Revelan que Sinn Fein bloqueó fin de huelgas de hambre por motivos políticos en el Norte de Irlanda
Los últimos seis prisioneros del Ejército Republicano Irlandés (IRA) que fallecieron en 1981 durante una huelga de hambre podían haberse salvado si el liderazgo del Sinn Fein no hubiese vetado un acuerdo alcanzado entre los reos y el gobierno británico.
Así lo revela hoy en una entrevista que publica el rotativo norirlandés "Irish News" el ex primer ministro irlandés Garret Fitzgerald, quien asegura que su gobierno tenía un infiltrado en la prisión de Maze, a las afueras de Belfast.
Las huelgas de hambre, que se prolongaron entre marzo y octubre de 1981, acabaron con la vida de diez voluntarios del IRA, entre ellos Bobby Sands, que reclamaban al gobierno de Margaret Thatcher (1979-1990) el estatus de prisioneros políticos, con derecho a llevar sus propias ropas en lugar de los uniformes carcelarios.
La supuesta intransigencia de la "Dama de Hierro" convirtió a los huelguistas en mártires y dotó al IRA de un instrumento propagandístico de gran valor para justificar su campaña terrorista y obtener importantes ayudas económicas de la diáspora irlandesa en Estados Unidos.
No obstante, la "versión oficial" del movimiento republicano quedó bajo sospecha en 2005 tras la publicación del libro "Blanketmen" del ex prisionero Richard O'Rawe, quien sostiene que el Sinn Fein, interlocutor del IRA, bloqueó cualquier solución negociada por motivos políticos.
Aunque el Sinn Fein siempre ha negado este extremo, Garret Fitzgerald considera que el "testimonio de O'Rawe es honesto y preciso".
Según el diario "Irish News", el ex comandante del IRA y actual viceministro principal del gobierno norirlandés, Martin McGuinness, ha reconocido que actuó como intermediario entre los prisioneros y el gobierno de Londres, pero niega que hubiese un acuerdo aceptable sobre la mesa.
El político republicano acusa en este rotativo a los detractores del Sinn Fein de representar a Thatcher como alguien ansioso por resolver la cuestión de las huelgas de hambre, cuando en realidad, dice, era un "enemigo hipócrita y despiadado".
Para Fitzgerald, quien comenzó la primera de sus dos legislaturas al frente del gobierno irlandés durante las huelgas, los prisioneros estaban dispuestos a aceptar un acuerdo si la dirección republicana lo hubiese permitido.
"Eran partidarios de aceptarlo. Lo sabemos. Teníamos nuestras fuentes (infiltradas) en la prisión", explica el "Taoiseach" (primer ministro), quien, no obstante, no revela si el topo era un preso o uno de los carceleros.
En aquellos días, recuerda, la Comisión por la Paz y Justicia de la Iglesia Católica Irlandesa (IJPC) trabajaba para acercar las posiciones de los huelguistas y el gobierno británico respecto a la concesión del estatus de "prisioneros de guerra".
A petición de Fitzgerald, la IJPC organizó un encuentro con el responsable de prisiones del Ejecutivo británico en Irlanda del Norte Michael Allison, quien permitió a la Comisión visitar a los presos en el Maze.
Poco después, los huelguistas emitieron un comunicado redactado con un estilo más conciliador que los que enviaba el Sinn Fein desde el exterior, lo que llevó a pensar al ex "Taoiseach" que el final estaba cerca.
No obstante, precisa, el ahora presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, inició por esas fechas contactos con los servicios secretos británicos para negociar un acuerdo paralelo.
"Estaba encantado (Adams) de que los británicos acudiesen a él y presentó una oferta adicional a la de la IJPC", explica Fitzgerald, al tiempo que lamenta la pérdida de influencia de la Comisión.
"Si los británicos no hubiesen intervenido para involucrar al IRA (en las negociaciones) agregó, se podía haber llegado a un acuerdo".
La huelga de hambre, que empezó en marzo y terminó en octubre de 1981, fue interrumpida después de que diez presos republicanos perdieran la vida.
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