siempre la posibilidad de introducir alguna modificación, no tiene absolutamente nada de dramático. Y comparto lo que usted me plantea, resulta de repente un poquito incómodo que uno entre a una reunión y antes de esa reunión, ya se ha hecho una vocería, como ocurrió, por ejemplo, con el retiro de los proyectos. Fue comunicado públicamente antes de ser tratado en la reunión del comité y yo creo que eso hay que corregirlo.
Desde el punto de vista legislativo, el gobierno pondrá en marcha la próxima semana dos o tres proyectos. Lo que no es suficiente para darle tarea a todo el Congreso. ¿Va lento el proceso?
Yo espero que el impulso legislativo del gobierno se materialice pronto, porque usted tiene razón. En este minuto hay un trabajo legislativo, en lo que dice relación con el nuevo gobierno, un poquito en compás de espera.
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