Se agota el tiempo para Grecia y sus acreedores
Grecia dice que estas políticas de austeridad están perjudicando a la economía y quieren que las deudas que tienen con otras naciones de la zona euro les sean condonadas parcialmente.
En el juego entre Grecia y sus acreedores de ver quién cede primero, donde el país asediado financieramente apuesta a recibir más ayuda de un fondo de rescate, cada bando ha interpretado su parte, negándose a retroceder. Ahora el tiempo se está acabando y los políticos detrás del volante están demasiado cerca de lo que ninguna parte quiere: una colisión frontal.
El programa de ayuda de Grecia expira en 10 días y el dinero está drenando de los bancos. El resultante golpe financiero podría salirse de control y obligar al país a salir de la zona euro, conformada por 19 naciones.
Aunque esto podría ser devastador económicamente para Grecia, algunos predicen que Europa y la economía mundial podrían manejarlo. La verdad es que nadie lo sabe en realidad.
Si es un riesgo que vale la pena asumir será la cuestión que enfrenten los líderes de gobierno de 19 países que usan el euro, cuando se reúnan nuevamente de emergencia en lunes.
Los socios de Atenas en la eurozona encabezados por Alemania están dispuestos a prestar más dinero, pero sólo bajo ciertas condiciones que incluyen recortes al gasto griego y subir los impuestos. El gobierno de izquierda radical de Grecia dice que estas políticas de austeridad están perjudicando a la economía y quieren que las deudas que tienen con otras naciones de la zona euro les sean condonadas parcialmente.
Una fecha fatal es el 30 de junio, cuando expira el programa de rescate de Grecia y ya no estarán disponibles 7.200 millones de euros (8.100 millones de dólares).
El mismo día, Grecia tiene que pagar al Fondo Monetario Internacional 1.600 millones de euros (1.800 millones de dólares) y no tiene dinero para hacerlo. Si no paga, las agencias calificadoras no declararán de inmediato al país en cese de pagos, pero el FMI ya ha dicho que no podrá darle más crédito hasta que se ponga al corriente con sus pagos.
Mientras pasan los días, Grecia y sus acreedores apuestan a que el otro lado cederá, el riesgo es que los políticos serán superados por los sucesos. Muchos economistas opinan que la mayor es la posibilidad de que el dinero salga de los bancos griegos, aunque el gobierno podría acotarlo imponiendo límites a los retiros.
Si ve que los bancos se están colapsando y el gobierno no puede pagar sus obligaciones, el Banco Central Europeo eventualmente enfrentaría una decisión sobre si se mantiene la ayuda que permite sobrevivir a los bancos griegos. El BCE, que representa a los 19 países de la zona euro, estaría en riesgo de perder dinero central por la caída de un sistema bancario.
Sin euros, el gobierno tendría que imprimir una nueva moneda para rescatar a los bancos y pagar sus deudas.
¿Dónde acabaría todo?
Joerg Kraemer, economista en jefe de Commerzbank, opina que todo depende de la gran pregunta política de si los acreedores en realidad quieren mantener a Grecia en la unión monetaria.
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