Privación de sueño, aislamiento y waterboarding, las torturas practicadas por la CIA
El informe de del Comité de Inteligencia del Senado estadounidense reveló las torturas aplicadas por la CIA para interrogar a sospechosos de terrorismo. Aquí el detalle de ellas.
Simulacros de ahogo, privación del sueño, golpes, aislamiento, amenazas psicológicas: la CIA recurrió en los años 2000 a un amplio abanico de técnicas reforzadas de interrogatorio consideradas como actos de tortura.
Un informe implacable contra la CIA, expurgado y publicado por la comisión de Inteligencia del Senado estadounidense, acusa a la agencia de haber sometido a los detenidos durante varios años a "técnicas reforzadas de interrogatorio de repetición durante días y semanas".
Los cautivos eran lanzados contra las paredes, desnudados, introducidos en baños helados. Se les impedía dormir durante más de una semana, se los golpeaba y amenazaba.
Algunos de los suplicios detallados en el informe ya habían sido documentados en memorandos confidenciales del Departamento de Justicia en 2002 y 2005, bajo la presidencia de George W. Bush, y ventilados durante la primera gestión de su sucesor, Barack Obama, en 2009.
LA TÉCNICA DE LA PARED
El informe desgrana las múltiples "bofetadas a la cara" y golpes "al vientre" infligidos a los detenidos por la CIA.
La "técnica de la pared" (walling) consiste en ubicar a la persona detenida frente a pared. El interrogador la atrae hacia él y luego la lanza violentamente contra la pared. Jaled Cheij Mohammed, el presunto cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001, fue sometido a ese método, así como a los suplicios del simulacro de ahogamiento y de la privación del sueño.
PRIVACIÓN DEL SUEÑO
Los detenidos podían ser mantenidos despiertos durante un máximo de "alrededor de 180 horas", es decir "siete días y medio", en una posición particularmente incómoda: "de pie, con las manos al nivel o sobre la cabeza", encadenados y atados al techo, señala el documento del Senado. Abú Zubeida, un palestino capturado en marzo de 2002 en Pakistán, fue el primer prisionero de la CIA sometido a las técnicas reforzadas de interrogatorio. Estuvo, por ejemplo, encerrado en una habitación iluminada las 24 horas del día.
AISLAMIENTO Y CONFINAMIENTO
Entre junio y agosto de 2002, Abú Zubeida fue "aislado durante 47 días sin ser interrogado", destaca el informe. La técnica del confinamiento es aún más dura: Zubeida fue colocado en una suerte de caja del tamaño de un ataúd durante 266 horas, más de 11 días, y en otra todavía más pequeña durante 29 horas, mientras se lo interrogaba. En un centro secreto de detención, identificado con el nombre de "COBALT", un prisionero podía ser mantenido en medio de una oscuridad total, de pie, con las manos atadas sobre su cabeza y por lo general desnudo.
Los detenidos eran también sometidos regularmente a duchas o baños de agua helada.
SIMULACROS DE AHOGAMIENTO
La simulación de ahogamiento (waterboarding) es tal vez la técnica más tristemente célebre. El detenido es mantenido atado a un banco inclinado, con sus pies sobreelevados, se le coloca una toalla en la frente y los ojos y el interrogador le echa agua mientras la pasa repetidamente por la boca y la nariz del torturado, que durante 20 a 40 segundos no puede respirar. La operación podía ser repetida tras tres o cuatro inspiraciones. Cheij Mohammed fue víctima de este suplicio en 183 oportunidades. En marzo de 2003 lo sufrió cinco veces durante 25 horas. El "waterboarding" le provocó vómitos y convulsiones. Abú Zubeida, a quien tras esas sesiones le "salía espuma de la boca", padeció crisis de "histeria" y durante un tiempo fue "incapaz de comunicarse".
EN EL COBALT
Una tortura utilizada a menudo en el COBALT: cinco agentes de la CIA sacaban a los gritos a un detenido de su célula, lo desnudaban, lo envolvían con una cinta de plástico y lo tiraban violentamente al piso. Luego lo paseaban por el corredor, golpeándolo y abofeteándolo. El afgano, muerto en el COBALT en noviembre de 2002, fue hallado con el cuerpo cubierto de contusiones.
AMENAZAS PSICOLÓGICAS
Más clásicas, las amenazas psicológicas fueron abundantemente utilizadas por los interrogadores de la CIA, dice el informe, en particular las amenazas contra las familias y los hijos de los detenidos. A algunos cautivos se los amenazaba con que su madre sería agredida sexualmente o que se le "cortaría la garganta".
REHIDRATACIÓN RECTAL
Una técnica particularmente humillante sufrida por al menos cinco detenidas era la "rehidratación rectal". "Sin ninguna necesidad médica fueron alimentados de manera forzosa vía rectal", subraya el informe del Senado. A otros prisioneros se les suministraron brebajes destinados a "limitar los vómitos durante las sesiones de 'waterboarding'".
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