Spike Lee vuelve con remake de Oldboy, el aplaudido filme coreano de venganza
La próxima semana se estrena la cinta basada en la película de Park Chan-wook premiada en Cannes.
El ejecutivo publicitario Joe Doucett no es una mala persona, pero a veces bebe más de la cuenta y se transforma en un tipo imprudente. En uno de aquellos días de alcohol estropea un eventual trato de oro en la agencia. Horas más tarde Doucett lamentará haberse pasado de la raya en el menú de los bebestibles, pero por una razón adicional: ha sido secuestrado en estado de intemperencia y despierta en una habitación de motel sin la más mínima pista de quién lo arrastró hasta allí. Todos los días le arrojan una porción de comida china por un orificio inferior de la puerta. Pronto, además, averiguará que la pieza es en realidad una cárcel. Pasará 20 años en ese motel ficticio.
La nueva película del director Spike Lee es un relato de redención que además apela a la justicia vengativa. Como en Haz lo correcto (1989), Malcolm X (1992) o La hora 25 (2002), tres de sus mejores filmes, todos protagonizados por héroes heridos. Pero es también como El plan perfecto (2006), aquella trepidante reflexión sobre los robos de bancos que aprovechó los recursos del género de suspenso. Oldboy es también una cinta de género y opera bajo la lógica de la acción en busca de más acción. Para algunos esto significó quedar un poco bajo las expectativas, tratándose de un remake de la original Oldboy (2003) del coreano Park Chan-wook, un trabajo de culto en el cine asiático.
Admirada por Quentin Tarantino y ganadora del Gran Premio del Jurado en Cannes (cuyo jurado fue presidido por el director estadounidense), Oldboy era básicamente la misma historia que describe ahora Spike Lee. Las diferencias tienen que ver con que ahora hay menos dosis de misterio, menos estilización visual, pero más violencia. El cineasta afro-americano, por el contrario, es más directo, entrega más información. Le da, por ejemplo, una profesión conocida a su maltrecho héroe.
LA "REINTERPRETACION"
Cineasta a menudo provocador en su cine y excedido de palabras en sus entrevistas, Spike Lee ha dicho que Oldboy es una "reinterpretación" y no un remake. Y lo ha hecho aludiendo a ejemplos clásicos de la música. "Antes de que hiciéramos la película, Josh Brolin se reunió con Park Chan-wook y este nos dio su bendición. Nos dijo que debía ser 'nuestra cinta', no una copia", argumentó el año pasado a la revista Esquire.
"Es por eso que yo uso la palabra reinterpretación. Respetamos el original, sin repetir lo que ya existe. John Coltrane hizo eso con el clásico My favorite things. Escuchamos muchas veces la canción My funny Valentine, pero fue Miles Davis el que la transformó en otra cosa. Lo mismo pasó con Jimmi Hendrix y el himno nacional de EE.UU. Fue ese estado mental el que tratamos de tener en esta película", explicó Lee en la misma entrevista.
En la trama de Oldboy, Joe Doucett (Josh Brolin) pasa 20 años en la cárcel-motel sin saber quién es su captor, pero sospechando de muchos. Ve televisión, es sedentario y se entera, en medio de su misera diaria, que los noticieros lo acusan de haber asesinado a su esposa. Todo es una lenta agonía hasta que decide parar con la autocompasión y pasar a la acción. Aunque sea en una habitación de escasos metros cuadrados. Hará ejercicios diarios, se cortará el pelo, se purificará y albergará el germen de la venganza. Tras dos décadas de encierro, un día lo sacan a la superficie: estamos en el 2013 y Doucett ha sido depositado dentro de un baúl en medio de un parque. Sale y busca la revancha contra quienes lo tuvieron cautivo.
El motivo de la vendetta es uno de los recursos que Lee ha usado en su cine y él mismo lo reconoció en una reciente entrevista a The New York Times. "Siempre puedes usar a alguien resentido como un combustible. Así funciona la vida. Por ejemplo a Michael Jordan, la gran estrella de básquetbol, lo sacaron del equipo en la secundaria. Lo despreciaron y él aún no lo olvida", afirmó al periódico.
Suerte de sublimación de los ímpetus más ocultos del hombre de la calle, la cinta de justicieros anónimos es un género que nunca está fuera del radar. El dato de que la original Oldboy habría servido de inspiración para Seung-Hui Cho, el responsable de la masacre de Virgina Tech, no deja de ser inoslayable. Según Spike Lee todo es parte de la naturaleza humana: "Las películas de venganza se han transformado en algo popular por la simple razón de que la gente no se atreve a hacer lo que sus héroes realizan sin titubear. Ellos viven a través de los personajes de Charles Bronson en El vengador anónimo o de Clint Eastwood en Harry el sucio".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.