Roth y Grandinetti: sexo con amor
Los actores argentinos llegan al Teatro Nescafé en Una relación pornográfica, pieza que lleva más de 300 funciones.
Nunca mencionan sus nombres. No hablan de sus trabajos ni sus familias. Sólo los impulsa el arrojo de probar algo que, ya pasados los 40 y tantos, nunca han saboreado. ¿Una tarde de sexo en un hotel desafiando el frenético ritmo de la ciudad que trabaja? ¿Una búsqueda del placer que ni de adolescentes soñaron? ¿Un último suspiro de carnalidad antes de ser demasiado viejos? Todo eso y mucho más. El y ella son burgueses de buen hablar y mejor vestir, pero cuyas vidas están vacías de algo. En las sucesivas semanas tratarán de encontrar aquello. El método inicial será el sexo.
A pesar de lo que sugiere el título de la obra, Una relación pornográfica, la pieza del belga Philippe Blasband está lejos de ser una voraz aproximación a los apetitos de la carne. Su nombre es más bien una visión juguetona e irónica: lo que comienza como una búsqueda de respuestas sexuales deriva en algo más.
Escrita en 1999 y llevada al cine ese mismo año, por Fréderic Fonteyne, la obra debutó en enero del 2013, en el Paseo La Plaza de Buenos Aires, con Cecilia Roth y Darío Grandinetti. Desde entonces acumula más de 300 funciones en Argentina y este año le llegó la hora de salir fuera. Desde hoy y hasta el domingo, sus actores se presentan en Chile, en el Teatro Nescafé.
Se trata de una pieza demandante, con sólo dos actores en escena sometidos a una historia que comienza como juego y luego derivará hacia otra cosa. En este caso, el sexo es la madre del amor, la ternura, la añoranza del otro. En tal sentido, el título alude a una desnudez de los sentimientos. "La obra funciona porque recorre muchos estados: la gente se identifica con lo que les va pasando a los personajes", explica Grandinetti, quien ya estuvo en el 2010 con la pieza Baraka, dirigida por Javier Daulte. En Una relación pornográfica, el director también es Daulte, un hombre que ha sabido combinar el éxito de crítica con la respuesta del público en su país.
Con una fuerte presencia en el cine argentino y español (Cecilia Roth actuó en siete películas de Pedro Almodóvar y Grandinetti, en Hable con ella y en El lado oscuro del corazón, de Eliseo Subiela), los actores forman una pareja teatral que en Argentina llamó la atención por su incombustible química en acción.
"Antes de ayer hicimos nuestra función número 323 en Rosario. Llevamos un año y medio y seguimos y seguimos, porque la obra nos gusta mucho. Si no, la habríamos dejado hace tiempo. No somos masoquistas, somos honestos y no lo hacemos por obligación", comenta Grandinetti, que viene además de actuar en las películas Relatos salvajes, presentada con éxito en Cannes, y Matrimonio, donde comparte cartel con Cecilia Roth.
"A mí lo que me pasa es que la obra tiene un efecto purificador, casi terapéutico, después uno queda bien. Somos muy respetuosos uno del otro y nos enamoramos nuevamente cada vez que estamos en una función", dice Cecilia Roth. "Y además, sucede que nos llevamos muy bien fuera del escenario. De lo contrario no nos habríamos mantenido tanto tiempo juntos", agrega Grandinetti, que además anuncia que Una relación pornográfica llegará a su fin con las funciones en Chile y una más en la ciudad argentina de Córdoba.
Situada en entornos simples, que se reducen a un café y el eterno hotel de los encuentros furtivos, la pieza comienza con una reunión de reconocimiento. Ella ha puesto un aviso en busca de un hombre y el objetivo es hacer algo impensado en la cama. Pero la obra no muestra aquello. Lo que importa es la relación que se va tejiendo de a poco, en los sucesivos días. "Una particularidad es que el espectador no sabe más que nosotros. Construye la biografía de los personajes a medida que avanza la obra. Eso crea complicidad", dice Grandinetti.
"Y eso la hace difícil para nosotros, que debemos inventarles en nuestra mente sus biografías", añade Roth.
LA EXCUSA
Para el actor nacido en Rosario la trama se reduce a una pequeña gran historia de amor. "El título de la obra no es tramposo, porque en rigor ambos se juntan por sexo. Sin embargo, todo esto es una excusa para mostrar otra cosa. La relación crece. A ambos les llega el amor y uno se pregunta, ¿qué pasa con esto? ¿Ambos lo asumirán igual? ¿Creerán que es cierto lo que están sintiendo? ¿Cómo se hacen cargo de lo que les pasa en su corazón? Esta obra es, después de todo, una historia de amor. Hay gente que busca una historia así toda su vida y no la encuentra", apunta Grandinetti. Y en palabras de Cecilia Roth, tampoco hay ganas de pontificar nada: "Es una historia de amor que tampoco pretende sentar cátedra ni decir que la única o mejor forma de entrar a los sentimientos es a través de las fantasías sexuales. A algunos les funcionará y a otros no".
A estas alturas de sus carreras, Roth y Grandinetti vienen de vuelta de la experiencia cinematográfica y teatral. Para ellos no hay distinciones entre lo comercial y lo independiente. Sobre todo en el teatro.
"La escena teatral argentina nace históricamente de la autogestión. En ese sentido, todo es independiente. Yo trabajo con el mismo profesionalismo en las salas de la calle Corrientes o en esta obra con Cecilia que en una pequeña pieza que estoy presentando los días lunes ante 50 personas. Después vienen los críticos y hablan de teatro comercial o independiente y son sólo etiquetas y palabras. Ellos hablan, pero los actores hacemos", cuenta el actor.
"Todo cuesta mucho en un país como Argentina", agrega su compañera de escena. "Así es que no tiene mucho sentido dividir entre comercial e independiente. Y aún así, la escena teatral está más viva que nunca. No deja de sorprenderme".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.